En la Escuela de Verano internacionalista realizada en Barcelona del 13 al 18 de julio, dedicamos un día entero a la cuestión de «Género y marxismo» para reflexionar y debatir los grandes problemas de las mujeres frente a la crisis.

«Para los hombres y mujeres que estamos hoy aquí, debatir, reflexionar sobre los complejos problemas de género y nuestra estrategia de emancipación desde el marxismo, es un gran reto», dijo Marta Clar, joven militante de Pan y Rosas de Barcelona.

La jornada tuvo el objetivo de reflexionar las bases estrategias que nos permitirán avanzar en construir organizaciones amplias de mujeres, independientes del Estado capitalista y sus instituciones en Europa, donde la mayoría de las mujeres, las trabajadoras, estudiantes, inmigrantes, jóvenes estén al frente de la conquista de todos sus derechos.

Para ello se desarrollaron talleres sobre las cuestiones cruciales que enfrentamos hoy las mujeres y sectores LGTBI y que atraviesan los principales debates dentro del movimiento feminista y de mujeres. La cuestión de la prostitución, los debates sobre el movimiento queer, las violencias machistas, la enorme historia de lucha del movimiento LGTBI y sus retos actuales, la actualidad de los aportes teóricos de las revolucionarias marxistas como Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin y Alejandra Kollontai, fueron los principales temas.

Además de reflexionar y debatir sobre estos grandes problemas, desarrollamos posicionamientos y propuestas programáticas, muchas de ellas en debate con las corrientes actuales del feminismo muy influenciadas por las ideas del posmodernismo.

Como cierre final, reflexionamos sobre las estrategias de emancipación de las mujeres y de los diferentes “feminismos” en debate, frente a la actual crisis capitalista, para desde ahí explicar nuestra estrategia como marxistas. Explicamos los diálogos y controversias entre el marxismo y el feminismo, alrededor de los siguientes debates: género y clase, orígenes del patriarcado y su desarrollo bajo el capitalismo, y sujetos de emancipación de la mujer.

Partimos de los diálogos y controversias entre el marxismo y el feminismo de los años 60’-70’ frente a la crisis capitalista, que se están reactualizando al calor de un cuestionamiento, todavía inicial, del feminismo “institucional” imperante desde la década del 80-90. El feminismo de los 60-70 era ansti-institucional y surge en un contexto insurreccional a nivel mundial con el Mayo Francés, otoño caliente italiano o las movilizaciones pacifistas y estudiantiles en EEUU, entre otros.

Las tendencias más radicalizadas fueron impulsadas por mujeres que provenían de otras organizaciones de izquierda o movimientos emancipatorios, con experiencias políticas y militantes de izquierda. Muchas de ellas eran marxistas, pero repudiaban la discriminación a que se veían sometidas en sus organizaciones políticas (muchas de organizaciones guerrilleras o stalinistas, entre otras). Y es así que, en su mayoría, se desarrolla como un enfrentamiento con los partidos de izquierda, particularmente con el stalinismo donde la ruptura entre feminismo y marxismo es muy fuerte.

Esto las llevó a desarrollar organizaciones no jerarquizadas y espontáneas de mujeres (incluso radicalmente separatistas), donde el objetivo central es la “autoconcienciación” que develaría el significado político de los sentimientos, las percepciones y las prácticas naturalizadas en la vida cotidiana. Este ejercicio de “autoconciencia” daría paso a la liberación sexual y la creatividad que permitirían entonces transformar las relaciones opresivas.

Retomamos críticamente estos debates y nos diferenciamos de la estrategia del feminismo radical, para el cual no habrá cambio social sin una revolución cultural que lo preceda. Será en los 80’ cuando el movimiento feminista se reconciliará con las instituciones (universidades, partidos, del Estado) desplazando la acción en las calles hacia otros ámbitos; cuestión que atraviesa a todo el movimiento feminista actual, siendo hegemónicas las ideas del posmodernismo con las cuales también nos diferenciamos en relación a los grandes problemas actuales que hemos debatido en los talleres.

Llevar a cabo estos debates desde el marxismo, nos obliga a diferenciarnos tajantemente de un “falso marxismo”, el stalinismo, que Andrea D’atri, en su libro Pan y Rosas llama “revisionismo anti-femenino”, y plantear así nuestra estrategia emancipatoria como marxistas. Y explicar el rol que el estalinismo jugó en Europa como continuidad y reproducción de las aberraciones provocadas por el régimen de Stalin en la URSS (bajo el que, entre otras cosas, se prohibió el aborto en la Unión Soviética, se condenó la prostitución y se criminalizó la homosexualidad).

