La cumbre de la Unión Europea que se realiza este jueves y viernes en Bruselas tiene múltiples frentes abiertos. La crisis con Grecia, las tensiones con Rusia, donde Ucrania es una herida abierta, y la amenaza del Estado islámico, después del atentado en Túnez. Las manifestaciones de Francfort mostraron el fantasma de la lucha social en el corazón de la bestia.

Los temas “fuera de agenda” como Grecia y la amenaza del Estado Islámico, que reivindicó el atentado ocurrido en Túnez este miércoles donde murieron varios ciudadanos europeos, coparon la cumbre. Europa no logra cerrar ninguno de sus frentes de conflicto.

Grecia: un elefante en el salón

Mientras que Grecia no estaba en la agenda oficial de la cumbre, según un funcionario de la UE era como “un elefante en el salón”, un tema que no se podía eludir por el temor al “Grexit” y una salida catastrófica de la moneda común, que aún persiste.

Frente a las expectativas creadas sobre la cuestión de Grecia, donde cada reunión parece ser “la reunión decisiva”, Angela Merkel intentó poner paños fríos, diciendo que “está absolutamente claro que nadie puede esperar que se llegue a una solución esta noche en Bruselas o la noche del lunes”, en referencia a la cita que tendrá en Berlín con el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

Aún así, Tsipras se reunió la noche del jueves en Bruselas con un equipo destacado: Juncker (Presidente de la Comisión Europea), Tusk (presidente del Consejo Europeo), Dijsselbloem (presidente del Eurogrupo), Mario Draghi (Presidente del Banco Central Europeo) Angela Merkel (Canciller de Alemania) y François Hollande (Presidente de Francia).

Juncker adelantó que le repetirán al gobierno de Grecia lo que ya le vienen diciendo: que debe cumplir con los compromisos y llevar adelante las reformas necesarias, para cumplir los compromisos que se hicieron en el 2012 y más recientemente con el Eurogrupo, en referencia al plan de rescate.

Medios periodísticos informaron que los líderes de la Union Europea dirán a Grecia que “se acaba el tiempo y la paciencia” para que su Gobierno implemente las reformas acordadas y para evitar una inminente falta de liquidez.

El vice primer ministro, Ioannis Dragasakis, por su parte, acusó a los acreedores de “no dejarnos gobernar”, reconociendo en el canal de TV Alpha que tienen un problema de liquidez.

El gobierno de Grecia dice que el Eurogrupo no cumple con lo prometido en el acuerdo del 20 de febrero. El Eurogrupo responde que antes de facilitar un nuevo desembolso financiero, quiere evaluar las medidas del gobierno, que ya se comprometió a no tomar “ninguna medida unilateral”, en una concesión enorme que realizó en las negociaciones con el Eurogrupo y el FMI.

Aun así, este jueves el parlamento de Grecia trató un proyecto de Ley para paliar la crisis humanitaria, y Tsipras dijo que “No pensamos dar un paso atrás en todo lo que consideramos necesario para que la sociedad tenga un respiro”. Pero la mayoría de las medidas prometidas durante la campaña electoral de Syriza quedaron congeladas, con la aceptación de los términos del rescate con la Troika (rebautizada “instituciones”).

Toda la estrategia reformista y moderada de Syriza se basa en tratar de presionar al Eurogrupo y las “instituciones” por algo de flexibilidad en el plan de reformas, junto con algo de financiamiento. No está claro que puedan llegar a un acuerdo en los próximos días, y la situación de falta de liquidez en Grecia puede volverse pronto insostenible. Ese es el chantaje y la presión que ejerce la “ex” Troika y ante la cual el gobierno de Syriza-Anel viene cediendo.

La crisis ucraniana y el Oso ruso

Las tensiones con Rusia no tienen retorno. Este jueves, desde Moscú expresaron su malestar por la noticia de que oficiales del ejército británico se trasladarán a Ucrania para brindar entrenamiento a las tropas de Kiev.

«Sin lugar a dudas, esto no favorece ni el reforzamiento de la confianza ni el descenso de la tensión en la zona del conflicto. Tampoco contribuye el arreglo, eso seguro», declaró Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.

Estados Unidos y Polonia también expresaron su intención de enviar instructores militares a Ucrania, una política por la que vienen presionando cada vez más en las últimas semanas.

Mientras Europa quiere mediatizar una política de mayor intervencionismo en el conflicto ucraniano, que podría encender la pólvora en su frontera oriental, los anglosajones y algunos países como Polonia o los Estados bálticos, siguen presionando por una política más agresiva contra Rusia.

Esta semana se cumplió un año de la anexión de Crimea por Rusia, el punto más álgido del que viene siendo el conflicto más importante entre Europa y Rusia en las últimas décadas.

La cuestión energética, que ocupó la jornada del jueves la cumbre europea, está relacionada con los intentos de los países de la UE por encontrar fuentes de provisión de energía independientes del gas ruso. Todavía no lo han logrado, y sus economías, como en el caso de Alemania, siguen fuertemente atadas a Rusia.

Para el viernes queda el debate en torno a la «situación económica» y la implementación de las reformas estructurales de los países, así como sobre la negociación para un futuro acuerdo de libre comercio e inversiones (TTIP, en inglés) entre la UE y EEUU.

La amenaza del Estado Islámico

La reunión de este jueves comenzó con un minuto de silencio de todos los líderes europeos por las víctimas del atentado de Túnez ocurrido el miércoles.
El Estado Islámico no es sólo un problema geoestratégico para Europa, en las cercanas fronteras de Siria, Irak y Libia. Es también una “amenaza interna”, que con los últimos atentados de Paris, Dinamarca y Túnez, donde murieron decenas de ciudadanos europeos, ha tomado cuerpo fronteras adentro.

Según cifras oficiales, al día de hoy habría unos 3000 europeos combatiendo en las filas del Estado Islámico, lo que podría aumentar en los próximos meses. Todos los países han tomado medidas de mayor represión y control sobre las comunidades árabes y musulmanas, con operativos de redadas y anunciando la desarticulación de supuestas “redes terroristas”, deteniendo personas que presuntamente viajaban a Siria para sumarse al Estado Islámico.

Los brutales atentados terroristas son instrumentalizados por los estado europeos para reforzar las medidas represivas, militarizar y espiar a las comunidades árabes y a los movimientos sociales, a la vez que incentivar a las corrientes islamófobas y xenófobas en Europa.

El fantasma de la lucha de clases

En medio de una crisis capitalista de largo alcance, donde a pesar de algunas mínimas recuperaciones Europa no logra salir del estancamiento, la crisis europea se desarrolla en varios frentes.

El enorme descontento social con las consecuencias de la crisis y con los regímenes políticos en los países más afectados por la misma, como el Estado español y Grecia, se canaliza por ahora hacia la vía electoral y las expectativas generadas el partidos reformistas como Syriza y Podemos, que actúan como contención de la movilización social.

Sin embargo, como mostraron esta semana las imágenes de las manifestaciones de “Blocuppy” en Francfort, las huelgas de los pilotos de Lufthansa, o las “marchas de la dignidad” que se esperan este domingo en Madrid, la lucha social es un fantasma que puede volver a aparecer con fuerza en una Europa atravesada por las crisis, cuando comiencen a mostrarse los límites de los proyectos reformistas.

Publicado por Josefina Martinez

Josefina Martínez | @josefinamar14 :: Madrid

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