La Dirección Nacional del PTS evaluó el primer mes del gobierno de Macri y definió poner todos nuestros esfuerzos militantes en función de organizar la resistencia de los trabajadores y los luchadores a los ataques del gobierno, en función de la responsabilidad que tenemos como parte fundamental del Frente de Izquierda y en base a nuestro criterio histórico de considerar que lo central para construir una verdadera izquierda de los trabajadores es la intervención en la lucha de clases. Tanto nuestros referentes nacionales y provinciales (como Nicolás del Caño, Myriam Bregman, Christian Castillo, Raúl Godoy, Patricio del Corro, Noelia Barbeito, Laura Vilches, Hernán Puddu, Alejandro Vilca, Octavio Crivaro, etc.) como el conjunto de nuestra militancia tiene por delante esta tarea fundamental.
Un ajuste contra el pueblo trabajador
I – A poco más de un mes de su asunción, el gobierno de Macri ha descargado un duro ataque sobre los trabajadores, a la vez que ha favorecido los intereses de la gran patronal en general y de las agrarias en particular. La devaluación del peso en un 40% ha provocado una combinación de alza inflacionaria (que se había iniciado a comienzos de noviembre con la complicidad del anterior gobierno y de quienes se aprestaban a asumir) y de presión recesiva que se está expresando en un aumento de los despidos en el sector privado. A estos se suman los despidos en el sector público, tanto en la administración nacional como en las provinciales y municipales, algo que no es exclusividad de Cambiemos sino que también realizan los gobiernos locales del Frente Para la Victoria, como en Tierra del Fuego y Santa Cruz.
II– El macrismo se vanagloria de que la devaluación fue “exitosa” porque, hasta el momento, el precio del dólar se mantiene en torno de $14. Pero para los trabajadores esto ha significado el encarecimiento de los precios, en particular de los alimentos, medicamentos y alquileres, a los que próximamente tendremos que sumar las tarifas de luz y gas al menos en CABA y Gran Buenos Aires, con la consiguiente caída del poder de compra del salario. Consultoras cercanas al nuevo gobierno calculan que la inflación de este año puede estar cercana al 40%, con lo cual es probable que veamos una nueva depreciación del peso a lo largo del año. En términos de los intereses de la burguesía, el “éxito” de la devaluación se juega en que los porcentajes de esta sean mayores a los de la inflación y que la suba de los precios mayor a la de los salarios, de forma tal de lograr por esta vía un aumento de la tasa de ganancia, a lo que también presionaría un crecimiento de la desocupación. Por eso la importancia que tendrán las paritarias en esta disputa y la necesidad de luchar contra los despidos.
III– La devaluación vino precedida por el fin de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y baja del 5% en el caso de la soja, que de conjunto significó una muy importante transferencia de ingresos desde los asalariados y los sectores populares hacia las patronales agrarias y las exportadoras, calculada al menos en unos $ 60 mil millones anuales. Sin embargo sectores de las patronales del campo y las exportadoras consideran esto insuficiente y no han liquidado la cantidad de dólares a la que se habían comprometido, a la espera de una devaluación mayor. A la vez se ha favorecido con la suba de tasas de interés la especulación financiera de diversa índole.
IV– Si para las empresas exportadoras la devaluación implica una mejora de su competitividad en el mercado internacional, y para ciertos productos una “protección” contra la competencia externa, para otros significa lo contrario: un encarecimiento en dólares de los insumos importados, que estas empresas están trasladando inmediatamente a los precios pero que tiene en lo inmediato un efecto recesivo. Esta situación, a la que tenemos que sumar el fin de subsidios a determinadas patronales beneficiadas por el gobierno kirchnerista, las consecuencias de la caída de los precios del petróleo y un envalentonamiento empresario ante el nuevo gobierno, explica el aumento de los despidos en el sector privado que se verifican en varias empresas (Cresta Roja, Grupo 23, Sol, Falcon, la curtiembre SADESA en Santa Fe, Guma en Córdoba, Cerámica San Lorenzo en Azul, Havana, petroleros, Mondelez Victoria –reincorporados en este caso luego de un paro contundente-, etc), empezando en muchos casos por la no renovación de contratos a los trabajadores eventuales pero también sobre efectivos.