«Este fue el principal factor que llevó a una gran ruptura entre feminismo y marxismo. Y uno de nuestros retos es aportar a la recomposición del marxismo con el movimiento de mujeres y feminista, empezando por limpiarlo de las banderas del stalinismo, que tuvo un gran peso y tradición en la izquierda europea», dijo Lilly Freytag, militante de Pan y Rosas de Berlín.

Además del taller especial donde explicamos los aportes teóricos de grandes mujeres marxistas, hemos explicado cómo las ideas del marxismo han dado respuesta, mucho antes que el feminismo del siglo XX, a cuestiones candentes cómo la prostitución, las tareas domésticas, el amor libre e ideas enormemente liberadoras contra el matrimonio y la monogamia.

Para desarrollar nuestra estrategia de emancipación de las mujeres, no empezamos «de cero». Pan y Rosas es una organización internacionalista que nació en Argentina donde hoy cuenta con más de 2000 mujeres, que se extendió a México, Chile, Brasil y Bolivia. Y que tenemos el reto, difícil pero de una gran importancia estratégica, de construir agrupaciones en Europa, donde estamos dando pequeños pero grandes pasos.

Nos hemos basado en la gran cantidad de elaboraciones y artículos de nuestras compañeras latinoamericanas. Y principalmente en el libro «Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en el capitalismo», escrito por Andrea D’Atri, fundadora de Pan y Rosas de Argentina. Un libro que ya fue difundido en el Estado español, traducido al italiano y que hoy estamos dando pasos en las traducciones al francés y alemán y que viene siendo las bases fundacionales que nos están permitiendo avanzar en nuestra reflexión, como armas militantes para actuar activamente en el movimiento de mujeres europeo. A la vez que estamos dando primeros pasos en actualizar estas elaboraciones al calor de los debates específicos del movimiento feminista en Europa y de las principales referentes feministas.

Además de esta intensa jornada, realizamos una reunión de mujeres para coordinar nuestro trabajo en Europa. Nos hemos propuesto grandes retos, además de avanzar en la traducción del libro Pan y Rosas, continuar y profundizar nuestras elaboraciones reactualizando el marxismo al calor de los debates del movimiento feminista en Europa.

Intercambiamos diferentes experiencias, como la intervención en la lucha de clases, como fue el caso de las huelgas de Panrico o Telefónica-Movistar en el Estado español, así como decenas de luchas donde nos propusimos no sólo visibilizar el rol protagónico de las mujeres trabajadoras, sino actuar en común con ellas frente a las demandas democráticas más sentidas por todas las mujeres. El impacto que tuvieron las mujeres de Panrico, en sus 8 meses de huelga, participando de las manifestaciones por el derecho al aborto o contra los feminicidios, demuestra que la clase trabajadora puede dar respuesta a los problemas de todas las mujeres. Y plantea un reto a todo el movimiento feminista y de mujeres: la alianza con todos los sectores oprimidos de la sociedad.

A la vez nos propusimos seguir actuando frente a todos los problemas de la mayoría de las mujeres y las jóvenes, participando activamente en la lucha por derechos elementales como el del aborto o contra las múltiples violencias machistas, contra el racismo y la xenofobia hacia las mujeres inmigrantes con una perspectiva internacionalista y antiimperialista. Contra la LGTBIfobia.

«El movimiento feminista actual, institucionalizado y tras décadas de haber abandonado las calles, se ha alejado de la mayoría de las mujeres que no ve en el feminismo una salida a los grandes problemas que debe enfrentar ante la crisis. Muchas veces nuestras ideas van a contracorriente de las estrategias limitadas del feminismo actual. Pero nosotras hablamos de los principales problemas de las mujeres: la precariedad laboral, la desigualdad salarial, la doble opresión de las tareas domésticas, la violencia machista muy legitimada por las instituciones, la trata y la mercantilización de millones de mujeres en el mundo. Por ello tenemos el desafío de confluir con un movimiento de mujeres que empiece a radicalizarse en las calles. Para lo que no hace falta rebajar nuestras ideas, sino que, como mujeres marxistas, podemos desarrollar plenamente nuestra estrategia de emancipación de las mujeres», dijo Verónica Landa, militante de Pan y Rosas del Estado español.

Publicado por Cynthia Lub

Cynthia Lub | @LubCynthia :: Barcelona

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