2017 ha empezado con un aluvión de datos que siguen confirmando la creciente desigualdad entre las clases en el Estado español. Tan solo el 1% de los españoles más ricos acumula el 20% de la riqueza.
Desde el inicio del año, y tras las publicaciones de organismos como Intermón Oxfam o del Instituto Nacional de Estadística, los principales lobbies periodísticos del estado muestran una relativa preocupación. La tendencia a la desaceleración económica, insuficiente inversión productiva, preocupación por las exportaciones o los bajos salarios, son algunos de los temas que más se repiten últimamente.
La preocupación de estos lobbies, fiel reflejo de los intereses patronales, no son tanto si los trabajadores en 2016 perdimos poder adquisitivo, fruto de los bajísimos aumentos salariales en los convenios colectivos y de la subida (no tenida en cuenta) del IPC. Su “preocupación”, más bien, es que el aumento del IPC no provoque mayores reivindicaciones de los sindicatos para aumentar los salarios. Es decir que los trabajadores sigamos perdiendo nivel salarial, sin dejar de consumir, para de esa forma seguir garantizando el máximo de ganancias a los capitalistas.
Aun así, la patronal tiene que estar “tranquila” ya que la burocracia sindical se ha encargado de que los salarios sigan estancados. Como comentábamos en notas anteriores, el aumento drástico de los precios a final de año ha provocado que el conjunto de salarios pactados en los convenios se queden en “aguas de borrajas”. El supuesto aumento salarial pactado entre patronal y la burocracia sindical de CCOO y UGT ha quedado en nada tras el previsible aumento de los precios (un “incremento” salarial del 1,06% frente al 1,5%).
Unos tanto, y otros tan poco
Aun a falta de más datos de 2016 para darnos una idea más profunda de la dramática situación de millones de trabajadores, con los datos publicado a día de hoy ya podemos afirmar que la situación es alarmante.
Los datos publicados este martes por la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) refleja una caída tanto de la renta como de la riqueza de las familias. Se ha producido una caída de la renta media del 15,8% hasta los 30.400 euros frente a los 36.100 euros que se registraban en 2008. La caída también se produce en la riqueza, donde la media baja un 20% frente a 2008.
Es más, el 1% de los más ricos del estado acumulan un 20% de la riqueza frente al 17% que acumulaban en 2011. Mientras la riqueza acumulada por la gran patronal ha aumentado considerablemente, los hogares con baja renta han vivido una caída de su riqueza media del 42% entre 2008 y 2014.
Sigue, además, la tendencia al empobrecimiento de los trabajadores y trabajadores más jóvenes. Según esta información publicada por la EFF, los cabezas de familia con una edad menor a 35 años sufren una pérdida de riqueza del 46% en estos años.
¿Y si prende la chispa?
En un artículo publicado recientemente comentábamos que, aunque la situación sigue abierta. los continuos ataques a la población trabajadora en forma de recortes, las inestabilidades políticas estatales e internacionales o un empeoramiento de la economía, pueden reabrir un escenario donde la lucha de clases sea la protagonista.
Los años que llevamos de crisis el pueblo trabajador viene soportando sobre sus espaldas una caída brutal de sus condiciones de vida. Es más, cada vez se hace más a la idea de que su futuro se va a retrotraer a por lo menos 40 años atrás. La perspectiva de “no futuro”, imposibilidad de ascenso social, degradación social y precariedad, es una durísima experiencia para cientos de miles de asalariados en el marco de un régimen político que profundiza esta dinámica y que sigue con un alto porcentaje de desafección popular.
No es de extrañar que miles de personas viesen como “alternativa” a candidaturas “ciudadanistas” como Unidos Podemos, aun cuando estas no tienen un programa que rompa con el problema causante de estos problemas, el capitalismo. Pero tarde o temprano, la degradación social de miles de trabajadores buscará tener una expresión política y social en las calles que será mucho más profunda que el 15M. Está por verse.