Con la cuenta regresiva acelerándose hacia las elecciones generales en Grecia, la campaña electoral “sube de tono”. Es una campaña que salta las fronteras griegas e involucra actores políticos de toda Europa. Desde Berlín, Bruselas, Madrid y París, los representantes del establishment europeo tratan de influir en las tendencias electorales. La semana comenzó con las “filtraciones” del gobierno alemán en el semanario Der Spiegel, que causaron gran conmoción política. ¿Está Alemania realmente dispuesta a imponer que Grecia se vaya del Euro?
El fantasma del “Grexit”, como en el 2012, volvió a impactar en los mercados mundiales, y el día lunes las bolsas europeas cayeron mostrando números rojos, ante la incertidumbre griega. El martes, sin embargo, volvieron a recuperar posiciones, y desde Bruselas reafirmaron que la pertenencia de Grecia a la Eurozona es “irrevocable”.
Idas y venidas en una campaña electoral que se disputa más allá de las islas griegas, ya que sus resultados pueden afectar a toda Europa.
La idea de que Alemania “dejaría ir” a Grecia fuera del Euro es un chantaje directo para todos los votantes griegos: “si votan a Syriza, se quedarán fuera de la Unión”.
Las encuestas indican que más del 60% de los griegos quieren seguir dentro de la Unión europea, y muchos temen las consecuencias que tendría una devaluación abrupta de la moneda en sus salarios reales, que en algunos sectores ya han caído en los últimos años más de un 30%. Por eso las supuestas intenciones del gobierno alemán filtradas por Der Spiegel son una especie de “mensaje mafioso”.
El vicepresidente de la Comisión Europea para el Empleo, el Crecimiento, la Inversión y la Competitividad, Jyrki Katainen, dijo este martes que Grecia, “necesita continuar con reformas que favorezcan el crecimiento”, pero que “corresponde a los griegos decidir democráticamente su futuro.”
El gobierno español se sumó a las declaraciones advirtiendo sobre los “riesgos” de un gobierno de Syriza. Íñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la UE, sostuvo que una salida de Grecia del Euro «sería enormemente perjudicial para los griegos».
Esta campaña del miedo contrasta con la realidad del programa de Syriza, que no busca salidas radicales para la crisis Griega, sino llegar a acuerdos negociados con los acreedores y Berlín, para recortar parte de la deuda griega, junto con otras medidas de asistencia social a los sectores más empobrecidos.
Como sostiene un cable de la agencia EFE, son varios los analistas que insisten en que el programa presentado por Syriza no tiene nada de radical, sino que recuerda más bien a la socialdemocracia tradicional:
“Del vocabulario de Syriza han desaparecido viejas consignas como el cese inmediato del pago de la deuda, la nacionalización de los bancos o la reversión de todos los programas de privatización.»
«Ahora Tsipras habla de una negociación sobre «una base realista» con los acreedores, de una quita sustancial de la deuda nominal «pero sin dañar a la ciudadanía europea sino en el marco de las instituciones europeas». Pese a todo, los temores en el exterior se mantienen y Tsipras no logra quitarse la fama de revolucionario.»
Los líderes de la Unión Europea agitan el fantasma del miedo, mostrando que no están dispuestos a conceder en ninguna “negociación” en caso de que Syriza gane las elecciones, ni siquiera frente a la creciente moderación de sus exigencias.