El pasado jueves 16 de abril, se realizó en Barcelona una asamblea organizaciones sindicales, estudiantiles y políticas junto a los trabajadores técnicos de Movistar que ayudó a extender y lograr apoyo social de la huelga de más de 20 días.
Desde hace más de 20 días los trabajadores de la compañía Movistar (Telefónica), dedicada a las telecomunicaciones y con sedes en toda Latinoamérica, están inmersos en una huelga indefinida a nivel estatal con seguimiento en más de 30 provincias.
El pasado jueves 16 de abril, los trabajadores convocaron una asamblea en los locales del sindicato de izquierda CGT (Confederación General del Trabajo) que contó con la presencia de todos los sindicatos alternativos y de izquierda, además de las organizaciones políticas y colectivos sociales. Esta asamblea dio impulso a una serie de medidas que ayudaron a extender la lucha logrando apoyo social de la huelga.
En dicha asamblea se les ofreció toda el la ayuda posible y se hizo constar la necesidad de un llamamiento a la sociedad para difundir el conflicto, así como potenciar la Caja de Resistencia: Trabajadores de Panrico, estuvieron presentes en la asamblea y propusieron aportar toda su experiencia después de ocho meses de huelga, colaborando activamente.
También un grupo de estudiantes de la Universidad de Barcelona se hicieron presentes para extender la solidaridad a los lugares de estudio y lanzar la campaña “un estudiante un euro” para fortalecer la caja de resistencia.
Todas las propuestas se llevaron a la asamblea de trabajadores realizada al día siguiente, siendo votadas y organizadas democráticamente.
Los trabajadores comenzaron explicando el motivo de la huelga se debe a las pésimas condiciones laborales que sufren los empleados. La fragmentación y ultra precariedad que ha tejido la compañía ha obligado a los trabajadores a organizarse y plantar cara contra la explotación. Se llegan a trabajar hasta 10 horas diarias por 800 euros de sueldo y en el caso de los autónomos tirar 300 metro de cable por 4 euros, en condiciones de enorme peligrosidad y expuestos a todo tipo de accidentes.
La plantilla está compuesta por trabajadores fijos, subcontratados y ’falsos’ autónomosque realizan las tareas propias de cualquier empleado de plantilla pero sin ningún tipo de derecho. Muchos de estos trabajadores (se calcula que alrededor de 600) proceden de las distintas empresas que la compañía tiene en Latinoamérica, Bajo el lema “1 hombre 1 voto”, se organizan en asambleas que intentan acabar con las divisiones entre trabajadores contratados y fijos, nativos y extranjeros, para de este modo caminar juntos hacia el único objetivo, que no es otro que acabar con la precariedad laboral a la que están sometidos, exigiendo la incorporación en plantilla de todos.
Los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO , están haciendo todo lo posible por reventar la huelga:
primero infundiendo miedo a la plantilla diciendo que la huelga es ilegal y después proponiendo un calendario alternativo pero inofensivo para la empresa mientras van negociando al margen del Comité de huelga.
Por otro lado, los medios vienen ocultando la huelga. La multinacional de Telefónica es uno de los primeros generadores de publicidad del país que mantiene controlados a los medios de comunicación de forma eficiente, amenazando con retirar los anuncios de las cadenas televisivas que den cobertura a la huelga.
De este primer encuentro también salieron las propuestas encaminadas a llevar a cabo movilizaciones conjuntas. La primera fue participar encabezando la manifestación contra el TTIP (Transatlantic trade and investment partnership o Acuerdo transatlántico de comercio e inversiones en castellano) en la tarde del sábado 18 de abril. Trabajadores de Panrico han apoyado activamente la manifestación.
También a un plan de lucha motorizado por los trabajadores efectivos de Movistar que hicieron el pasado lunes 20, un paro y bloqueo generalizado de los servicios en solidaridad con los trabajadores del sector técnico en huelga. Esta medida ha contado con un importante apoyo social y acabó con una primera manifestación por las calles de Barcelona en apoyo a la huelga de los esclavos, provocando una verdadera “marea azul”.