Las compañeras de Pan y Rosas junto con estudiantes de medicina de la facultad de Can Ruti hablamos de los intereses capitalistas establecidos en torno a la higiene íntima femenina.

Mientras analizábamos la importancia del uso de la «copa menstrual» hemos debatido sobre cómo el sistema patriarcal perpetúa prejuicios y tabúes fuertemente arraigados en la sociedad, tal como profundizo en el artículo «La copa menstrual: prejuicios, tabúes e intereses capitalistas».

Después de hablar de los beneficios ecológicos, económicos y sobre la salud de las mujeres que tiene la copa en contraposición con las compresas y tampones, debatimos sobre el porqué de los tabúes que predominan en nuestra sociedad sobre la regla y la masturbación femenina que consiguen alienar a la mujer de su cuerpo.
La regla sentida como algo extraño, que «huele mal» y que hay que vivirla en la intimidad; y la masturbación femenina invisibilizada y recluida a la intimidad.

Alrededor de estos prejuicios nace una industria de la higiene femenina que poco interés guarda en la salud de las mujeres que utilizan sus productos. Así podemos ver en el mercado multitud de artículos: jabones para la higiene íntima, toallitas para limpiarse fuera de casa y tampones y compresas que neutralizan el olor- olor que proviene en su mayoría de la descomposición de la sangre en contacto con los productos químicos de éstos-. De esta manera consiguen mantener a la mujer como esclava de su cuerpo, tal y como propone el patriarcado.

Los debates no sólo se ciñeron a la sexualidad femenina si no que se ampliaron y se profundizó en la cuestión de salud. Se habló de violencia obstétrica y de un sistema sanitario gravemente afectado por los recortes y por la deshumanización que lo rodea.

Además se compartieron anécdotas personales y reflexiones hechas después de horas de prácticas en un hospital. Se trató también el tema de la importancia de una educación sexo-afectiva no sexista y no heteronormativa que hable de la menstruación o de la masturbación femenina o de prácticas homosexuales sin tabúes.

Además se propuso retomar el tema en un mes dedicado al género con más talleres y charlas que visibilicen el machismo y al cual esperamos acudan estudiantes de sexo masculino.

Consideramos muy importante que este debate se realizase en una facultad de medicina que rompa con prejuicios sobre la sexualidad femenina. Una carrera en la que subyace un machismo con el que se forman futuros médicos y médicas. Es importante que éstos se lo cuestionen, tomen constancia de la importancia de una educación sexo-afectiva eficiente, luchen contra la violencia obstétrica y se den cuenta de cómo el patriarcado de la mano del capitalismo pueden tumbarse en la camilla de un hospital.

Es importante que como futuras médicas y médicos rompamos con este patrón de medicina, para que las mujeres dejemos de sufrir la opresión patriarcal cuando se trata de nuestra salud. Y esto solo será posible si nos organizamos para formar futuros sanitarios críticos capaces no solo de ver estas situaciones, sino además responder ante ellas.

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