El día sábado se terminaron de confeccionar las listas para legisladores y comuneros del Frente de Izquierda y los Trabajadores para la Ciudad de Buenos Aires. En este cierre se abrió un importante debate en torno a la apertura de las listas a candidatos de grupos que no son parte del FIT.
Días antes del cierre de listas de la Ciudad de Buenos Aires, dentro del FIT se abrió una discusión sobre la posibilidad de que fueran integrados al Frente corrientes que realizaron la convocatoria «Por un polo amplio de la izquierda» (Pueblo en Marcha, Democracia Socialista, entre otros) y grupos como el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) que también integra el Frente Nacional Pueblo Unido que tiene como uno de sus principales referentes a Carlos «Perro» Santillán, y la CRCR (Comunismo Revolucionario, ruptura del PCR).
Esto se da en el marco del fin de mandato kirchnerista en momentos donde sectores que se reivindican de izquierda vienen haciendo definiciones en torno a las alianzas que es necesario desarrollar en este contexto. De hecho, un sector de la “izquierda independiente” o “nueva izquierda” se volvió a aglutinar bajo el paraguas de los aliados de Víctor De Gennaro y Claudio Lozano en la Capital, como es el caso de Patria Grande, mientras otras se transformaron en colaterales del FPV como la que representa Pablo Ferreyra.
Indudablemente la convocatoria de diversos grupos planteando su voluntad de sumar sus fuerzas al FIT es un reconocimiento a un polo político que se viene desarrollando y viene creciendo como referencia a nivel nacional entre trabajadores, jóvenes y sectores populares.
Es una muestra además de lo valiosa que es la experiencia del FIT ante aquellos que sostenían que la única manera de crecer era la conformación de partidos o alianzas electorales “amplios” y sin programas claros. Esta es una discusión estratégica central en la izquierda mundial ante las experiencias de Syriza en Grecia o Podemos en el Estado Español. El Frente de Izquierda en la Argentina, se constituyó con el básico denominador común de la independencia política de los trabajadores y un programa que culmina con la lucha por el gobierno de los trabajadores, diferenciándose de todas las experiencias populistas latinoamericanas (Evo Morales, el chavismo, etc.).
De lo que se trata la discusión abierta es si el desarrollo político del movimiento obrero y la izquierda en Argentina se dará bajo un programa y una práctica de independencia política y en la lucha por un gobierno de los trabajadores, o si irá tras fórmulas frentepopulistas de “unidad de la izquierda” en general.
El debate comenzó por CABA
Desde el PTS hemos saludado desde el principio que compañeros que en su mayoría no venían dando su apoyo al FIT, optaran por hacer pública su nueva voluntad. Es un cambio a tener en cuenta, más cuando en casos como La Dignidad -“Pueblo Unido”, habían competido con el FIT en Jujuy impidiendo que el Frente de Izquierda conquistara dos bancas en la Legislatura Provincial, o en el caso de los compañeros de la CR que las anteriores elecciones de la CABA señalaban que “Camino Popular (integrado también por la candidatura de Claudio Lozano) nació este año proponiéndose ser un factor de reagrupamiento, para extender esta línea a nivel nacional y sumar a los que luchan”.
En este sentido también hay un debate, puntual y vigente, con los compañeros del Frente Popular Darío Santillán (fuerza principal de Pueblo en Marcha) ya que poco antes del cierre de listas en la CABA venían de reeditar en Rosario la lista municipal “Ciudad Futura” con el grupo Giros que tiene posiciones abiertamente kirchneristas. Mientras los compañeros querían avanzar en su integración a las listas del FIT en la CABA, en Rosario presentaban una lista competidora al FIT en una provincia donde el piso proscriptivo de las PASO es aún mayor (un 1,5% del padrón).
Por eso señalamos que lo que estaba planteado era desarrollar el debate político, y que el apuro por cerrar un acuerdo electoral, atentaba contra este desarrollo. No sólo por haberlo comenzado días antes del cierre de listas, sino también porque en la primer reunión realizada entre los miembros del FIT y estas fuerzas, lo que se puso sobre la mesa como un punto central por parte de dichas fuerzas, fue el pedido de la apertura de cargos en las listas.
En función de desarrollar el debate, planteamos que veíamos importantes contradicciones para avanzar en acuerdos políticos más profundos. En primer lugar la mayoría de estas corrientes no tienen acuerdo con el programa y declaraciones constitutivas del FIT como algunos han declarado. Por lo tanto, sin haber tenido tiempo para desarrollar un debate sobre los puntos programáticos, las opciones eran o “pasar por alto” el programa del FIT, o que los compañeros lo adoptaran formalmente, como parte de un compromiso electoral. Por ultimo dejamos planteado que el debate no solo afectaba a los puntos programáticos, sino que al día de hoy existen importantes contradicciones en la práctica política, incluso la electoral (como señalamos arriba), sobre las que teníamos que abrir un debate. Este elemento también se venía expresando en que no hemos compartido una experiencia militante común en la lucha de clases. Ni en el conflicto de Lear, el más importante del 2014 para los CEO consultados por El Cronista, ni en ningún otro, hemos confluimos con estos compañeros.
