Tres veces le preguntó la presentadora Pepa Bueno a Carolina Bescansa, miembro de la dirección de Pablo Iglesias en Podemos, sobre el derecho a decidir de los catalanes.
La portavoz de Podemos, sin embargo, se esforzó por esquivar la pregunta y dar una respuesta concreta a uno de los temas que el equipo de Pablo Iglesias considera les puede alejar del centro del tablero político. Tanto que en el foro Plaza Podemos, varios militantes de la formación lo consideraron un ejercicio “más propio de la gente de la que estamos tan cansados” y que “han sido bastante bochornosas, tipo respuestas de político gobernante al uso de estos tiempos”.
La periodista de Cadena Ser fue concreta: ¿Qué opina sobre la situación de Catalunya? Bescansa respondió de una manera general y apelando a una salida negociada y dialogada con el Estado central. “Es un ejemplo claro de los que no se debe de hacer, que es básicamente no hablar, no escuchar a la gente y no sentarse para llegar a acuerdos”.
Vale entonces preguntarse: ¿Acaso considera que las aspiraciones democráticas de millones de catalanes se pueden conseguir en una mesa de negociación entre el Gobierno del PP y el Govern de CiU? ¿Acaso desconoce que la Constitución del ‘78 cierra taxativamente la posibilidad de que se ejerza el derecho de autodeterminación?
Pero además, y siguiendo la línea de “silencio” implementada por el equipo de Iglesias en los últimos meses en temas fundamentales pero “espinosos” para dirigirse al votante promedio de centro, no dijo ni una palabra ante hechos tan graves y antidemocráticos como la suspensión de la Ley de Consultas y la consulta del 9N por parte del Tribunal Constitucional con el apoyo del PP y el PSOE.
Pareciera que en opinión de sus portavoces, Podemos debe apelar a una “revolución democrática” -aunque cada día use menos este término-, sin resolver demandas democráticas estructurales elementales que expresan la aspiración de millones, como es claramente el derecho de autodeterminación de Catalunya o Euskadi.
Pepa Bueno le insiste: “Pero, ¿Sobre la independencia de Catalunya tienen que votar solo los catalanes o también el conjunto de los españoles?” Bescansa opta por responder sólo a la mitad de la pregunta diciendo que “lo que está claro es que alguien tiene que votar, eso para empezar, y que los catalanes tienen pleno derecho a votar sobre el modelo territorial de Estado que quieren”. Se mantiene así dentro del programa escrito de Podemos que en su punto 5.7 defiende el derecho a decidir de los pueblos del Estado español. Pero se resiste a responder a una cuestión clave: si esa decisión la han de tomar los pueblos de las nacionalidades o se ha de contar con la opinión del conjunto del Estado, como plantean el PP, el PSOE e incluso un sector importante de los votantes de Podemos, para negar toda posibilidad de ejercicio democrático del derecho a la independencia.
La periodista, que tiene tablas en entrevistar a políticos evasivos, hace su último intento: “¿Tenemos el resto de los españoles que opinar sobre si Catalunya se debe independizar o no?” Y aquí ya Bescansa, de una forma elegante, deja al desnudo la posición que estaba tratando de ocultar: “Yo creo que tenemos todos que opinar sobre muchas cosas. Sobre el modelo territorial por supuesto. Pero no solamente sobre si alguien se puede independizar o no”, para seguir con una serie de temas sobre los que deberían decidir los ciudadanos.
Es decir para Bescansa “si alguien se puede independizar o no”, es un tema a decidir “entre todos”, algo que sólo puede interpretarse como los habitantes del conjunto del Estado. No quisiera pecar de prejuicioso, pero esto suena a que la autodeterminación no es un derecho democrático de las nacionalidades que pueden ejercer por sí mismas.
Pero vale la pena someter esta cuestión a un debate profundo. Porque de ser así, se trataría de la posición clásica defendida durante más de 30 años por los partidos del turno bipartidista, o sea, los “de la casta”. Y, hay que decirlo, sería la misma posición que ya habían planteado algunos representantes de Podemos como el ex eurodiputado y ex Fiscal Anticorrupcción, Carlos Jiménez Villarejo.
La opinión que dejó entrever Bescansa nunca se ha explicitado como la “posición oficial” de Podemos, algo que de suceder sin duda generaría un profundo descontento entre la mayoría de la base militante que en Podemos defiende con sinceridad el derecho a la autodeterminación de las nacionalidades.
Aunque el silencio sobre una cuestión candente como ésta por parte de sus principales portavoces, sumado a respuestas como las de Bescansa, apuntan lamentablemente en un sentido contrario al espíritu que pareciera inspirar de la mayoría de los participantes de la Asamblea Ciudadana del pasado fin de semana.