V– En los distintos niveles del estado la política macrista ha sido una suerte de “vandorismo empresarial”: despedir primero y negociar después en función de lo que resistan los trabajadores, lanzando una campaña ideológica que acusa de “ñoquis” o “ineficientes” a los trabajadores estatales, estigmatizándolos ante la opinión pública con una campaña del tipo a la que sentó las bases para el ajuste menemista. Esta política ha sido acompañada por el FPV en distintas provincias y municipios y tiene como base la enorme precarización vigente en el sector, que el kirchnerismo sostuvo a rajatablas. Estos despidos hay que verlos como una primera pulseada, un tanteo del macrismo para preparar futuras embestidas mayores contra los trabajadores del sector.
VI– A la devaluación y quita de retenciones hay que sumar el comienzo de un nuevo ciclo de endeudamiento, la búsqueda de inversiones imperialistas (objetivo fundamental del viaje a Davos) y las propuestas de pago a los “fondos buitre”, que tiene como fin facilitar lo primero. El de Cambiemos es un gobierno de entrega nacional. El kirchnerismo ya había intentado el camino del endeudamiento pagando a Repsol y al Club de París, pero el fallo del juez Griesa le impidió continuar por esa vía. Pero, pese a las intenciones mostradas por Macri de avanzar en los niveles de entrega nacional (también expresadas en su posición sobre Malvinas) no está claro que consiga sus objetivos. La liquidación de dólares de los exportadores ha sido menor a la prometida lo que de hecho es una puja para una devaluación mayor. Fracasó un primer intento de colocar deuda debido a las altas tasas exigidas (10% contra el 7% ofrecido por el gobierno). Y la negociación con los “buitres” parece que va para largo. Es que nos encontramos viviendo otro episodio de crisis capitalista, motorizada por el derrumbe de los precios del petróleo (y otras commodities), por la baja en el crecimiento de China y por la suba de las tasas de interés en Estados Unidos, que ha provocado la caída de las Bolsas en numerosos países incluyendo la de Buenos Aires. Para nuestro país, un elemento de mucho peso es la contracción de la economía en Brasil (se anticipa una baja superior al 3% del PBI este año que se agrega a una similar ya ocurrida en 2015), que es uno de los principales destinos de las exportaciones argentinas, empezando por la industria automotriz.
VII– El impacto de la crisis internacional más las medidas con efectos recesivos como la devaluación y suba de tasas de interés, lo más probable es un año de continuidad de estancamiento económico. La devaluación de 2002, además de ser mucho mayor (terminó en el 3 a 1), se dio en un marco de depresión nacional de tres años (profundizada en el primer año por la propia devaluación), capacidad instalada ociosa y desocupación del 25% que presionaba a la baja los salarios. Todo esto empalmó con el “superciclo” de las materias primas que comenzó en nuestro país a fines de 2003. Ahora, la situación internacional es la opuesta (bajan los precios de estos productos y se desacelera el crecimiento o directamente caen los PBI de los países a los que exportamos) y en el plano nacional no hay desocupación alta ni gran capacidad ociosa. Por eso, con la posibilidad de agravamiento por la crisis internacional, la perspectiva más probable es un año con bajo o nulo crecimiento, alta inflación (35-40%) y aumento al menos paulatino de la desocupación.
La “CEOcracia” de las grandes patronales
VIII– El gobierno de Macri cuenta con el respaldo unánime de la gran patronal agraria e industrial, de las corporaciones mediáticas centrales (Clarín, La Nación) y de gran parte del “partido judicial”. Su personal político ha sido reclutado como nunca antes entre gerentes y ex gerentes de multinacionales y el gran capital nacional, así como directamente de empresarios. Hombres y mujeres de Shell, Clarin, Techint, LAN, General Motors, bancos varios, Confederaciones Rurales Argentinas, Monsanto, etc., etc., pueblan el gabinete nacional, de CABA y PBA, así como secretarías y subsecretarías. De ahí su definición como una “CEOcracia”. Incluso en mayor medida que los primeros años del gobierno de Sebastián Piñera en Chile, el antecedente más parecido a este gabinete directamente empresarial. Queda así atrás el ciclo de “gobiernos de desvío” que representó el kirchnerismo, adaptándose a la relación de fuerzas creada por la crisis y la rebelión popular de diciembre de 2001 y preparando el terreno con sus recurrentes giros hacia una salida por derecha. Más allá del discurso demagógico antiajuste de los últimos días de la campaña electoral por el balotaje, Scioli expresaba la opción del FPV para ser esta fuerza la que aplicase las medidas antiobreras, como estamos viendo hacer en Brasil al gobierno del PT de Dilma Rousseff. Esta última llegó al gobierno por leve margen denunciando a su oponente por las medidas antipopulares que iba a aplicar. Una vez que ganó, se encargó ella misma de implementarlas, recortando los presupuestos de educación, salud, vivienda y contención social, así como provocando una fuerte recesión que está sufriendo la clase trabajadora del país vecino. Ya asesores económicos de Scioli como Mario Blejer o Miguel Bein elogiaron las medidas tomadas por Macri y Alfonso Prat-Gay y dijeron que ellos no hubieran hecho nada muy distinto en lo esencial. Más allá de las intenciones, el gobierno de Macri es por el momento todo lo neoliberal que le permite la relación de fuerzas, que no es de derrota de las masas como la que logró imponer Menem con la combinación de hiperinflación y revés de las huelgas contra las privatizaciones.
