Tras el atentado de París, el fantasma de la islamofobia y el racismo recorren el Estado español, mientras el Gobierno de Rajoy arremete con su ofensiva represiva aprovechando el clima de unidad reaccionaria de los gobiernos imperialistas.
Durante estos días aires de islamofobia y otras fobias racistas se respiran por el Estado español. Desde los medios de comunicación, los habituales tertulianos en sus análisis destilan tanta ideología racista y reaccionaria, que no se diferencian de los famosos canales de la ultra derecha española. Y por las calles, los grupos de ultraderecha que habitualmente se dedican a golpear a inmigrantes u homosexuales, han intensificado sus despreciables acciones con pintadas con símbolos nazis en mezquitas.
Sin embargo el presidente Mariano Rajoy ha declarado el mismo día del atentado a la revista Charlie Hebdo: “No veo ese peligro de ola de islamofobia, España es un país tolerante. En los últimos 10 años han entrado seis millones de extranjeros en España y no ha habido problemas». Pero la realidad de la población inmigrante, el sector de la clase trabajadora más oprimida y explotada, está «llena de problemas».
El malestar que genera los efectos de la crisis económica y el paro es aprovechado por todos estos «formadores de opinión de masas» para fomentar el racismo contra los inmigrantes. Primero, culpabilizándolos de la crisis y en estos días, identificando confusamente a árabes con musulmanes, musulmanes con islamistas, e islamistas con terroristas. Toda una muestra de «gran ignorancia» de parte de los periodistas que, mientras atacan a estos de «bárbaros», reafirman su gran sabiduría haciendo culto a los valores occidentales y eurocentristas.
Esto no comienza con el terrible atentado a Charlie Hebdo. Son muchísimos los ejemplos que podríamos describir sobre el habitual fomento del racismo contra los inmigrantes que se «distinguen» por el color de su piel, el origen de su apellido o llevar un velo.
El más cercano, denunciado por SOS Racismo Madrid, fue cuando el pasado 2 de enero en Madrid, un hombre llamado Jamal Herrad, «ciudadano español», intentó suicidarse en las vías del tren. Lo tragicómico del caso es que la policía activó un protocolo creado ante casos de terrorismo, por supuesto arrestando a la víctima convertida en «terrorista» que no intentaba suicidarse, sino «inmolarse». Consecuentemente, los relatos explicados por la prensa estaban teñidos descripciones xenófobas, creando alarma ante un «paquete» que dejó esta persona que podría contener un «explosivo».
Otro caso que impactó en las asociaciones por los derechos de los inmigrantes y sociales fue cuando, el pasado 16 de octubre del 2014, el periódico «El Faro” mostró en su portada una imagen de inmigrantes colgados de la valla con el infame título «Orines y escupitajos ’con ébola’». Eso desató una campaña contra la xenofobia y el racismo de parte de estos colectivos.
Efectivamente, toda esta campaña xenófoba y racista causa efectos en grandes sectores de la población. Un estudio de mayo del 2014 del Pew Research Center reflejaba la opinión desfavorable hacia el inmigrante musulmán en muchos países europeos. El país que lideraba la lista era Italia, con un 63% de rechazo y le seguía el Estado español con un 46%, que se eleva hasta el 54% en el caso de quienes se declaran políticamente en el arco de la derecha.
Estas campañas calan hondo y cuando se intensifican ante hechos como los del atentado de París, los gobiernos aprovechan para arremeter, puertas adentro, con sus políticas represivas. Así lo hizo el presidente Rajoy, quien mientras se paseaba por la marcha reaccionaria de París, junto a los líderes de la Europa imperialista, defensores de la “libertad” y la “democracia”, junto a los representantes del imperialismo guerrerista norteamericano, se estaba preparando el operativo «Mate» contra la izquierda del País Vasco.
El Régimen español se aprovechó del clima de «unidad reaccionaria» que crearon los gobiernos imperialistas frente al brutal ataque en París, para implementar un operativo brutal que acabó con la detención de 12 abogados de los presos y 4 tesoreros de la izquierda abertzale por supuesto “blanqueo y fraude”; un nuevo ataque contra el denominado “frente de cárceles” de los presos políticos vascos. Esto además, después de la masiva manifestación en Bilbao del pasado sábado 10 de enero contra la política penitenciaria y el final de la dispersión de los presos políticos vascos.
Los aires liberticidas que se levantan en Europa son abrazados por el Gobierno de Rajoy, que ya ha anunciado la implementación de medidas de seguridad propuestas por Hollande sobre el control de los viajeros aéreos. También el PP y PSOE anunciaron el pasado martes un pacto para elaborar una proposición de Ley Orgánica contra el terrorismo.
Todas medidas represivas que tienen su antecedente en la polémica y ampliamente rechazada Ley Mordaza, que primero tuvo su estreno en el Operativo Pandora con los detenidos y posterior «caza de brujas» a los jóvenes anarquistas. Y después con el caso “Alfon”, joven activista de los ’Bukaneros’ de Madrid, condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a cuatro años de prisión.
La ofensiva contra la izquierda abertzale es el resultado de un PP que, aprovechando el clima reaccionario de «unidad contra el terrorismo» en nombre de la «libertad y la democracia», intenta recuperarse de las «caídas» que tuvo su Gobierno: las de sus «manos derechas y de derechas» como el ministro Ruiz Gallardón, que tuvo que renunciar después del fracaso de su Ley del Aborto.
Aunque el Partido Popular históricamente ha contenido en sus entrañas a los sectores de la derecha más rancia, un sector de su electorado está sufriendo un corrimiento hacia la abstención o marchando a otras formaciones derechistas como Ciutadans en Catalunya —que irrumpe en la última encuesta de El País con un 8%. Nada mejor que la «operación Mate», gran ofensiva contra la izquierda del País Vasco, para recuperar su base social en la «lucha contra ETA».
*Nota publicada en La Izquierda Diario: http://www.laizquierdadiario.com/Aires-de-islamofobia-y-ofensiva-represiva-del-regimen-espanol