Sin ser parte del FIT, candidaturas “extra-frente” cedidas por PO e IS
Luego de estos iniciales debates nuestra propuesta fue clara: comenzar una experiencia en común, insistiendo en lo prematuro de la incorporación de estas organizaciones a las listas. Las tres fuerzas integrantes del FIT acordamos que no había condiciones políticas para que estas corrientes se integraran como parte del Frente. Sin embargo, en la reunión el día de cierre de listas, el PO e IS plantearon que, si no se abrían las listas para que participaran con candidatos “extra-frente” de común acuerdo, ellos iban a ceder espacios de sus candidaturas en cargos “no expectables” (es decir, en los que no pueden ser electos), lo que finalmente hicieron bajo su responsabilidad.
Los primeros test no son positivos
Si bien nuestra propuesta apuntaba a fortalecer una experiencia con estas corrientes, las noticias que llegaban pocas horas después, nos daban la razón en la necesidad de hacer un debate profundo. En su primer comunicado Pueblo en Marcha no tardó en anunciar su participación en las listas del FIT pero sin decir ni tímidamente que este acuerdo forma parte de un armado por la independencia política de los trabajadores, lo que demuestra que hablar de un acercamiento programático no es acertado.
En el caso de la corriente Comunismo Revolucionario, pese a ir en la lista como séptimo candidato para la legislatura (lugar cedido por el PO), sostiene públicamente que no tienen acuerdo con el programa del FIT. Nos parece honesto por parte de los compañeros que lo declaren, pero no podemos más que disentir ya que significa que serán candidatos que no defenderán el programa que levanta el FIT.
Pero los límites no se expresan simplemente en declaraciones, también vemos con preocupación que la lista “Ciudad Futura” en Rosario boicoteara el paro docente en esa ciudad, y que su referente declararaque “la única escuela que empieza las clases el día que corresponde es la nuestra”. ¿Los compañeros de Pueblo en Marcha van a sostener su apoyo a esta lista contra el FIT? ¿Qué opinión y qué posición política toma el resto de las fuerzas frente a este escenario en Rosario y Santa Fé? Consideramos central resolver este punto con los compañeros.
Frente a este debate abierto, se expresaron distintas visiones sobre cuál debe ser el desarrollo del FIT. Mientras Izquierda Socialista ha decidido ni siquiera expresar brevemente su posición en el acta de cierre de listas en la Ciudad (recordemos que reivindican las experiencia de Izquierda Unida, el frente del viejo MAS con el estalinista PC), el PO “defiende la integración de estos compañeros y organizaciones a las listas en el marco de un acuerdo de colaboración y participación política de los mismos con el Frente de Izquierda sobre bases estratégicas que defienden el Partido Obrero y el Frente de Izquierda, como la independencia política de los trabajadores, y la defensa del frentismo de izquierda que debe servir para el desarrollo de la lucha de clases de los trabajadores en todos los terrenos”. No sabíamos hasta el momento que el PO defendiera el “frentismo de izquierda” como “bases estratégicas” del FIT, algo que no figura en ninguna de sus declaraciones y programas.
Lamentablemente, la postura de PO e IS de aceptar la inclusión de candidatos extrafrente en estos términos, sin haber podido desarrollar estos debates al plantear la discusión a pocos días del cierre de listas, no permite que avance un proceso de debate y clarificación programática y de práctica política, donde por ejemplo discutiéramos en el terreno electoral contra la duplicidad de apoyos en distintos lugares del país y los antecedentes de elecciones anteriores, algo fundamental para una práctica política coherente.
Infinidades de veces nos han dicho que era necesario lavar el programa para ganar votos, ser “más amplios”, “sumar fuerzas” sin importar las definiciones estratégicas. Lo cierto es que el FIT no solo se ha transformado en un frente electoral importante como parte de la realidad política, sino que ha tenido una muy buen performance en caudal de votos sin “bajar” el programa. Lo que queda claro es que no es necesario para tener “éxito” perder la independencia de clase. Mantenerla y luchar por la independencia política de la clase trabajadora, con un programa nacional e internacional de lucha por un gobierno de los trabajadores y el socialismo, ha sido la parte más importante del crecimiento de las fuerzas que integramos el FIT.