Las jornadas “Por un plan B para Europa” culminaron en Madrid con la presencia del ex ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, junto a gran parte de la izquierda reformista europea. ¿Qué proponen para “democratizar” la UE?
En las jornadas participaron referentes de la mayoría de los partidos de la izquierda reformista europea como Die Linke de Alemania, Front de Gauche y dirigentes del NPA de Francia, Bloco de Esquerda de Portugal, Podemos, Izquierda Unida y Barcelona en Común del Estado español y Cataluña. El protagonista principal fue sin dudas Varoufakis, quien se movió en el escenario con cierto aire de rock star.
Los debates en foros y talleres terminaron en un acto cargado de retórica donde no faltaron las alusiones a la revolución española, con el llamado de Varoufakis a cambiar la UE en el contexto de un «1936 posmoderno». «Debemos construir unas nuevas Brigadas Internacionales para devolver la democracia a Europa», dijo el ex ministro de Finanzas de Syriza. El nuevo gobierno español, agregaba, debe decirle a Bruselas que “No pasarán”. El mismo espíritu animó al eurodiputado de Podemos y dirigente de Anticapitalistas, Miguel Urbán, quien llamó a “desobedecer a la Unión Europea”, afirmando que se puede construir una “nueva Europa a través de la desobediencia civil”.
Sin embargo, todas estas alusiones a la revolución española (cuando se cumplen 80 años del comienzo de la guerra civil) no fueron más que fuegos de artificio discursivos para vestir de rojo el proyecto del “Plan B”, que se reduce a una serie de propuestas extremadamente moderadas para “refundar” la Unión Europea en los marcos actuales del capitalismo. ¡Nada más alejado del espíritu de los brigadistas internacionales de 1936!
En varias entrevistas a los medios españoles, Varoufakis explicó con más detalle sus propuestas: “Lo primero que necesita la UE es transparencia, y que las decisiones del Eurogrupo y la manera de adoptarlas sean muy distintas. No hablamos de cambios profundos en los tratados o el funcionamiento, hablamos de algo tan sencillo como la transparencia en las reuniones del Eurogrupo, y lo digo porque lo sé por experiencia. (…) Transparencia en las reuniones del Eurogrupo sería suficiente, sin necesidad de revisar los tratados ni de cambios más profundos…”.
Una revolución democrática, sin revolución… y muy poco democrática
Consultado por un periodista sobre cómo sería posible lograr esa democratización de la Unión Europea, Varoufakis respondía: “Es una pregunta interesante. ¿Qué tal con una masiva presión popular? ¿No es así como nació la democracia? En Europa tenemos que volver a ganar la democracia porque la hemos perdido. La tenemos a nivel local, en las ciudades y en los países, pero ya no es ahí donde toman las decisiones. Las decisiones importantes se toman en una zona de no democracia en Bruselas y Frankfurt. Y lo único que nos queda es revisitar la historia de las luchas de varias generaciones de millones de demócratas europeos que en el pasado, décadas y siglos y a través de movilizaciones forzaron sobre los poderes fácticos la responsabilidad democrática.”
¡Atentos! Varoufakis dice que “tenemos [democracia] a nivel local, en las ciudades y en los países”, pero que la “hemos perdido” a nivel europeo y se trata de recuperarla. Parece entonces que el plan B se reduce a “presionar” para lograr una “democracia” a escala europea como la de los actuales Estados capitalistas del continente… Democracias degradadas que votan el “Estado de emergencia” como en Francia, monarquías que perduran gracias al régimen bipartidista español, “democracias” donde los que verdaderamente gobiernan son los bancos y los políticos corruptos… ¿Que fue de aquel lema del 15M que agitaba las plazas diciendo “lo llaman democracia y no lo es”?
La referencia a la “presión popular” con movilizaciones de millones de personas podría confundir a algunos sobre las intenciones del movimiento. Pero, nuevamente, los discursos para el palco se contradicen con las pruebas de la realidad. En los países donde actúan y tienen responsabilidad -en muchos casos de gobierno- los partidos reformistas europeos que acompañan a Varoufakis en el proyecto del “plan B”, su acción ha sido muy distinta. Repasemos solo unos ejemplos.
En Francia, el Front de Gauche no solo no “revisitó la historia de las luchas de varias generaciones de millones de demócratas europeos” para enfrentar el “Estado de emergencia” decretado por Hollande, sino que lo votó a favor en la Asamblea Nacional.
En el caso de Podemos, muy lejos de desarrollar la movilización social contra la austeridad, está intentando en pactos por arriba la formación de un gobierno con el PSOE, el partido social liberal que aplicó todas las medidas de ajuste contra los trabajadores españoles. Como dijo su dirigente “número 3”, Carolina Bescansa, Podemos es un partido nacido para “gobernar” y no para “protestar”.
Y podríamos seguir con los ejemplos. Pero no debemos olvidar al propio Varoufakis y su experiencia como ministro de finanzas en Grecia. En la misma entrevista en ElDiario.es afirma que durante los meses anteriores a su dimisión, ya se veían muchas concesiones de Tsipras ante la Troika con las que no tenía acuerdo. Sin embargo, durante todo ese período ni una vez Varoufakis llamó a movilizarse contra esas concesiones, sino que compartió la responsabilidad máxima del gobierno en las negociaciones que prepararon la capitulación final de Tsipras.
Por último, unos días antes de llegar a Madrid, Varoufakis dijo en Berlín que el mejor ejemplo de lo que quería construir con su nuevo movimiento Diem2025 (Europa Democrática 2025) era el gobierno de Ada Colau en Barcelona. “Ada Colau es ejemplo de esa parte de la política que no se dejó devorar por el depredador”, aseguró el griego.
Estos días los trabajadores del metro de Barcelona, de los buses y de Movistar, se enfrentan a la alcaldesa de Barcelona que se ubicó del lado del “depredador” capitalista contra los trabajadores. Vaya ejemplo para fundar un nuevo movimiento…