El acuerdo del gobierno griego con el Eurogrupo para extender el rescate fue muy criticado dentro y fuera de Syriza por sectores de izquierda. En varias oportunidades los sectores críticos dentro de Syriza plantearon objeciones al rumbo que está llevando el gobierno. ¿Quiénes son y qué defienden estos sectores críticos de Syriza?
Según publica Stathis Kouvelakis este lunes en su Facebook, durante la reunión del Comité Central de Syriza (realizada el sábado) “la enmienda presentada por la Plataforma de Izquierda rechazando el acuerdo con Eurogrupo y la «lista de reformas» presentada por el gobierno obtuvo el 41% de los votos, con el 55% en contra y 4% abstenciones o votos en blanco” La enmienda de la Plataforma tuvo 68 votos mientras que 92 votaron en contra de la misma, con 6 abstenciones / votos en blanco.
Kouvelakis sostiene que “La Plataforma de Izquierda ha ampliado significativamente su influencia, incorporando en una votación estratégica a los maoístas de KOE y el grupo alrededor del (ahora ex) jefe del departamento económico del partido John Milios.”
El texto de la enmienda, plantea:
“Manifestamos nuestro desacuerdo con el acuerdo y la lista de reformas acordado con el Eurogrupo.
Ambos textos representan un compromiso indeseable para nuestro país y se mueven en direcciones y orientaciones, que en sus puntos esenciales, se alejan o se encuentran en contraposición abierta con los compromisos programáticos de SYRIZA.
En el futuro inmediato, SYRIZA, a pesar de los acuerdos del Eurogrupo, debería tomar la iniciativa de implementar de manera constante y con carácter de prioridad sus compromisos y el contenido de su declaración gubernamental programática.
Para ir por ese camino, tenemos que confiar en las luchas obreras y populares, contribuir a su revitalización, y la continua expansión de apoyo popular con el fin de resistir a cualquier forma de chantaje y promovemos la perspectiva de un plan alternativo que promueva la plena realización de nuestros objetivos radicales.”
¿Qué es la Plataforma de Izquierda?
En el último congreso de Syriza del 2013, el partido se dividió en una mayoría (70%) y una “minoría” (30%).
La mayoría la forman el núcleo dirigente del Partido basado en Sinaspismos (el partido de Alexis Tsipras), los maoístas de KOE, sectores nacionalistas y ex militantes del PASOK. Sinaspismos se formó como la escisión “eurocomunista” del KKE (Partido Comunista de Grecia) en 1968.
La Plataforma de izquierda, que obtuvo el 30% de los delegados, está integrada mayoritariamente por la Corriente de izquierda (proviene de una ruptura del KKE en 1991 que formó el “ala izquierda” de Sinaspismos) y por el grupo DEA.
Los principales referentes de la Plataforma de Izquierda son el economista Costas Lapavitzas y el matemático Pangiotis Lafazanis, principal portavoz de la Corriente de Izquierda. Lafazanis es actualmente ministro de reconstrucción productiva, medio ambiente y energía en el gobierno. La Plataforma cuenta con otros miembros en el gabinete, como el viceministro de Seguridad Social, Dimitris Stratoulis; y el viceministro de Asuntos Europeos, Nikos Hountis, además de varios diputados.
DEA es un grupo más pequeño, que se reivindica de la tradición del marxismo revolucionario, relacionado internacionalmente con la corriente mandelista del Secretariado Unificado y con la ISO (Organización Socialista internacional) de Estados Unidos. Recientemente se fusionó con el grupo KOKKOINO. No tiene ministros en el gobierno y cuenta con 2 diputados en el parlamento. Stathis Kouvelakis es uno de sus referentes.
Entre los críticos también hay un grupo más pequeño, que obtuvo el 1.5% en el Congreso, la Tendencia Comunista, relacionado internacionalmente con la corriente de Alan Woods.
Dentro de la Plataforma de izquierda hay diferentes tradiciones y definiciones políticas.
Algunos sectores se inclinan más claramente por una orientación de salida inmediata del euro, afín a un soberanismo de izquierdas, como Lapavitsas. El economista plantea que la política de Syriza debería ser dejar de pagar una parte de la deuda, salir del euro, nacionalizar la banca y reorganizar la producción. Una salida devaluacionista (que provocaría una caída inmediata del salario real) en clave de recuperar una “economía nacional” con medidas sociales progresistas. Hace unos años durante una charla en Argentina dijo que los griegos debían “aprender de América Latina”, en referencia a la salida kirchnerista post 2001.
Los sectores a la izquierda como Kouvelakis y DEA sostienen en cambio que su participación dentro de Syriza está orientada a iniciar un proceso de transformaciones sociales, con una perspectiva anticapitalista como horizonte a largo plazo.
En general los sectores críticos en Syriza defienden una orientación de combinar la participación en las instituciones del Estado con la construcción de “poder popular” desde los movimientos sociales. Pero su mayor límite es que no tienen una política independiente de la dirección reformista de Syriza.
El sector mayoritario de la Plataforma de izquierda, con Lafazanis y Lapavistas, están integrados en ministerios y cargos de importancia. Aunque plantean diferencias de orientación son parte del gobierno que firmó el acuerdo con la Troika, lo que implica la postergación de gran parte del programa electoral de Syriza. A la estrategia más socialdemócrata y “europeísta” de Tsipras le oponen una política de reconstrucción de un “capitalismo social” y nacional.
En el caso de la izquierda DEA, su política es tratar de presionar al gobierno para tomar medidas más radicales, al mismo tiempo que “los movimientos sociales” ejercen “un control” sobre el gobierno. Una política de “criticar lo malo” y “apoyar lo bueno” que contempla la movilización social como “complemento” de las políticas de gestión del estado. Una orientación de conciliación de clases, que apoya políticamente a un gobierno que gestiona el capitalismo en los marcos de la Unión Europea.
Poco antes de las elecciones griegas Stathis Kouvelakis decía en una entrevista de la revista Jacobin, que Syriza era “una coalición anticapitalista que aborda la cuestión del poder enfatizando la dialéctica de las alianzas electorales y el éxito en las urnas con la lucha y las movilizaciones desde abajo”. Unos días después, ante el acuerdo de Syriza con Griegos Independientes, se vio obligado a reconocer que se había terminado el “mito del gobierno de izquierdas anti austeridad”. Luego vino el acuerdo con el Eurogrupo, que criticaron desde la Plataforma de Izquierda como un abandono de gran parte del programa electoral de Syriza. Los sectores críticos dentro de Syriza están atrapados en la trampa que ellos mismos ayudaron a construir.
Aun así, Kouvelakis considera que todavía es posible “cambiar el rumbo” y presionar a la dirección de Syriza por volver al programa de la campaña electoral. Una orientación conciliadora que no plantea una alternativa independiente frente a la política reformista del gobierno y que se basa en un profundo escepticismo en la posibilidad de la movilización revolucionaria de los millones de trabajadores y el pueblo griego, por una salida propia frente a la crisis capitalista.
En otros artículos abordaremos la situación de las fuerzas de izquierda por fuera de Syriza.