Las bolsas europeas registraron ayer un “lunes negro” como consecuencia de la crisis griega. Cayeron las bolsas de todos los continentes aunque los descensos fueron menores a lo esperado. La situación podría empeorar en las próximas horas y días aunque tampoco se descartan eventuales negociaciones entre Syriza y la Troika.

Las bolsas europeas registraron ayer un “lunes negro” como consecuencia de la crisis griega. Luego del llamado a plebiscito por parte del gobierno de Tsipras y la interrupción de las negociaciones entre Grecia y los acreedores, el Banco Central Europeo congeló el financiamiento para los bancos griegos, cuestión que impulsó la decisión del gobierno de cerrar las entidades bancarias por el lapso de una semana. Como resultado, Europa sufría ayer las mayores pérdidas bursátiles desde agosto de 2012. Milán y Madrid lideraron las caídas con bajas del 5,17% y 4,16%, respectivamente. Por su parte en Estados Unidos, el promedio industrial Dow Jones caía un 1,95% y el índice S&P 500, un 2,09%. Ambos índices sufrieron las peores caídas desde el 9 de octubre pasado y el índice Nasdaq tuvo su peor caída desde marzo. El índice de referencia para la región latinoamericana perdió un 1,8% con caídas del 1,86 en la bolsa de San Pablo, del 1,88 en México y del 3,24 del Merval argentino.

Si embargo y aunque las bolsas de todos los continentes caían, los descensos no tuvieron la magnitud que algunos analistas vaticinaban. De hecho la prima de riesgo de los países de la periferia europea trepó menos de lo esperado. El caso más agudo fue el de Portugal en el que el índice de riesgo se incrementó en 46 puntos básicos. El euro repuntó contradictoriamente frente al dólar y muchos analistas señalan que las medidas de contención puestas en marcha por el Banco Central Europeo, estarían funcionando. La situación no obstante podría empeorar en las próximas horas y días. Como alertaba Larry Summers hace unos días, la idea de que “todo está bajo control” precedió a la caída del LTCM, de las hipotecas subprime y finalmente a la tormenta de Lehman.

Aunque la economía griega es pequeña y las corporaciones estadounidenses tienen una exposición limitada en el país, los inversores estarían preocupados sobre todo por los efectos colaterales en Europa llegado el caso de que Grecia saliera de la zona del euro. Estos temores se combinaron hoy con problemas que enfrentó la deuda de Puerto Rico –cuyo gobernador pidió ayer que se permita que el estado libre asociado reestructure su deuda bajo el código de bancarrota de Estados Unidos-, el mercado a la baja en China y la espera de las reacciones del reporte del desempleo en Estados Unidos que se conocerá el jueves.

Hoy vence la prórroga del actual programa del mal llamado “rescate” a Grecia y el gobierno de Tsipras pidió una extensión hasta que se celebre el plebiscito el domingo, que Bruselas no parecía por ahora dispuesta a otorgar. También vencen los pagos con el Fondo Monetario Internacional por alrededor de 1.600 millones de euros y se presume que Grecia declarará el impago. Sin un programa de “rescate” en curso y con el impago de un vencimiento a un organismo internacional, corren riesgo las líneas de financiación de emergencia del Banco Central Europeo (BCE) que “sostienen” a la banca griega. Este riesgo no obstante depende de la decisión política del BCE y la Troika. Si bien el BCE rechazó el domingo la solicitud de Grecia de 6.000 millones de euros de financiamiento adicional, se esperaba que mantenga la línea que usan los bancos griegos hasta el día del plebiscito.

Mientras tanto el presidente francés, Francois Hollande, le pidió a Tsipras que “vuelva a la mesa” y la canciller alemana, Ángela Merkel, dijo estar lista para reanudar las negociaciones tras el referéndum. Tsipras descartaba hoy una salida de Grecia del euro y afirmaba que “nuestro objetivo es que el referéndum, una opción política, nos ayude a proseguir las negociaciones”.

Publicado por La Izquierda Diario

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