En esta octava jornada de manifestaciones nacionales contra la ley laboral, el tono de la movilización en París ha cambiado.
En medio de la huelga indefinida de las refinerías, con el desabastecimiento del combustible, el bloqueo de las centrales nucleares, huelga en fábricas automovilísticas, como PSA, numerosas empresas en huelga, los trenes paralizados en gran parte: los trabajadores privados se han incorporado de forma decidida a la huelga.
En la movilización parisina podían verse fuertes columnas de sectores de trabajadores combativos, más que en ocasiones anteriores. El operativo policial y la represión han llevado a la detención de más de 30 personas.
Los titulares de los medios de comunicación dominantes son unánimes: “enfrentamientos en París”, “incidentes”, “destrozos”. Todo para evitar hablar de una manifestación que ha superado las 100.000 personas en París, en esta octava jornada de movilizaciones nacionales con huelga, después de dos meses de lucha. Pero, sobre todo, para ocultar que el movimiento obrero ha participado de forma masiva de la movilización, y está en huelga.
A la cabeza de la manifestación iba un cortejo impresionante de la CGT, seguido de cortejos de FO y Solidaries. También era masiva la presencia de otros trabajadores, como los del comercio. La Federación de minería y energía tuvo una destacada participación, en el contexto de que los trabajadores de las centrales nucleares francesas están en huelga.
Era notoria también la presencia de trabajadores de fábricas automotrices, como los cortejos de trabajadores de Renault Flins, Psa Poissy con 180 huelguistas, y PSA Saint-Ouen. Siguiendo el llamado de la CGT PSA, las diferentes fábricas del grupo han sido paralizadas, siendo la de Valenciennes el lugar más avanzado de la movilización.
De conjunto, los sectores más representados fueron los sindicatos locales y las Federaciones de los sectores de la energía y las automotrices.
Además, se movilizaron los cortejos autoorganizados de los trabajadores más combativos, como los ferroviarios, los carteros, los trabajadores sociales y trabajadores de la educación junto a estudiantes solidarios y otros trabajadores.
La presencia policial, como viene siendo norma en las últimas manifestaciones, ha sido muy fuerte y hubo provocaciones policiales a la altura del Boulevard Diderot, con intentos de detenciones, que fueron evitados por la presión de los manifestantes que gritaban “Libertad a nuestros compañeros”.
Al llegar a la altura de la Plaza Nation, un “comité de recepción” policial esperaba a los manifestantes, regando de gases lacrimógenos a la manifestación. El metro estaba cerrado, creando una trampa para los manifestantes. Pero a diferencia de manifestaciones anteriores, en esa ocasión el servicio de orden de la CGT se plantó delante de la policía para proteger a los manifestantes. Se vivió así un clima combativo, en esta nueva jornada de lucha contra la ley de reforma laboral, con la clase trabajadora interviniendo de forma decidida.