Desde el lunes 15 de Junio, Día contra los Centros de Internamiento para Extranjeros, en numerosas ciudades del Estado español se están realizando acciones con la consigna «Cerremos los CIEs», las cárceles para inmigrantes.
«La vida dentro del Centro de Internamiento de Extranjeros no es vida, es espera. Espera y miedo. Miedo a la expulsión, miedo a perder el rumbo entre las cuatro paredes de la celda, miedo a un futuro que parece imposible que sea peor».
Así presenta el colectivo «Tanquem els CIEs» de Barcelona un impactante documental titulado «Sobran Raons. Tanquem els centres d’internament». El nuevo reglamento 167/2014 es totalmente cuestionado por las actuales asociaciones de derechos humanos y colectivos antirracistas, ya que no sólo no modifica las condiciones nefastas de los CIE, sino que consolida el modelo de gestión policial existente.
Principalmente porque mantiene el Cuerpo Nacional de Policía como garante de su organización interna, recayendo ésta en la figura del Director y en una Junta de Coordinación en la que se integra el Director, el administrador, los responsables de seguridad, de asistencia sanitaria y social y el secretario de dirección.
En cuanto a la asistencia sanitaria, se pretende externalizar la hospitalización y asistencia especializada a entidades privadas. El régimen de familiares, abogados u organizaciones de derechos humanos, dependerá del Director de cada centro sin reglamentación general.
La realidad es que ningún reglamento puede reformar estos centros, ya que su carácter reaccionario y racista está basado en su propia función: internamiento de las personas extranjeras que se encuentran en situación administrativa irregular, sometidas a expediente de expulsión del territorio nacional. Es decir, en la práctica, verdaderas prisiones y antesala de las deportaciones masivas.
El CIE es el destino que le espera a miles de personas inmigrantes, la mayoría «sin papeles», al traspasar las fronteras de Europa y los países imperialistas. Son la antesala de las deportaciones masivas o«devoluciones en caliente».
Estas expulsiones se llevan a cabo a través de los llamados ’macrovuelos’ o vuelos especiales de deportación con destino a Senegal, Nigeria, Marruecos, Colombia o Ecuador. Son esas «puertas secretas» a través de las cuales cada año se expulsan a miles de inmigrantes en situación irregular.
Este es el viaje macabro que establecen las medias xenófobas del capitalismo imperialista: vallas de alambre, prisiones de los CIE, deportaciones masivas en vuelos secretos hacia un rumbo desconocido.
Existen diferentes procesos de resistencia dentro de los propios centros, como fue el caso de la huelga de hambre en varios CIE del Reino Unido en el mes de marzo, en protesta contra las condiciones inhumanas a las que son sometidos.
Son cada vez más las organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos y de las personas inmigrantes, que luchan y se movilizan contra las leyes de extranjería, con lemas como «Papeles para todos» o la inmediata regulación para todos sin condiciones. Esta semana el grito de «Cerremos los CIEs» recorrerá las calles de numerosas ciudades del Estado español.