Juan Chingo, del comité de redacción de Révolution Permanente, intervino en la charla “La lucha de clases en Francia”, planteando que existe una situación dramática, pero a la vez prometedora.

“La especificidad de Francia es que combinó distintas resistencias, que en Europa se han dado aisladas. Aunque descompasada, combinó la lucha de la juventud, de los secundarios y sobre todo una gran intervención del movimiento obrero. Donde un montón de sectores estratégicos, como refineros, portuarios y basureros, participaron de este movimiento.” Con esta definición comenzó Juan Chingo su exposición sobre la situación en Francia y un análisis de las perspectivas que pueden abrirse en los próximos meses.

“Todos estos sectores y algunos otros como el automotriz, aunque no lograron paralizar el conjunto de la rama, muestran que podría desarrollarse también allí una dinámica muy interesante.”

La situación del gobierno es de gran debilidad, señaló. “Hollande y la burguesía francesa lograron pasar lo esencial de la ley, pero para eso el gobierno tuvo que hacer enormes concesiones de todo tipo, maniobras. Dando concesiones para evitar el canto de ‘tous ensemble, greve general’, una perspectiva que está en la cabeza de vanguardia.”

“La especificidad de Francia destaca en el contexto europeo, en el marco más negro del brexit y la vuelta del soberanismo reaccionario, y después del fracaso brutal de la experiencia de Syriza, que en forma record paso del reformismo de izquierda al neoliberalismo. Francia muestra una dinámica distinta y por eso es interesante no solo como discusión francesa y europea sino también mundial. En un contexto donde empieza a haber golpes reaccionarios, como vimos en Latinoamérica, o intentos de golpes fallidos como vimos el sábado en Turquía.”

Chingo destacó el hecho de que han sido los sectores fundamentales de la sociedad, los que pueden cambiar las cosas a fondo, la juventud y el movimiento obrero, los que se convirtieron en actores privilegiados del conflicto social. Una nueva vanguardia combativa y determinada a luchar.

“Y a pesar de que que la reforma laboral se terminó votando, emergió una vanguardia más determinada, que es una minoría respecto a las masas, pero es una vanguardia de cientos de miles que participaron en uno de los movimientos sociales más largos de Francia.”

“El movimiento siempre gozó de una simpatía obrero y popular, a pesar de las campañas mediáticas brutales. Nos da la impresión que a diferencia del 2010 en el movimiento contra las jubilaciones -que terminó en una derrota y después fue llevaba hacia el ‘antisarkozismo’, en este hay una vanguardia grande que sigue teniendo determinación. No es casualidad que las centrales sindicales hayan llamado a una jornada de manifestación el 15 de septiembre, después de las vacaciones. Se ven obligadas a hacerlo.”

Sobre la posibilidad de que el PS logre recuperar parte de su base social perdida, apelando al “mal menor” en las elecciones, Chingo sostuvo que “hay una experiencia con el gobierno de izquierda, un sector que era base social del PS y ahora es muy difícil que lo puedan volver a convencer del ‘voto útil’”. Por ese motivo planteó la hipótesis de que puede haber «continuidad en el movimiento social de lucha.”

“El segundo elemento que nos hace pensar que puede haber continuidad es que Hollande superó a la derecha en medidas de seguridad y ataque a las libertades, una reacción en toda la línea. Pero el próximo gobierno va a ser mucho peor, más neoliberal y más de derecha.” Como perspectiva, apuntó que como la derecha va a garantizar ‘golpes duros’, es probable que se desarrollen nuevas respuestas de lucha de clases.

Otro factor que pesa con fuerza en la situación política francesa, y más en estos últimos días, es la cuestión de los atentados del Estado Islámico. El último atentado de Niza, que dejó un saldo trágico de más de 80 muertos, fue reivindicado por esta organización. Para Chingo, esto acelera las contradicciones del gobierno, ya que es “un ataque que se produce después de meses de aplicación del estado de emergencia, por lo que la gente empieza a pensar que la policía es muy ‘eficaz’ contra los huelguistas, pero no contra los terroristas.”

Sobre las perspectivas del movimiento social en Francia, apuntó la necesidad de un programa de emergencia frente a la situación actual: “O la clase obrera y la juventud liceísta dan una respuesta, no solo defensiva, contra el racismo de Estado, la islamofobia y la represión policial a los inmigrantes, una verdadera salida para estos sectores, o las fuerzas de extrema derecha como Marine Le Pen seguirán capitalizando el malestar social.”

El momento actual plantea disyuntivas urgentes: “Si la clase obrera no empieza a presentar un programa y reivindicaciones contra la difícil situación de las poblaciones de la banlieue -una respuesta a la desocupación estructural, las discriminaciones, etc.-, la victoria la van a tener Daesh y su teoría del caos, o un estado lepenizado, más bonapartista.”

“La situación en Francia es dramática, a la vez que prometedora. Porque está el movimiento social, están también sus límites, y sobre todo está existe también una represión brutal creciente.”

Chingo también señaló los importantes límites que se han manifestado durante estos meses de lucha contra la reforma laboral en la vanguardia: “hubo pocas tendencias a la autoorganización y a la democracia obrera de los huelguistas y si eso no cambia no hay forma de superar a la burocracia.”

“El movimiento fue muy fuerte, muy intenso, muy largo, pero no se generalizó, la huelga no se generalizo y no hubo huelga general, no fue un mayo del 68, ni tampoco como el CPE en 2006, tuvo limites en la masificación.”

La compleja situación en Francia, sus agudas contradicciones, plantean nuevas tareas para los militantes anticapitalistas, fue una de las conclusiones más importantes de su exposición. “Hay que desarrollar un programa de conjunto contra las contradicciones y la especificidad del capitalismo francés, su carácter rentístico, de productor de armas, de sus relaciones perversas con los gobiernos más reaccionarios de África (últimamente las amplía a Egipto o los Emiratos Árabes). Es necesaria una respuesta de conjunto, no solo contra la ley del trabajo, sino también contra la putrefacción del capitalismo.”

“Si la clase obrera no da una respuesta al ataque neoliberal, crecerá el Daesh y la reacción. Los atentados han servido para aumentar el bonapartismo, medidas reaccionarias que no se utilizan contra Daesh, sino contra el movimiento de masas (como demuestra la multitud de detenidos de los últimos tiempos).”

“Y para esta nueva etapa que se viene ya estamos preparándonos: Révolution Permanente fue uno de los voceros de la lucha. Logramos intervenir bien en la realidad de la lucha de clases, logramos al mismo tiempo un medio de masas que habla a cientos de miles. Los comités de Révolution Permanente se llenaron de gente. La política de los revolucionarios empieza a ser audible y comienzan a cambiar ciertas actitudes. Todo indica que podríamos tener algo que decir en la situación que se abre.”

“En este contexto, la Corriente Comunista Revolucionaria dentro del NPA se tuvo que probar en una lucha intensa. Hasta ahora se había vivido una situación no revolucionaria, bastante reaccionaria. Pero con el cambio de la situación política en Francia creemos que las tareas y la situación han cambiado radicalmente”, concluyó.

Informe y edición: Josefina Martínez

Publicado por La Izquierda Diario

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