Este domingo Argentina elige presidente. El fin del ciclo kirchnerista. La emergencia del Frente de Izquierda y los trabajadores. La candidatura anticapitalista de Nicolás del Caño.
En las elecciones presidenciales de este domingo en Argentina se presentan seis candidatos, pero solo hay dos políticas. Las propuestas de los candidatos que representan los intereses de los empresarios, y las propuestas de la izquierda. Tanto el candidato oficialista del kirchnerismo, Daniel Scioli, como el neoliberal Mauricio Macri o el candidato de otro sector peronista, Sergio Massa (también Alberto Rodríguez Saá y Margarita Stolbizer, que va aliada a Macri en varias provincias), proponen que la crisis que ya está impactando en Argentina la paguen nuevamente los trabajadores y el pueblo con devaluación y pago de la deuda.
La izquierda, representada por la fórmula presidencial de Nicolás del Caño y Myriam Bregman del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), plantea lo opuesto. Afectar los intereses de los capitalistas para conquistar un aumento de salario básico igual a la canasta familiar, prohibición de suspensiones y despidos, plan de viviendas populares y obras públicas para terminar con el paro y con el déficit habitacional, entre las medidas urgentes a implementar.
Presentamos aquí cuatro claves para entender desde la izquierda las elecciones en Argentina.
1) El fin del ciclo kirchnerista
Después de más de una década de gobiernos kirchneristas, que se presentaron como una “década ganada”, existe una gran diferencia entre el relato y la realidad.
El kirchnerismo emergió tras la crisis del 2001. En las elecciones presidenciales de 2003, Néstor Kirchner encabezó la lista del Frente para la Victoria y obtuvo el segundo lugar (con el 22,24 % de los votos), pero accedió a la presidencia porque su oponente, el peronista neoliberal Carlos Menem, renunció a presentarse en la segunda vuelta electoral.
Con un discurso centrado en los “derechos humanos” y la “recuperación de la soberanía nacional” y la implementación de algunas medidas de redistribución de la renta hacia los sectores más empobrecidos (en particular hacia los parados), el kirchnerismo ganó peso en un amplio sector de la población.
En octubre de 2007, Néstor Kirchner fue sucedido en la presidencia por su esposa, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), elegida en primera vuelta con el 45,29 % de los votos. En 2011, CFK fue reelecta como presidenta con el 54,11 % de los votos.
Pero a pesar de su discurso, los Kirchner fueron “pagadores seriales” de la deuda externa y entregaron el control de recursos naturales a empresas multinacionales como el yacimiento de Vaca Muerta en la Patagonia. El último jefe del ejército nombrado por Cristina Kirchner está denunciado por su rol en la dictadura militar. En temas sensibles como el aborto, los kirchneristas mostraron su seguidismo a la reaccionaria Iglesia católica, y este sigue siendo un derecho negado para las mujeres en Argentina. En relación a la situación de la clase trabajadora, el kirchnerismo se apoyó desde su surgimiento en uno u otro sector de la odiada “burocracia sindical peronista”, mediante cuyo control de los sindicatos impuso límites a los reclamos salariales de los trabajadores en el marco de una profunda inflación.
Con los cambios de signo en la economía mundial, la situación económica argentina se desagradó y todos los candidatos del régimen preparan un “ajuste”. El “fin del ciclo” kirchnerista se muestra claramente en un hecho: su candidato para continuar “el proyecto”, es nada menos que Daniel Scioli, un derechista al que muchos simpatizantes del kirchnerismo no quieren votar.
2) Un consenso derechista para aplicar medidas de ajuste
Si se analizan las propuestas políticas de los candidatos tanto oficialistas como opositores, todos ellos –a excepción del Frente de Izquierda (FIT) encabezado por Nicolás del Caño-, proponen descargar la crisis sobre los trabajadores y los sectores populares.
Los asesores económicos de los principales candidatos capitalistas (Scioli, Massa, y Macri), debaten públicamente si el ajuste tiene que ser gradual o en forma de shock.
Sus propuestas frente al impacto de la crisis capitalista en Argentina son, en resumen, una mayor devaluación de la moneda, con la consecuente inflación y caída del salario, el aumento de las tarifas de servicios, mayor flexibilidad laboral para promover la “competitividad” y acordar con los “fondos buitre” para volver a un nuevo ciclo de endeudamiento.
Por ello, en el acto de cierre de campaña en Buenos Aires el pasado jueves, Nicolás del Caño del FIT dijo que “somos la única fuerza que planteó la agenda de las mujeres, de los trabajadores y de la juventud frente al ajuste y la impunidad que defienden Scioli, Macri y Massa”.