IX– Hasta el momento Macri ha contado con el Frente Renovador de Massa como rueda auxiliar, cogobernando en los hechos la Provincia de Buenos Aires (Jorge Sarghini del FR está en la presidencia de la Cámara de Diputados provincial y fue clave para la aprobación del presupuesto) y acompañando a Macri al Foro de Davos. Pero esta alianza es muy inestable, sobre todo si Massa se juega a ganar solo las elecciones de 2017 en el distrito que concentra un 38% de los electores nacionales. El ex intendente de Tigre, hoy ubicado como semi oficialista o, a lo sumo, “oposición a su majestad”, maneja distintas variantes: ir en soledad, en frente con algún sector del PJ o, incluso, como candidato del macrismo en la PBA, donde el PRO no tiene figuras de peso y podría quedar en tercer lugar en las elecciones de medio término.
X– Macri llegó al gobierno en un contexto de crisis con la ilusión de que podía haber una evolución gradualista de las condiciones de vida de las masas de la mano de los gobiernos “progresistas” de América del Sur. Su triunfo coincide con la victoria de la derecha venezolana en las elecciones legislativas de diciembre de 2015 y con el debilitamiento del gobierno de Dilma Rousseff, que tiene bajos niveles de popularidad (por una combinación del duro ajuste que está aplicando y las denuncias de corrupción) y estuvo amenazado por un impeachment (por ahora fracasado) impulsado por la oposición “tucana” de derecha del PSDB y sectores del PMDB. La crisis de estos gobiernos tiene su base material en la caída del precio de las materias primas, cuyos altos niveles de los años anteriores les permitió implrementar ciertas medidas de contención social sin afectar el poder central de las clases dominantes de la región. Con el cambio de situación recurren a ajustes similares a los que proponen sus adversarios. Las viejas y nuevas derechas latinoamericanas se basan en el desaliento creado por las promesas incumplidas de estos gobiernos para tratar de llegar al poder (como logró Macri en nuestro país) y descargar la crisis sobre los trabajadores, mediante una mayor subordinación al imperialismo y al capital financiero internacional.
Decretazos y ataques represivos
XI– Si en lo económico estamos viendo las primeras manifestaciones del “ajuste”, políticamente el gobierno de Macri se ha caracterizado en su primer mes de gobierno de hacerlo en base a Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), aprovechando el favor del poder mediático y la “luna de miel” de la que goza todo gobierno al comienzo de su gestión. Con esto ha buscado superar el obstáculo de ser minoría en el Congreso y mostrar gestos de “autoridad” para tratar de superar el síndrome de De la Rúa y el gobierno de la Alianza. Esto ha puesto en evidencia la falsedad del discurso “republicano” con el que Cambiemos y otros sectores de la oposición patronal criticaban al anterior gobierno. Se muestra lo acertado de la decisión de que Nicolás del Caño no concurra a la farsa de “diálogo” con la que Macri intentó cubrir el método del gobierno a decretazo limpio, cuando ya había anunciado que no iba a convocar a sesiones extraordinarias del Congreso durante el verano. En este terreno, Macri ha continuado a una escala superior el método de Cristina Fernández de Kirchner, de utilizar para el gobierno los mecanismos más bonapartistas del régimen democrático burgués para imponer sus medidas, incluso en el caso del nuevo gobierno con decisiones constitucionalmente muy cuestionadas como la designación “en comisión” de dos jueces de la Corte Suprema de Justicia. Recientemente también ha echado mano a un DNU para declarar la “emergencia en seguridad” con la excusa del “combate al narcotráfico”, que como bien hemos denunciado, implica entre otros puntos instaurar sin siquiera debate parlamentario la pena de muerte sin juicio previo mediante la “ley” de derribo; la intervención de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior; y la compra sin licitaciones de los recursos para el área. Esto en el marco de fuerzas de seguridad con alto grado de descomposición (como evidenció la fuga de los tres condenados por el “triple crimen”) y que en sociedad con sectores del poder político y judicial y mafias varias manejan el gran delito: narcotráfico, trata de personas, desarmaderos, juego clandestino. Junto con esto el nuevo gobierno ha puesto al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex SIDE) a un abogado dedicado a la compra venta de jugadores de fútbol en el mercado internacional, actividad característica del lavado de dinero, y propone para la UFI (la unidad dedicada a investigar el lavado) a una abogada que defendió al HSBC en la causa donde fueron condenados dos CEO de este banco por la fuga de capitales al exterior. Lejos de cualquier abstencionismo, defendemos cada derecho democrático atacado y utilizamos todo resquicio para mostrar el carácter antidemocrático del régimen burgués en su conjunto, como lo hicimos denunciando el gobierno de los “decretazos”, sin llamar siquiera a sesiones del Congreso.
