Un repaso a los nuevos consellers ilustra como el “pujolismo” y el “masismo” lejos están de haber acabado en la “papelera de la historia”. Sus delfines, y los del Tripartit, estarán al frente de un nuevo ejecutivo que promete continuidad en áreas como educación, sanidad o interior.
Ayer tomaron posesión los consellers del nuevo govern catalán que presidirá el convergente Carles Puigdemont, gracias a los votos de JxSí y 8 de la CUP. Tanto la toma del cargo del President como la de sus consellers ha estado marcada por las fórmulas empleadas, en las que ha estado ausente la tradicional jura de fidelidad a la Constitución y el Rey. Una novedad en el caso del President, no así en la de los consellers que han repetido la fórmula ya empleada por sus predecesores en 2012, que ha encendido de nuevo el “griterio” y las amenazas del bloque españolista formado por el PP, el PSOE y Ciudadanos.
Pero esta guerra de símbolos, sin querer restarle importancia, no puede hacernos perder cual es el perfil del nuevo govern. La investidura de Puigdemont ha sido vendida por varios portavoces de la CUP como un triunfo sobre el “caído” Mas. Incluso el propio nuevo President asumió en su discurso de investidura la demanda de la CUP de “ensanchar” la base del proceso, en referencia a incluir a sectores populares que hasta hoy lo miran con recelo por haber sido encabezado por el príncipe de los recortes y delfín del «pujolismo». El mismo discurso de investidura de Puigdemont y la agenda «social» que presentó desdice bastante esta ilusión.
En la misma línea ¿Qué dice de esto la composición del nuevo govern? . En el equipo de Puigdemont destacan currículos ligados a la CDC del 3%, a la ERC del Tripartit y el apoyo parlamentario a los recortes de Mas y otros independientes con una sensibilidad en lo “social” que es para echarse a temblar. Repasemos la estructura y los nombres de los nuevos consellers.
En primer lugar hay que destacar que la prometida estructura “coral” del nuevo govern se ha quedado en el olvido. Bien pronto JxSí incumple una de las promesas hechas a la CUP en la etapa final de las negociaciones. No habrá un President con tres Vicepresidencias que le harían de contrapeso. La estructura será la clásica, President y Vicepresident económico, en este caso Oriol Junqueras. Neus Munté, consellera de presidencia, y Raül Romeva, conseller de asuntos exteriores, se quedan en la figura de portavoces y como responsables del área de Bienestar Social la primera y Relaciones Internacionales el segundo.
Si analizamos a los pesos pesados del equipo de consellers que coordinará Junqueras vemos que muy poco va a cambiar. Se la reparten a medias CDC y ERC. En Empresa y Conociniento estará Jordi Baiget, convergente que lleva décadas en diferentes puestos de segunda línea tanto en el partido como el los gobiernos de mas y Pujol. Su primer cargo fue el de asesor de nada menos que el diputado Miquel Roca en Madrid, el actual abogado de la Infanta Elena. Tras tomar posesión de su cargo ha afirmado que espera dar continuidad a la excelente obra de su antecesor, Felip Püig, que cuenta en su haber con perlitas como haber permitido la vulneración del derecho de huelga en numerosos conflictos y haber financiado con dinero público despidos, como vimos en ambos casos en la huelga de Panrico. En Trabajo, Bienestar y Familia estará Dolors Bassa, de ERC. Su perfil viene del otro extremo de la mesa de la concertación social. Se trata de una burócrata sindical de carrera, secretaria general de la UGT en Girona, que como tal ha jugado un rol de primera línea en dejar pasar los despidos, recortes y contra-reformas (cuando no avalarlas, como el “pensionazo” de Zapatero). También ERC ha propuesto a la titular de Agricultura, Meritxell Serret, y la última consellería, la de Territorio y Sostenibilidad, se la queda Josep Rull, un “viejo lobo” del «masismo» y el Pujolismo que asume una cartera decisiva para mantener las políticas clientelares tejidas durante más de tres décadas por CiU en comarcas y municipios catalanes.
