Con motivo del Día del Orgullo LGTBI este sábado 27 de junio unas 5.000 personas nos movilizamos un año más en Barcelona.

Una gran manifestación en las calles tuvo lugar en Barcelona para reivindicar la liberación sexual y conmemorar la Revuelta de Stonewall de Nueva York (28-6-1969) -que marcó un punto de inflexión en lahistoria del movimiento LGTBI.

Como se viene haciendo hace 38 años, se marchó por las Ramblas tras una pancarta que reivindicó el “Cuerpo como campo de batalla”. Asistieron organizaciones como la Asociación Catalana por la Integración de Homosexuales, Bisexuales y Transexuales Inmigrantes (ACATHI), el grupo de sordos gays y lesbianas del Casal Lambda, la entidad universitaria Sin Vergüenza del “bloque trans”, personas de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), el grupo Stop Sida, la Asociación de Transexuales de Catalunya, LesBiCat, Fem Enrenou, y el Frente de Liberación Gay de Catalunya (FAGC), entre otros. También han asistido Ada Colau de (Bcomú), Joan Herrera de (ICV), Joan Mena o David Companyon de EUiA, Maria José Lecha de la CUP, y un nodrido bloque de la Izquierda Independentista.

Algunas de las pancartas reivindicaban “Prou islamofòbia dins (i fora) dels col·lectius LGBTQI+”(Basta de islamobofia dentro y fuera de los colectivos LGBTQI). Y desde una pancarta libertaria se llamaba a “curt-circuit-ar” (corto circuitar el sistema), en alusión al macrofestival ‘Circuit’, que organiza cada agosto el capitalismo rosa en Barcelona.

A su paso, los manifestantes hemos saludado a los acomodadores del Liceo de Barcelona, concentrados en la puerta del teatro, que llevan 25 días en huelga indefinida, junto a los acomodadores del Auditorio, que llevan 58.

Desde Pan y Rosas nos movilizamos recordando la necesidad de seguir luchando contra un sistema homolesbotransfóbico que subyuga a las mujeres y a la disidencia sexual bajo múltiples cadenas de opresión patriarcal y explotación capitalista.

¡No olvidamos toda la persecución, ni las palizas ni los asesinatos, ni las redadas ni toda la opresión!

Esta fue una de las consignas con la que marchamos. Según datos del Pew Research Center, el Estado español es uno de los lugares con mayor aceptación de la homosexualidad (88%) en el mundo. Desde la Transición política, la movilización del colectivo LGTBI ha logrado conquistar importantes derechos como la derogación de Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (26-12-1978); la protección de la orientación sexual en los artículos 510, 511 y 512 del Código Penal de 1995, considerando como agravante de delito la homofobia; la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo (Ley 13/2005); o el octubre pasado, la aprobación de la ley de derechos de personas gay y lesbianas y contra la homofobia por el Parlament de Catalunya, -a pesar de que su falta de implementación la transforma en papel mojado, como se denunció en el Día Internacional contra la Homofobia y ha recordado la Comissió Unitària 28 de Juny.

Sin embargo, esta “igualdad ante la ley” no ha evitado el incremento de las agresiones homófobas hace ya varios años tanto en el Estado español como en Europa, causado por el machismo que desprenden las instituciones religiosas y el auge de las organizaciones de extrema derecha en medio de una crisis económica histórica.

A diario se propinan cientos de agresiones homófobas que no se denuncian, entre otros motivos por miedo a una represión mayor y por desconfianza en unas instituciones judiciales con marcado carácter patriarcal que muchas veces fallan a favor del agresor.

Por eso, no olvidamos y no perdonamos la complicidad de los partidos de los capitalistas que, apropiándose de los discursos feministas y LGTBI, crean una falsa conciencia de libertad bajo el “capitalismo rosa”, -y que desde hace algunos años es celebrado con la marcha “Pride Parade” que baja a la misma hora por Paral·lel y está impulsada por la Asociación Catalana de Empresas de Gays y Lesbianas.

Igualdad ante la ley, no es igualdad ante la vida!

Las mujeres y las personas LGTBI son quienes enfrentan mayores barreras de acceso a un trabajo estable y en igualdad de condiciones, y son quienes sufren más abiertamente situaciones de discriminación y acoso.

Por todo ello, es necesario seguir luchando por la separación efectiva de la Iglesia y el Estado y una educación pública, laica y de calidad, por una educación sexual libre de toda moral reaccionaria, verdaderamente implicada en la prevención de enfermedades de trasmisión sexual y en el acompañamiento y libre desarrollo de la infancia y la adolescencia, y alejada que una moral patriarcal que únicamente somete nuestros cuerpos y guía nuestras vidas bajo las leyes de la (re)producción capitalista.

La despatologización inmediata de las identidades debe acompañarse con el derecho a la salud gratuita y garantizada por el Estado, con especialistas para atender las diversas necesidades, así como deben otorgarse el derecho a la reproducción asistida a todas las personas y efectivizarse todos los derechos a las diversas formas de familia. Cuestión que sólo puede lograrse con la movilización de todos los colectivos oprimidos de manera independiente a las organizaciones y partidos patronales, que son quienes están mercantilizando y privatizando la sanidad, a la vez que han instrumentalizado el movimiento LGTBI.

Como hemos visto con el derecho al aborto o la reforma laboral, bajo las democracias capitalistas, los derechos conquistados siempre pueden ser arrebatados. Para terminar con la discriminación y acoso sexual y conquistar una sociedad basada en el reconocimiento y el respeto a la pluralidad de formas de convivencia y expresiones afectivas es necesario poner en pie un amplio movimiento de mujeres y sectores LGTB independiente de las instituciones del Estado. Es necesario que las mujeres y las personas LGTBI se organicen en sus lugares de trabajo para exigir sus derechos y busquen una alianza y una coordinación de las luchas de todo el movimiento obrero.

Publicado por Andrea Villa

Andrea Villa | @nombre :: Barcelona

Dejar un comentario