XII– Un ataque particular, que se suma a las represiones sufridas por los trabajadores de Cresta Roja y los municipales de La Plata, es la detención de Milagro Sala en Jujuy, que constituye una avanzada general contra el derecho de protesta y manifestación. El motivo judicial utilizado, la participación en un acampe frente a la casa de gobierno local, es un claro ataque reaccionario que es necesario repudiar enérgicamente. Nuestro partido, como lo hemos hecho siempre frente a medidas de este tipo, se pone en la primera fila del reclamo por la libertad de la dirigente de la Tupac y diputada del Parlasur por el FpV, más allá de las diferencias políticas (su alineamiento con el kirchnerismo y el PJ) y de método (clientelismo, patoterismo, etc.) que nos separan de ella. Impulsamos la movilización por su liberación en unidad de acción “con el diablo y su abuela” (Trotsky) sin que esto implica darle apoyo político ni a la Tupac ni a los sectores del kirchnerismo que reclaman por su libertad. Es evidente que si prosigue la causa judicial y el encarcelamiento de Milagro Sala por la realización del acampe, todos los trabajadores y luchadores sociales estaremos en peores condiciones para apelar a métodos de acción directa en las luchas. Ya hay 4000 procesados por causas similares. Por ello resulta reaccionario el planteo de algunas corrientes de izquierda como el PO de negarse a toda unidad de acción con el kirchnerismo para plantear la liberación de Milagro Sala. Por el contrario, todas las corrientes de izquierda (salvo el PO) y grupos menores, participamos de las movilizaciones y jornadas de lucha comunes con sectores del kirchnerismo, a la vez que el conjunto de la izquierda se movilizó en Buenos Aires con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia este 27 de enero de Congreso a Plaza de Mayo contra la criminalización de la protesta social, la libertad de Milagro Sala y la anulación de la ley antiterrorista. Cuando fue la detención de Fernando Esteche y Raúl Lescano de Quebracho, PO al igual que nosotros compartió actos con sectores del kirchnerismo cuando este estaba en el gobierno, como el entonces vicegobernador Gabriel Mariotto, Luis D’Elia, el Movimiento Evita o Florencia Saintout. La detención de Milagro Sala mostró también que el radicalismo recurre a métodos de gobierno tan “feudales” como los del peronismo. Morales nada tiene que envidiarle a los Alperovich o a los Insfran. En una votación entre gallos y medianoche modificó la composición del Tribunal Superior de Justicia de Jujuy ampliándolo de cinco a nueve miembros, lo que inmediatamente fue seguido por la asunción como nuevos jueces de dos de los diputados radicales que habían participado de este bochorno (además de otro ex diputado radical). Muy similar a lo que hizo Menem con la ampliación de la Corte en los ’90. El fiscal de estado que fue a informar a Sala de su detención y condicionó su liberación al levantamiento del acampe fue hasta ayer apoderado de la UCR. A esto le dicen “justicia independiente”… El grueso del peronismo, por su parte, ha mantenido completo silencio ante la detención de la dirigente de la Tupac. Nada mencionaron al respecto las declaraciones de la cumbre de gobernadores de San Juan o la de intendentes de la Provincia de Buenos Aires en Santa Teresita. Urtubey, por su parte, avaló la detención. Una muestra más que los trabajadores y la juventud deben darle la espalda a este partido y no afiliarse al mismo, como pregonan La Cámpora y otros sectores kirchneristas.
