El pasado 23 de julio salieron los datos de la Encuesta de Población activa (EPA) del primer trimestre. Rajoy salió a los medios para hacer demagogia con los escuálidos resultados de la EPA y transmitir el falso mensaje de recuperación económica y reducción del paro a los niveles del año 2011.
De esta forma, va tratando de dar legitimidad a sus políticas neoliberales de flexibilización y precarización laboral. Resulta muy fácil presentar unos datos estadísticos como logro, haciendo una mera referencia a los años 2011 y 2012 sin conocer la serie.
A continuación presentamos un gráfico que muestra algo bien diferente:
La precariedad laboral es evidente, descendiendo el empleo fijo y temporal a jornada completa y ascendiendo el contrato a tiempo parcial tanto indefinido como temporal.
Las modalidades más precarias son las que más se aumentan. Estos resultados indican una desvalorización del trabajo y la precarización de contratos (en algunos solo se trabaja un día a la semana), que es una de las metas de las políticas neoliberales del PP, para degradar el mercado de trabajo, es decir, repartir la miseria.
Estos datos, que deberían ser nefastos a ojos de todos los sindicatos, son reconocidos como positivos por CC.OO. que “saluda los datos de la EPA” y afirma que “en términos absolutos, son indudablemente buenos”.
Por otra parte, Mariano Rajoy se muestra satisfecho de la legislatura, porque su meta era “poder decir al final de la legislatura que hay más ocupados, menos parados y más afiliados a la seguridad social”. Evidentemente, por poder, puedo decirlo, pero que sea un hecho, marca el límite entre sueño y realidad, indicando el nivel de demagogia a la que ha llegado.
Desde el 2011 los salarios de la plantilla fija y temporal de muchas empresas se han quedado estancados, mientras el coste de la vida sigue aumentando, ajeno a la crisis. Aunque en este periodo la congelación de salarios ha resultado ser lo menos malo.
En los contratos temporales el sueldo mínimo que actualmente se está ofreciendo está incluso por debajo de la legalidad, pero con más de cinco millones de parados, si tu no lo aceptas, ya habrá alguien que lo acepte encantado.
Los convenios han sufrido una devaluación interna, con pérdida de derechos y el aumento de promesas no vinculantes de la patronal con los trabajadores, o lo que es lo mismo: “papel mojado”. Todo esto, auspiciado por las políticas neoliberales del PP y la UE.
Además se ha procedido a rebajar impuestos a los empresarios, con la falsa creencia que de esta forma el empresariado crearía nuevos contratos de trabajo. Las rebajas de impuestos solo repercuten en beneficio del empresario, pero este no reinvertirá si no ve “posibilidades de negocio”, pequeño detalle que el Gobierno no está interesado en ver.
Por otra parte, el paro de España en el ámbito europeo sigue estando en segundo lugar, liderando la primera posición Grecia. La flexibilidad del marco laboral consiste en que un sector de la masa desempleada esté continuamente entrando y saliendo de modo periódico de las listas del INEM. Así en momentos como el verano y navidades, periodos donde se produce un cierto aumento de la contratación, el PP se permite salir a la palestra a pavonearse de “lo bien que va España”.
El Gobierno del PP desde el 2012 ha dispuesto de 43.000 millones de euros, el 48% del total del Fondo de Garantía de las Pensiones, supuestamente para creación de empleo y cubrir necesidades sociales. La última vez, el mismo mes de Junio/2015 (solo había 9.000 millones de euros), a la vez que anunciaba el adelanto de su rebaja del IRPF. Compatibilizar la bajada de impuestos con una nueva “metida de mano” al Fondo de las Pensiones es adelantar su colapso, para que la solución mañana sea volver a reducirlas.
Esta situación creada por las políticas neoliberales del PP hace insostenible el mantenimiento de lo que quedaba del “Estado del bienestar” y permite al Gobierno seguir planteando la reducción/eliminación del mismo. España actualmente continúa recaudando 9 puntos menos de PIB que la media de la UE.
Modificar esta situación que deteriora continuamente las condiciones de vida de los trabajadores requiere algo más que modificaciones en el plano electoral.
Sin una movilización social generalizada de los trabajadores no es posible modificar la relación de fuerzas desfavorable. En las próximas elecciones generales volverán los partidos a prometer cambiar la situación votando un solo día y sin lucha. Esta democracia “liberal” es un juego para que ilusos escriban sus cartas a los Reyes Magos, esperando que el Gobierno les conceda todo lo que ha prometido en el periodo electoral. Además, una cosa es el Gobierno y otra el poder económico que domina los Gobiernos. Mientras sigamos jugando al “juego de la democracia parlamentaria” y no nos organicemos, continuaremos asistiendo al espectáculo del fin de nuestros derechos, mientras nos intentan seducir con bonitos discursos demagógicos.