Comité de redacción de «Revolución Permanente»
El segundo round de la movilización contra la ley laboral se hacía esperar. Con este cuarto recurso al artículo 49.3 desde el comienzo del quinquenio, es muy posible que sea el gobierno quien haya revitalizado el movimiento de protesta.
Ante la imposibilidad de encontrar apoyo, incluso entre las filas de la mayoría, el gobierno decidió utilizar una de los muchos recursos bonapartistas del régimen de la Quinta República, sin pasar por los marcos normales de la «democracia» burguesa para imponer su ley. Si el riesgo de la caída del gobierno, por la adhesión de los votos rebeldes del PS y de la izquierda a la moción de censura propuesta por la derecha es poco probable, la medida acentúa una crisis ya latente en el seno de la mayoría del PS.
Pero no es sólo sobre el consejo de la Asamblea que el gobierno pasa por encima, sino también sobre más del 70% de la población que se opone a la ley del trabajo con el uso del 49,3. En este contexto, el gesto del Gobierno bien podría jugar un papel acelerador de la protesta social. La Intersindical (CGT, FO, FSU, Solidaires, la UNEF, la UNL y LDIFs) ya ha convocado dos nuevas jornadas de movilización, el 17 y 19 de mayo. Ya sea en su propio campo o en la calle, con la partida del 49.3, Hollande y Valls juegan fuerte.
Una crisis política mayúscula para el gobierno
Colgaba de la nariz de los diputados desde hace bastante tiempo. El recurso 49.3 se produce después de la presentación de 5000 enmiendas, pero sobre todo del aplazamiento de la votación exigido el lunes. Un período de tiempo necesario para lograr la falta de mayoría sobre la ley de trabajo y medir el riesgo político de pasar el 49.3. El recurso constitucional permite al gobierno anular los votos de los miembros de la Asamblea Nacional y revela el alcance del carácter autoritario de la Quinta República y la profunda hipocresía de la democracia burguesa, reducida a su esencia pura: una mera mascarada que se desmorona en el momento que puede amenazar los objetivos del gobierno, de alineación con los intereses de las grandes empresas. Una democracia «made in Medef», pura y simplemente.
Frente a esto, la moción de censura se presentó por la derecha. Sin estar apoyada por los diputados rebeldes y los opositores de la izquierda, tiene pocas posibilidades de éxito. Para apretar las filas socialistas, el gobierno, por boca del diputado Christophe Caresche -un pariente de Manuel Valls-, ha transmitido un claro mensaje: “Si llaman a votar [la moción de censura], serán excluidos del Partido socialista y no podrán presentarse a las próximas elecciones al nombre del Partido socialista”, ha dicho a iTélé. Sin embargo, la decisión no es fácil para los diputados tentados por la rebelión. En los distritos, muchos temen la reacción de los electores del PS en 2017, en su mayoría opuestos a la ley, al igual que el 70% de la población. Entre el aparto y el voto, el dilema podría ser complicado para resolver.
Desde la noche del martes, está circulando una petición para empujar los diputados a votar a favor de la moción de censura presentada por la derecha y ya ha recogido más de 150.000 firmas en tan sólo unas horas. Jean-Luc Mélenchon, André Chassaigne y Pierre Laurent, ya se han pronunciado a favor de la censura del gobierno. La pregunta es si se trata de la misma moción de la derecha, capaz de derribar al gobierno, o una de la izquierda, en cuyo caso la dispersión de votos impedirá que pase.
El riesgo para el gobierno de ser golpeado por la Asamblea es por ahora limitado, suspendida la reunión prevista por los diputados rebeldes para el miércoles por la tarde y la poca influencia que la petición podría tener sobre los diputados rebeldes o en la izquierda. Sin embargo, la crisis política está irremediablemente abierta dentro de las filas de la mayoría y, especialmente, del aparato del PS, cuya propia supervivencia está en juego por la adopción de una línea dura para hacer pasar por la fuerza la reforma laboral.
No es la moción de censura que va presentar la derecha, que predica ataques en la línea derecha de la Ley Macron o de la Ley El Khomri, lo que representa una muralla contra la ofensiva actual del gobierno. No nos engañan, sin embargo, todos esos diputados que aceptan por un lado las reglas antidemocráticas de la Quinta República, pero se niegan a ratificar la única opción que existe para desarrollar la desconfianza con respecto al gobierno. Es en la calle y por la huelga que se podrá hacer retroceder a la ley del trabajo y su mundo. Pero es en el Hemiciclo donde los diputados que se dicen de izquierda, que son rebeldes, o están a la izquierda de la mayoría presidencial, deben presentar una moción de censura o votar la que ha sido presentada el martes para decir a Hollande y Valls todo lo que los manifestantes contra de la ley del trabajo piensan en ellos.
Frente a este gobierno profundamente deslegitimado, hay una nueva posibilidad de ganar
Después de las primeras reacciones espontáneas contra el “golpe institucional” del gobierno en varias ciudades, la Intersindical acaba de convocar a dos nuevos días de huelgas y movilización para los próximos 17 y 19 de mayo. Desde este jueves 12, la movilización contra la ley El Khomri será muy probablemente reavivada por el escándalo que provoca el autoritarismo del recurso 49.3. Ya el martes por la tarde delante de la Asamblea Nacional, pero también en Montpellier, Toulouse, Nantes, Rennes, millares de manifestantes se sublevaron, presagiando una recuperación del movimiento.
Una enorme ventana de oportunidad ha sido abierta por el estallido de la crisis política y la llamada de la Intersindical que propone por fin elementos de un plan ofensivo de batalla. La próxima semana será decisiva con los dos días de huelga del 17 y del 19, la salida a la huelga prorrogable entre los camioneros el 16, entre los refinadores el 17 y la presión para avanzar en esa dirección entre algunos trabajadores ferroviarios, a pesar de las vacilaciones de la Federación CGT.
Organizar asambleas generales en los lugares de trabajo, comités de huelga, reuniendo sindicados y no sindicados, construir y preparar la huelga más fuerte posible y manifestaciones masivas los días 17 y 19, empujando las tendencias a la huelga prorrogable allí donde existen, restaurar el movimiento juvenil a pesar del fin del año escolar, hacer converger los sectores en lucha en marcos interprofesionales de coordinación, tales son las tareas del momento.