La “crisis de dirección” del peronismo
XIII– Desde la salida de Cristina Fernández del gobierno, el peronismo y el Frente para la Victoria viven un proceso de “crisis de dirección”. Juan Manuel Urtubey encabeza una línea minoritaria con posiciones “semi oficialistas” que en un futuro podría ir a una unidad con el massismo, o a quedarse en el PJ con posiciones cercanas a las del FR, diferenciándose más duramente de lo que fue el kirchnerismo. Por otro lado, está la tendencia que hoy por hoy parece mayoritaria de los gobernadores e intendentes (el peronismo más directamente burgués) que quieren que el manejo del “territorio” sea el criterio sobre el que se constituya un nuevo liderazgo. La cumbre de gobernadores de San Juan, que tuvo como punto central el reclamo por los fondos coparticipables, expresó a este sector, así como la reunión de Santa Teresita lo hizo con los intendentes de la Provincia de Buenos Aires que no siguen la línea de CFK. Una tercer corriente es la de quienes sostienen la conducción de Cristina incondicionalmente. Esta disputa tendrá una primera manifestación en la normalización del Partido Justicialista, que puede o no dar lugar por primera vez a una elección interna por voto directo de los afiliados para elegir la nueva conducción. El mismo Urtubey, José Luis Gioja y Capitanich (este último en acuerdo con CFK) ya se han postulado para la presidencia partidaria si se diera esta opción. La línea de los intendentes fue mayoritaria a la hora de votar el presupuesto en la Provincia de Buenos Aires, donde 20 de 35 diputados aprobaron el endeudamiento acordado por María Eugenia Vidal y los intendentes del FpV (a cambio de ceder Vidal en dar a estos últimos parte de la deuda autorizada), mientras 15 se opusieron a este punto (votando a favor el resto del proyecto como necesitaba la gobernadora macrista). Esta división es a la vez una división de tareas a la hora de lidiar con el gobierno macrista como producto de una disputa real por la conducción del peronismo. Lo que se viene imponiendo por ahora es una oposición discursiva en aspectos puntuales pero sosteniendo la “gobernabilidad”, permitiendo que vaya avanzando el ajuste, que el FpV aplica en las provincias e intendencias que gobierna. Las últimas declaraciones de Scioli van en ese sentido. Lo que empuja a dejar en la marginalidad posiciones como la de Urtubey es el mismo “decisionismo” macrista, ya sea pasando inicialmente por encima del Senado para designar jueces de la Corte o duplicando por decreto los fondos otorgados a la Ciudad de Buenos Aires en desmedro de las provincias, utilizando como excusa el traspaso de la Policía Federal. A la vez el peronismo mantiene la mayoría de las provincias bajo su control y numerosas intendencias en todo el país (donde despide trabajadores igual que lo hace Cambiemos), lo que presiona a no sacar los pies del plato.
XIV– Por el momento CFK se ha mantenido fuera del centro de la escena, aunque alentando a los sectores del llamado “kirchnerismo duro” a hacer acciones de tipo testimonial y a reivindicar su gobierno. Esto se expresa en las llamadas “plazas del aguante” o “plazas de la resistencia”, que han movilizado varios miles en Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Rosario ante ataques puntuales a símbolos del kirchnerismo (ataque a la ley de medios o despido de Víctor Hugo Morales) o en conferencias de sus referentes (Sabbatella, Kicillof en Parque Centenario, etc.), primando sectores kirchneristas autoconvocados más que las organizaciones como La Cámpora o el Movimiento Evita, que más bien están preocupados porque la movilización no se desarrolle. Socialmente este proceso expresa a sectores de las clases medias urbanas “progresistas” y de la juventud, que especialmente desde 2008-2010 se fueron consolidando como base “dura” del kirchnerismo, ya sea dentro o fuera del peronismo. El kirchnerismo pretende “convencer” a la izquierda que a la luz de lo hecho por Macri fue equivocado no votar por Scioli como mal menor, con el argumento de que “no eran lo mismo”. Lo cierto es el voto en blanco y nulo era la única forma de expresar una posición de independencia de clase en el balotaje. Nunca dos fuerzas políticas son “exactamente lo mismo”. Pero, con sus matices, Scioli y Macri (y Massa en octubre) expresaban variantes de una política compartida de ajuste sobre los trabajadores al servicio de las grandes patronales, que ya venía desarrollando el gobierno anterior. Por eso Scioli había anunciado un gabinete con Berni, Casal y Granados, emblemas de las políticas represivas del kirchnerismo, y sus asesores económicos ya habían comenzado la negociación con los fondos buitres. Si Scioli hubiese triunfado muy probablemente la dirigencia kirchnerista (al menos su gran mayoría) estaría hoy justificando la inevitabilidad del ajuste, como lo hicieron cuando Kicillof devaluó un 20% en 2014, o ante cada uno de los ataques y represiones que el kirchnerismo llevó contra los trabajadores y el pueblo. Los sectores sindicales alineados con el kirchnerismo, como el conjunto de la burocracia sindical, no han hecho nada serio para enfrentar los despidos en curso. En el estado, UPCN desmoraliza y aterroriza a todo el que quiere resistir. La conducción kirchnerista de ATE Capital (identificada con la CTA Yasky) recién planifica un paro para marzo, mientras los despidos vienen desde fines de diciembre.