El próximo período estará marcado por nuevas luchas de trabajadores contra las medidas de ajuste. En los sindicatos peronistas aún está arraigada una fuerte burocracia sindical mafiosa, pero en muchos sindicatos y fábricas existe un “sindicalismo de base” donde los trotskistas han ganado cada vez más influencia, como en las fábricas de la alimentación, gráficas, docentes o el metro de Buenos Aires.
3) La emergencia del Frente de Izquierda y los trabajadores
El FIT está integrado por tres partidos trotskistas (PTS, PO y el más pequeño IS). En las elecciones del 2011 se presentó por primera vez como frente, para superar la proscriptiva ley electoral de primarias obligatorias. Entonces obtuvo un muy buen resultado, que superó en las elecciones legislativas del 2013, donde alcanzó un millón doscientos mil votos (un 5 %) y conquistó tres diputados nacionales y varios provinciales. En esta elección el FIT busca aumentar su presencia parlamentaria.
Como señala Matías Maiello, la conformación del FIT estuvo precedida por luchas obreras emblemáticas contra despidos o la precariedad. Situó en la escena política argentina una alternativa política de independencia de clase. Su irrupción en el escenario político, combinada con los avances de la izquierda (el PTS cuenta con un importante trabajo en la zona norte del Gran Buenos Aires, la de mayor concentración obrera del país), permitió el surgimiento en el movimiento obrero de sectores, ya no solamente antiburocráticos y combativos sino también “de izquierda”, referenciados políticamente en el FIT. Contrarrestando así la amplia tradición macartista impuesta por la burocracia peronista contra “los zurdos”, o su equivalente actual, “los troskos”.
El ascenso del FIT aumenta, en un contexto donde las alternativas “progresistas” moderadas, de centroizquierda, están en crisis y las diferentes formaciones políticas van detrás de candidatos de derecha, como el kirchnerismo detrás de Scioli o el radicalismo detrás de Macri.
A diferencia de países como Grecia con Syriza o el Estado Español con Podemos, variantes de este tipo no se han desarrollado en el escenario político argentino. Su fracaso se debe, por un lado, al discurso “reformista” del propio gobierno kirchnerista que obstruyó la posibilidad de desarrollo de ese espacio político, pero al mismo tiempo, por la emergencia de la izquierda obrera y anticapitalista expresada en el surgimiento y consolidación del FIT.
4) La candidatura anticapitalista de Nicolás del Caño, un nuevo fenómeno político
Nicolás del Caño, del PTS, ganó las primarias del FIT con el lema de “renovar y fortalecer” el Frente de Izquierda, superando al candidato del PO, Jorge Altamira. Desde entonces se consolidó como la figura más importante de la izquierda Argentina. El fenómeno “Del Caño” es sorprendente en las redes sociales y en cientos de lugares de trabajo y estudio.
Durante la campaña electoral, Del Caño recorrió todo el país, estuvo en reuniones con miles de trabajadores y participó en grandes actos en universidades. Pero al mismo tiempo fue parte de distintas luchas obreras, “poniendo el cuerpo” frente a la represión y en defensa de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
En la semana previa a las elecciones, participó en un emotivo evento especial organizado por artistas de diferentes disciplinas para apoyar al Frente de Izquierda.
En la tarde del jueves, a pocas horas del inicio de la veda electoral, Nicolás del Caño y Myriam Bregman encabezaron un masivo acto de cierre de campaña del Frente de Izquierda en la Ciudad de Buenos Aires.
En su discurso, Del Caño destacó «la enorme campaña que realizó el Frente de Izquierda en todo el país, con miles de trabajadores, mujeres y jóvenes que la tomaron en sus manos y que se disponen a fiscalizar para defender los votos del Frente de Izquierda este domingo.
Esto es expresión de que somos la única fuerza que planteó la agenda de las mujeres, de los trabajadores y de la juventud frente al ajuste y la impunidad que defienden Scioli, Macri y Massa. El gabinete anunciado por el candidato oficialista no tiene nada que envidiarle al de Macri o Massa».
Del Caño llamó a que acompañen con su voto al FIT aquellos que comparten “nuestra estrategia anticapitalista y socialista” pero “también a todos los que saben que el Frente de Izquierda es la única fuerza que va a defender consecuentemente los derechos de trabajadores, mujeres y jóvenes. Eso lo palpamos con la enorme simpatía que conquistamos en esta campaña, en la que recorrimos todo el país».
El desafío, según Del Caño, es que las nuevas posiciones conquistadas por el Frente de Izquierda permitan fortalecer una fuerza política anticapitalista y de independencia de clase para enfrentar el ajuste que se viene.