Limitar el número de refugiados, registrar huellas dactilares, disminuir prestaciones a quienes se les rechaza asilo: estas son las propuestas de la CE para «resolver» la crisis migratoria, tras el discurso de la «Europa de la solidaridad».
No obstante, los partidos de la coalición de Gobierno alemán, mientras proponen «la protección e integración de los que precisan amparo», resuelven «limitar el número con una serie de medidas»
Alemania resuelve disminuir las prestaciones a refugiados de «inmigración secundaria»
Bajo esta premisa, de Maizière, anunció este lunes que los solicitantes de asilo que han visto rechazada su petición y deben regresar a sus países, percibirán menos prestaciones sociales que quienes están aún pendientes de resolución. «Queremos reducir considerablemente las prestaciones para solicitantes de asilo en el caso de aquellos que deben abandonar nuestro país», declaró. Y subrayó que no pueden recibir los mismos subsidios que aquellas que están todavía inmersas en un procedimiento.
Esta es una de las medidas aprobadas este domingo por las cúpulas de los partidos de la coalición de Gobierno alemana, en una reunión que se prolongó hasta la madrugada del lunes y en la que también se planteó evitar una «migración secundaria» en Europa.
En este sentido, De Maizière señaló que, si a un solicitante de asilo le corresponde otro país según el mecanismo de reparto europeo pero quiere vivir en Alemania, no podrá percibir prestaciones alemanas y será remitido a la nación asignada.
Por otra parte, el ministro subrayó que la decisión tomada por Alemania de acoger a miles de solicitantes de asilo de los refugiados en Hungría debe constituir una «situación excepcional».
Desde 2014 Alemania había clasificado a Serbia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina como países de origen no seguros, por lo que los refugiados de esos países no tienen ninguna posibilidad de que sus solicitudes sean aceptadas. Y desde ahora propone agregar Kosovo y Albania a la lista y acelerar los trámites de repatriación de las personas procedentes de esos países.
Otra de las nuevas propuestas es que no permite a los demandantes de asilo elegir el país comunitario de acogida, aunque argumentó que se intentará «cuadrar sus cualidades y su voluntad con la capacidad del Estado miembro para acogerles».
A la vez que reafirmó los cuatro criterios «justos y cuantificables para determinar la capacidad de acogida de un país de distribución» propuestos el pasado mes de mayo: población, PIB, desempleo y esfuerzo previo de acogida.
Identificación obligatoria: más persecución y represión en las fronteras
Otra de las propuestas, la más polémica y sobre todo la que más denuncian y se resisten los refugiados, es la que establece que solo podrá llevarse a cabo tal distribución una vez que los demandantes de asilo hayan sido identificados y se hayan tomado sus huellas dactilares.
Por su parte, el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, reiteró la necesidad de aplicar los llamados «hotspots» para el registro y la acogida de refugiados, para que de este modo pueda haber un primer reparto de los solicitantes de asilo y una primera evaluación de los casos.
En rueda de prensa la portavoz comunitaria de Interior, Natasha Bertaud, dijo este lunes que «Nadie será reubicado de un Estado miembro a otro sin haber sido registrado primero». Y ante la pregunta sobre qué deben hacer los países que se encuentren con demandantes de asilo que se resistan a que les tomen las huellas dactilares, respondió que «El uso de la coerción es siempre el último recurso».
Sin embargo, la propia norma de identificación es totalmente coercitiva y seguirá obligando a los refugiados a huir de la persecución y represión de las fronteras.
Así lo muestra la «odisea» de este lunes de los 300 refugiados que salieron corriendo hacia una autopista húngara para no ser registrados y les tomaran las huellas dactilares, para luego ser trasladados a un centro de internamiento.
Su meta era llegar a Alemania, pero los policías bloquearon la autopista para impedirles el paso y los rodearon para después trasladarlos al centro de Röszke, en el sur del país, que fue inaugurado hace dos días y ya ha superado la capacidad de 1.500 personas.
Así siguen «los refugiados» sobreviviendo a las reaccionarias políticas migratorias, mientras la «Europa de la solidaridad» de Merkel y los gobiernos imperialistas europeos de la CE debaten medidas cada vez más restrictivas, que develan la hipocresía de sus discursos.