Su resistencia y la nuestra
XV– Nuestra oposición al macrismo es de un carácter distinto a la que realiza tanto el peronismo de los gobernadores e intendentes como a la que realizando los sectores kirchneristas. Esto últimos tienen el objetivo de generar las condiciones para que Cristina mantenga la conducción del peronismo y vuelva en alguna forma al gobierno. Nosotros, interviniendo en la primera fila de la resistencia para preparar la contraofensiva con un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, y que permita en perspectiva llegar a los trabajadores al poder. Políticamente no mezclamos nuestras banderas con el kirchnerismo y señalamos cada una de las medidas del gobierno anterior sobre las que se apoya el macrismo, de la nefasta “ley antiterrorista” y la precarización en el estado hasta el poder dado a las “malditas policías” o su sostén a la minería contaminante, o su alianza con la burocracia sindical traidora. En este marco, realizamos unidad de acción por reivindicaciones puntuales, como puede ser el reclamo de la liberación de Milagro Sala. De ahí que el 24 de marzo estamos por la realización de un acto independiente del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y no por un acto “antimacrista” en general como sostienen algunos grupos. Diferenciamos la política de unidad de acción por aspectos puntuales (en los que podemos coincidir con fuerzas pequeñoburguesas y, aún, burguesas) de la realización de bloques políticos progresivos (como puede ser el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia que conformamos con partidos de izquierda, organismos de derechos humanos independientes del estado y organizaciones sindicales y estudiantiles) o de la táctica de “frente único obrero”, utilizada por los marxistas revolucionarios desde los primeros congresos de la Tercera Internacional, y que consiste en plantearles a los sindicatos y organizaciones reformistas de la clase obrera emprender una lucha común bajo el criterio de “golpear juntos, marchar separados”, tal como hicimos en cierta medida (ya que no fue un acuerdo explícito entre los sectores clasistas y las burocracias de las centrales sindicales) con la CGT de Moyano y la CTA Micheli en los paros generales contra el “impuesto al salario” y otras reivindicaciones obreras durante el gobierno de CFK. O como tenemos que hacer ahora exigiendo a los sindicatos que se pongan al frente de la lucha contra el ajuste macrista (o del FpV en las provincias e intendencias que gobiernan), a la vez que impulsamos todo reagrupamiento progresivo de los sectores clasistas y/o combativos del movimiento obrero.
XVI– Independientemente de la orientación política de las “plazas” que criticamos anteriormente, su persistencia este verano y la oposición que genera en sectores juveniles el gobierno macrista quizás esté anticipando un probable cambio en la situación del movimiento estudiantil, donde primó la inmovilidad en los últimos años. Gran parte de las universidades, sobre todo las facultades humanísticas, pasarán de ser bastiones del oficialismo a la oposición. Mediante mecanismos de cooptación diversas el kirchnerismo logró la pasivización de la mayoría del movimiento estudiantil universitario y secundario (con excepción parcial de los secundarios de CABA, no casualmente en oposición al macrismo), más allá que los K solo lograron avances tardíamente sobre las organizaciones estudiantiles. La hipótesis de un movimiento estudiantil activo universitario y secundario (como en Chile por la educación gratuita bajo Piñera), o la aparición de fenómenos juveniles militantes como se han dado en otros países los últimos años (#YoSoy132 en México, Occupy Wall Street en Estados Unidos, las movilizaciones de junio de 2013 en Brasil, etc.), propenso a movilizarse por sus propias reivindicaciones, contra la represión y el mayor control social de la policía, y junto a los trabajadores contra el nuevo gobierno derechista debemos manejarla como un cambio muy importante que podría dinamizar la militancia juvenil. En el mismo sentido debemos apuntar a un salto en la lucha del movimiento de mujeres, que ganó fuerza el año pasado con las grandes movilizaciones del 3 de junio por el #NiUnaMenos.
