Quien atacó a los presentes fue un judío ultraortodoxo que recién había salido de la cárcel por haber realizado un ataque similar diez años atrás.

La policía confirmó poco después que se trataba de un único autor, al que se llama Yishai Shlisel. El Gobierno, la oposición, rabinos y líderes ultraortodoxos condenaron el ataque. El atacante, un judío ultraortodoxo, fue la misma persona que en la marcha del orgullo del año 2005 hirió a tres participantes, razón por la que estuvo en la cárcel durante 10 años.

El hecho ocurrió en el centro de Jerusalén, a mitad del recorrido de apenas 1.200 metros que une los parques de la Independencia y de la Campana. La sensibilidad que la marcha despierta entre la población religiosa de la ciudad santa también originó estas repudiables agresiones homofóbicas.

Entre los seis heridos, una chica tiene 16 años y es la que sufre las heridas más graves. Esta noche ha sido operada en el hospital Sharei Tsedek. En un comunicado, los dos principales rabinos de Israel señalan que rezan para que los heridos se recuperen, piden «unidad y tolerancia» y condenan el ataque.

«De pronto vimos correr a una o dos personas, cuando apareció este hombre y empezó a apuñalar personas. Fue todo tan rápido, cuestión de segundos, que no pudimos distinguir de quién se trataba», dijo a Efe Idi Mozes, activista de la diversidad sexual y defensora de derechos sociales en el Parlamento israelí (Kneset). Y luego agregó: «Fue como un atentado, todo estaba lleno de sangre. Es una situación insoportable. Nadie es consciente de la homofobia que hay en nuestras calles, y no sólo de los ortodoxos, también de los laicos».

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