Las primeras manifestaciones contra el terrorismo, la islamofobia y la guerra convocaron a miles de personas en numerosas ciudades del Estado español.

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Las manifestaciones fueron convocadas tras la iniciativa firmada por 34.000 personalidades de diferentes organizaciones, colectivos y del mundo de la política, la cultura y los movimientos sociales, con un manifiesto #NoEnNuestroNombre, que planteaba el objetivo de “mostrar nuestra repulsa a los ataques terroristas de París y Líbano, los bombardeos contra la población civil siria, a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y a la política exterior belicista iniciada por el Bush-Blair-Aznar”.

Estas manifestaciones se desarrollan cuando, frente a los brutales atentados de París, el Gobierno de Hollande sólo ha ofrecido guerra interna —como lo muestra la brutal represión del pasado domingo a los manifestantes contra la COP21— y guerra externa. El Gobierno de Rajoy se puso a tono con la política guerrerista de Hollande, reforzando su ofensiva represiva contra las libertades democráticas, retomando el «pacto antiyihadista» y militarizando las ciudades.

Las ciudades que más manifestantes convocaron fueron Madrid y Barcelona. Pero también se llenaron las plazas de Cádiz, Sevilla, Zaragoza, Murcia, Vitoria, Tarragona, Valladolid, Mérida, Gijón, León, Zamora, Santa Cruz de Tenerife, A Coruña, Vigo, Cuenca o Torrelavega (Cantabria), Valencia, Bilbao, San Sebastián, Burgos, Salamanca, Huesca y Córdoba.

Estas primeras manifestaciones son una muestra de que, más que «convencer» a la población de la ofensiva guerrerista de los gobiernos imperialistas, lo que ha generado es miedo y mayor vulneración de los derechos democráticos fundamentales. Y un rechazo a una de las causas principales de la inseguridad y los muertos de los brutales atentados terroristas: intervenciones militares imperialistas —que dejaron cientos de miles de muertos desde que Estados Unidos invadió Afganistán e Irak—. Y que son la causa del gran desequilibrio, guerras y crisis en el Cercano Oriente y un factor fundamental que explica el surgimiento de grupos como Al Qaeda o el EI.

La consigna #NoEnNuestroNombre ha sido creada por primera vez por organizaciones y personas de la comunidad árabe-musulmana, que se sentían señaladas y perseguidas después de los brutales ataques terroristas, con el objetivo de delimitarse de los autores de los mismos.

Los gobierno imperialistas, en su lucha contra el terrorismo no sólo militarizan las ciudades, sino que apuntan al «árabe-musulmán». De este modo, acaban implementando discursos y medidas políticas persecutorias contra las personas migrantes, que fomentan la islamofobia y el racismo.

Este 28N, el lema #NoEnNuestroNombre fue reivindicado por los manifestantes que, mientras denuncian al terrorismo en Europa, rechazan la política guerrerista y militarista de sus propios gobiernos europeos. En las calles se veían pancartas contra la guerra, la intervención en Siria, el imperialismo, el racismo y las islamofobia. Y se han hecho presentes diferentes organizaciones de inmigrantes, que luchan contra las leyes de extranjería, la persecución a los trabajadores manteros inmigrantes o por el cierre de los CIEs.

Estas manifestaciones son el inicio de un potencial movimiento contra la intervención imperialista y las guerras, en las calles, en los centros de trabajo y estudio, de los diferentes colectivos contra el racismo y la xenofobia, de solidaridad con los refugiados y migrantes y colectivos «antifascistas», en alianza con todos los jóvenes, trabajadoras y trabajadores represaliados y condenados por luchar, manifestarse y hacer huelga.

Un movimiento que, mientras condena la barbarie de los atentados, enfrente también la barbarie de las guerras e intervenciones imperialistas, al racismo, la xenofobia y la islamofobia, el recortes de libertades y que luche por abrir las fronteras y por la igualdad plena de derechos para los refugiados e inmigrantes.

Publicado por Cynthia Lub

Cynthia Lub | @LubCynthia :: Barcelona

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