La complicidad de la burocracia sindical y la exigencia del paro general
XVII– La burocracia sindical, que estuvo alineada mayoritariamente con Scioli en las elecciones, ha dejado hasta el momento actuar al macrismo. Este le dio el manejo de los fondos de las obras sociales sindicales y cargos secundarios en otras dependencias, pero la relación es de “tanteo cómplice” con el actual gobierno. Ante el ajuste en curso y la falta de anuncios favorables a los trabajadores, la CGT de Moyano, que aunque sin dar apoyo explícito apostó por una victoria de Macri, se vio obligada a sacar un documento de cierta separación de la política gubernamental. Frente a los despidos en curso en el estado y en el sector privado, tanto el sector moyanista como la CGT encabezada por Caló tuvieron una actitud prescindente, no llamando a ninguna medida de lucha. Las dos CTA, por su parte, más afectada su base social por los ataques en curso, han condenado de palabra el ajuste macrista pero han hecho poco y nada para enfrentarlo seriamente. Pese a la actitud de la burocracia los trabajadores están mostrando que no van a dejar pasar los despidos sin lucha, como muestra ante todo la masiva protesta de los petroleros en Comodoro Rivadavia o las movilizaciones de trabajadores del sector público afectados por despidos. Las paritarias serán una prueba de fuerza central para medir el “éxito” de la devaluación para la burguesía, es decir, lograr subas salariales bien por debajo de la inflación que se plantea el ministro Prat—Gay. Entre las primeras en desarrollarse, la de los docentes de la Provincia de Buenos Aires será una de las más relevantes. Pero “esperar” a las paritarias dejando pasar los despidos, por más parciales que sean, es una política criminal que no sólo permite la ofensiva patronal/estatal, sino que implicará llegar en peores condiciones a la propia negociación salarial. Por esto, cada batalla contra los despidos debe ser encarada como las primeras trincheras de la resistencia.
XVIII– Frente al ataque el movimiento obrero tiene que levantar un programa para que la crisis no sea pagada por el pueblo trabajador. Hay que defender cada puesto de trabajo: ¡Ningún despido! ¡Pase a planta permanente en el estado! ¡Nacionalización bajo gestión obrera de toda empresa que cierre o despida masivamente! Prohibición de los despidos por 24 meses. Para que la crisis la paguen los capitalistas. Para defender el salario planteamos: indexación automática mensual de los salarios de acuerdo a la inflación; salario mínimo igual a la canasta familiar ($ 16 mil). Ningún techo a las paritarias. Anulación del “impuesto a las ganancias” para los trabajadores bajo convenio. Congelamiento de tarifas y alquileres. Frente a la mayor sumisión al imperialismo que busca el gobierno decimos: ¡No a la entrega! ¡Ni un peso a los “buitres”! ¡No al pago de la deuda externa! ¡No al FMI! Nacionalización de la banca y el comercio exterior. Plan de tres millones de viviendas populares. Todo esto en la perspectiva de una lucha de conjunto que permita derrotar el ataque en curso: ¡Abajo el ajuste de Macri y los gobiernos provinciales!
Los desafíos del PTS y del Frente de Izquierda
XIX– El Frente de Izquierda (que es una coalición política-electoral por la independencia política de la clase obrera entre tres fuerzas que nos reivindicamos obreras y socialistas) salió fortalecido políticamente del largo proceso electoral de 2015, con nuevos legisladores y concejales en varias provincias y ampliando el bloque de diputados nacionales. Logramos la votación más alta para una fórmula presidencial de izquierda anticapitalista desde 1983 hasta la fecha con más de 800 mil votos y más de 1 millón a la categoría de diputados nacionales, acercándonos a la votación de las elecciones legislativas de 2013. La presencia y visibilidad política de la izquierda es la mayor en muchos años, no solo por los referentes nacionales del FIT (como nuestros compañeros Nicolás del Caño y Myriam Bregman en primer lugar) sino también a nivel local, como hemos desarrollado en el artículo “Un gran año del Frente de Izquierda», publicado en La Izquierda Diario. Nuestro partido viene haciendo al PO y a IS distintas propuestas para seguir consolidando y desarrollando ese lugar ganado por el FIT. Lamentablemente, después de haber remarcado durante años el “carácter estratégico” que tenía el FIT, luego de haber perdido la interna (que forzó el propio PO, recordemos) el PO parece haber optado por una política de “congelamiento del FIT”. Por nuestra parte, debatiendo francamente las diferencias todo lo que sea necesario, seguiremos haciendo nuevas propuestas para el desarrollo del FIT como referencia política de independencia de clase contra las distintas variantes burguesas, ya que, con todas sus contradicciones, lo consideramos un fenómeno altamente progresivo que ha permitido a la izquierda posicionarse como alternativa ante la vanguardia y sectores de las masas obreras y populares.
