Ana Mato dimite después de que el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, cerrara este miércoles 26 la investigación de la primera parte del famoso caso de corrupción Gürtel, con la propuesta de que Ana Mato sea juzgada en calidad de “partícipe a título lucrativo” de los delitos de su ex-esposo y ex-alcalde del PP en Pozuelo (Madrid), Jesús Sepúlveda.

Una pérdida importante para el Gobierno de Rajoy, después de la dimisión de otra pieza clave como fue el Ministro Gallardón después del fracaso de la Ley del Aborto.

La tan odiada ministra ya no podrá disfrutar de los viajes y billetes de avión, artículos de Louis Vuitton y de las fiestas de cumpleaños y de primera comunión de su hija. Todo esto daba, según la confirmación del juez, un valor de al menos 36.688 euros que recibía su ex-esposo Jesús Sepúlveda, a cambio de contratos públicos entre los años 2000 y 2005. Este hombre había recibido de la trama liderada por Francisco Correa, como mínimo 732.640 euros.

La ministra ya no podrá disfrutar de estos lujos, aunque ya los disfrutó lo suficiente. Odiada por los inmigrantes en situación irregular quienes, tras un Real Decreto de la ministra, se han quedado sin tarjeta sanitaria. Odiada en Sanidad por los durísimos recortes sanitarios. Odiada por las personas dependientes, que sufrieron un recorte de 1.108 millones de euros. Odiada por las cuidadoras quienes, producto de este recorte, se les eliminó la obligación de cobrar la cotización a la Seguridad Social. Odiada por toda la población cuándo, en una situación de emergencia tras la crisis del Ébola, la ministra desapareció de sus responsabilidades; dejando correr la campaña de culpabilización contra la enfermera Teresa Romero.

Éste fue el último de sus «grandes aportes» que en verdad aceleraron los tiempos de su muerte como ministra. En cuatro días su cuestionado Ministerio tuvo que reconocer el fallo de sus protocolos y los tuvo que modificar. Pero el presidente Rajoy puso al frente de la crisis a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dejando a un lado a Ana Mato, aunque preservándola de su cargo.

El fin como ministra ya estaba cerca. Y los pacientes de Hepatitis C se lo hicieron recordar en las manifestaciones ante la falsa promesa de una nueva medicación de nueva generación que nunca llegó. Finalmente el caso de corrupción que más ha tocado los cimientos del PP, el caso Gürtel, acabó con Ana Mato en el Ministerio de Sanidad.

En un comunicado oficial Ana Mato justificó su dimisión diciendo que su permanencia podría “perjudicar al Gobierno, a su presidente o al PP”.

La resolución de la Audiencia Nacional pone fin a casi seis años de una investigación que coloca en el banquillo de los acusados a 43 personas, entre las cuales se encuentran los líderes de la trama, todos con cargos en el Gobierno del PP: Francisco Correa y su lugarteniente Pablo Crespo —ex secretario de Organización del PP gallego—; a los ex-alcaldes de Pozuelo y Majadahonda Jesús Sepúlveda y Guillermo Ortega; el exconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid Alberto López Viejo. Además del procesamiento de tres ex-tesoreros: Ángel Sanchís, Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas.

En una puesta en escena casi tragicómica, al día siguiente de la renuncia de la ministra, el Presidente Mariano Rajoy, abrió el pleno del Congreso para anunciar sus medidas «anticorrupción» afirmando que “La mayoría de los políticos son decentes. España no está corrompida”. Lo más trágico (o cómico) es que también ha exculpado y defendido a la ya ex-ministra diciendo que con el auto del juez Ruz «queda fuera de toda duda» que Mato «ignoraba la comisión de tales delitos». Sin embargo tuvo que admitir que su partido ha sufrido «problemas serios»relacionados con la corrupción.

“España no está corrompida, no generalicemos. Se empieza así y se acaba atacando el sistema.», volvió a afirmar. Pero la verdad es que todo el sistema y el Régimen están corrompidos.

Lo cierto es que estamos ante una cadena de casos de corrupción al descubierto de la que no se ha salvado ni la Monarquía y que trastocó a todos los partidos del Régimen, incluidos los sindicatos. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) también tuvo su «destape» con el caso Díaz Ferrán, uno más de los empresarios corruptos. La foto de Pujol, la de Ana Mato y la de una larga lista de personajes son las postales de un Régimen en crisis que ya no puede ocultar sus aristas más degradantes.

Publicado por Cynthia Lub

Cynthia Lub | @LubCynthia :: Barcelona

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