Sobre el equipo que tendrá a la cabeza a Neus Munté la continuidad es la palabra que define a las áreas donde más se han cebado los recortes de los últimos años, sanidad y educación. El mismo perfil de Munté da cuenta de ello. En su gestión caben medidas tan anti-sociales como los recortes de la Renta Mínima de Inserción, justificados además con un discurso contra la pobreza y la inmigración que rivalizaría con la extrema derecha. Llama la atención que esta convergente de “vieja escuela”, con los mismos años en CDC que el propio Mas, fuera propuesta por la misma CUP como posible “candidata de consenso”.
Su equipo sigue la misma línea. En Enseñanza asume el cargo la convergente, Meritxell Ruiz, la mano derecha de la saliente Rigau, responsable de los mayores recortes que ha sufrido la educación pública. Pero la nueva consellera tiene en su haber medidas de ajuste de su propio puño, entre ellas algunas tan terribles como los recortes en las becas comedor en un momento en que las cifras de pobreza y malnutrición infantil alcanzaban cifras récord en Catalunya. El otro área sensible, Salud, tendrá como conseller a Toni Comín, ex del PSC y propuesto por ERC. En sus primeras declaraciones ha dicho que buscará reducir las listas de espera y desprivatizar algunos servicios. Ni una palabra de revertir los más de 1.200 millones d euros de recortes que se acumulan de la herencia de Mas. E incluso al referirse a las desprivatizaciones ha dejado claro que se refiere en exclusiva a alguno “focos que son nuevos, no han existido tradicionalmente”. Es decir será respetuoso con el modelo sanitario de casi co-gestión público-privada de la sanidad construido por el «pujolismo» a la carta de la patronal sanitaria y la farmaindustria, de la misma manera que lo fue el Tripartito de 2003 del que formaba parte como diputado. Cierra este bloque el Conseller de Cultura, Santi Vila, una cartera “menor” para otro peso pesado de CDC y del «masismo», hasta ayer cabeza de la Consellería que le ha pasado a su compañero Josep Rull, Territorio y Sostenibilidad.
El “independiente” Romeva estará al frente de tres de las consellerías más importantes: Governación, Interior u Justicia. Parece ya una tradición de los ecosocialistas catalanes lo de hacerse cargo de una de las áreas más oscuras de la gestión cuando entran a gobernar, el aparato represivo del Estado. Así pasó también en 2006, cuando el entonces compañero de partido de Romeva, Joan Saura, asumió el mando de los Mossos d´Escuadra y fue el responsable de operaciones represivas tan brutales como la del movimiento ocupa o las movilizaciones estudiantiles contra el Plan Bolonia.
En este área es preeminente CDC. En Governación estará la convergente Meritxell Borràs, una histórica de CDC que ha ocupado distintos cargos institucionales desde 1995, que repite en el cargo. Desde la última etapa del «pujolismo» y todo el «masismo» ha sido una de las principales dirigentes de la formación. Como mujer de confianza de Mas tuvo el “honor” de ser la portavoz de CDC en la comisión parlamentaria abierta para investigar el caso Pujol, donde se destacó en la defensa del “padrino” del 3%. En Justicia será el dirigente de ERC Carles Mundó quien ocupe el puesto de conseller, otro ex alto cargo del Tripartit en el Departamento de Educación. Por último en Interior, el departamento encargado de dirigir los Mossos d ´Escuadra, se mantendrá también Jordi Jané, de CDC. En su corta estadia en el cargo ha mantenido la misma línea de defensa y encubrimiento sobre los casos de tortura y malos tratos que se han denunciado, y ha sido el responsable político de operaciones de persecución como las última de la Operación Pandora contra grupos anarquistas.
Este repaso del currículo e intenciones de los nuevos consellers pone en duda el relato de que estamos ante un govern que manda a Mas y lo que representa a la “papelera de la historia”. Lejos de haber quedado atrás, el «pujolismo» y el espíritu del Tripartit, con todas sus políticas anti-sociales y de represión a los movimientos sociales, goza de excelente salud en el equipo que encabeza el delfín de Mas, Carles Puigdemont.