XX– Nuestro partido se propone ocupar un lugar en la primera fila de la resistencia de la clase obrera al ajuste en curso y a los ataques patronales en cada lugar de trabajo, así como a todo avance represivo y contra las libertades democráticas y a la entrega nacional. Para imponer el ajuste, es necesario reforzar el andamiaje represivo del estado, y en esa dirección hemos visto moverse al gobierno macrista desde el 10 de diciembre. Por eso la actividad de nuestra militancia y referentes públicos, como nuestros diputados, legisladores y concejales, debe orientarse en primer lugar al apoyo de todo conflicto, en particular contra los despidos que se están produciendo en numerosas empresas. Como es parte de nuestra tradición (y mostramos en innumerables conflictos, con LEAR como uno de los ejemplos más relevantes) es la intervención en la lucha de clases lo fundamental para el desarrollo de un partido revolucionario. Nuestros planteos para el desarrollo del Frente de Izquierda y hacia reagrupamientos progresivos de los sectores combativos de la clase obrera deben estar guiados por igual criterio. Hoy todo el capital político conquistado por nuestra organización debe estar al servicio del desarrollo de la lucha de clases contra el nuevo gobierno de Cambiemos (y los gobiernos provinciales y municipales controlados por otras fuerzas políticas burguesas), organizando la resistencia para que cada conflicto se convierta en una trinchera de lucha. La apertura de nuevos locales que ya hemos comenzado debe estar en función de esta política de poner al partido al frente de la lucha contra el ajuste en curso. Queremos avanzar en una mayor estructuración y territorialización de nuestro partido ligándonos profundamente a la lucha de clases e incrementando nuestra fuerza militante entre los trabajadores, las mujeres y la juventud.
XXI– Como principales resoluciones para el período inmediato planteamos:
a) Paticipar activamente en la lucha por la libertad de Milagro Sala como avanzada de la política represiva y de ataque de las libertades democráticas llevada adelante por el gobierno de Macri, ya sea en unidad de acción con la Tupac y sectores kirchneristas o en acciones independientes impulsadas por la izquierda. Denunciar y enfrentar cada acción represiva del gobierno nacional y provinciales.
b) Intervenir activamente en la lucha contra los despidos que se están desarrollando en numerosas empresas privadas así como en dependencias estatales.
Exigir a los gremios y centrales sindicales un paro general para enfrentarlos y por la defensa del salario.
c) Preparar en los distintos gremios la lucha por las paritarias, alertando a los trabajadores que nada se conseguirá sin lucha, impulsando asambleas en los lugares de trabajo.
d) Impulsar para el 24 de marzo, a 40 años del golpe genocida, una gran movilización independiente del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, planteando como eje la lucha contra el ajuste del gobierno de Macri y los gobiernos provinciales, y levantando los reclamos históricos contra la impunidad y la represión de ayer y de hoy que son patrimonio del EMVyJ adecuados a la nueva situación (libertad a Milagro Sala; no la “emergencia en seguridad”; anulación de la ley antiterrorista;
desprocesamiento de los 4000 compañeros por luchar; aparición con vida de Jorge Julio López; etc.) y señalando la responsabilidad de los gobiernos kirchneristas respecto a la actual situación.
e) Apoyar la lucha por la expropiación de la ex Donnelley actual MadyGraf.
f) Impulsar el Encuentro Nacional de Trabajadores previsto para el 5 de marzo, que vienen convocando distintas organizaciones clasistas y combativas del movimiento obrero.
g) Hacia el FIT: 1) Insistir al PO y a IS con la propuesta de realizar un gran acto del Frente de Izquierda contra el ajuste del nuevo gobierno de Macri y los gobiernos provinciales. 2) Proponer una coordinación del trabajo parlamentario del FIT desde la Mesa Nacional del frente, poniendo eje en favorecer el desarrollo de la lucha de clases.
COMITÉ CENTRAL DEL PTS (en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores)
Buenos Aires, 27 de enero de 2016