Como parte de un plan intensivo de restructuración mundial, la multinacional francesa PSA Peugeot podría cerrar su fábrica en el barrio madrileño de Villaverde, en el cual trabajan actualmente 2300 operarios. Hace pocos meses, la empresa ya despidió a 350 trabajadores.
Según informa un artículo publicado en El Confidencial, la decisión de la empresa “se enmarca en el plan de reestructuración que PSA Peugeot Citroën está llevando a cabo en todo el mundo y que ha supuesto incluso trasladar la sede central de París a las afueras de la capital gala para rebajar los costes inmobiliarios”.
La intención de la multinacional gala ya habría sido transmitida a las autoridades del Ministerio de Industria, que mostró su “preocupación” por el futuro de los 2.300 trabajadores de la fábrica madrileña, especialmente a pocos meses de las elecciones presidenciales.
La decisión aún no habría sido comunicada oficialmente a los empleados de la compañía, sin embargo la patronal francesa ya viene aplicando hace tiempo planes de despidos y racionalización de la producción.
En los dos últimos años PSA Peugeot ya ha impuesto varios expedientes de regulación de empleo (ERE) a sus trabajadores de la planta de Villaverde. El primero, de carácter temporal, tuvo lugar en 2014, cuando la empresa suspendió de sus labores a unos 1.600 trabajadores. En febrero de este año, comunicó al comité de empresa la imposición de un ERE de extinción para 350 trabajadores, equivalente a un 17% de su plantilla.
El ajuste entonces fue impuesto a 1.949 operarios (excluyendo a los cuadros directivos y mandos intermedios) con la intención de conseguir el objetivo de reducción de plantilla a través de bajas voluntarias.
De este modo, la multinacional francesa logró en 2014 recuperar sus beneficios a costa de eliminar puestos de trabajo, tras supuestamente tres años consecutivos de pérdidas.
La multinacional francesa decidió recientemente agrupar las tres fábricas que tiene en la península Ibérica (Vigo, Madrid y Mangualde, en Portugal) bajo el mando del actual director de la factoría gallega Yann Martin, con el objetivo de abaratar costes y aprovechar sinergias.
Esta estrategia de ahorrar a toda costa, impuesta por el presidente del grupo, Carlos Tavares, podría estar detrás del plan de ajuste que se viene imponiendo en Madrid y que ahora podría terminar con el cierre de la planta de Villaverde, una factoría que la multinacional nunca ha considerado entre las más competitivas.
Al menos esa es la presunción de los sindicatos madrileños, que vieron en la “reagrupación de sinergias” el primer paso hacia la absorción completa de la fábrica de Madrid por el complejo industrial de Vigo, hoy mucho más grande y productiva. Una situación, no obstante, que la empresa fue imponiendo a lo largo de los años a razón de ataques a los trabajadores y despidos masivos.
Hace pocos meses, en ocasión del despido de 250 operarios de Villaverde, fuentes sindicales denunciaban a La Voz de Galicia que “En esta planta se hacen 360 coches diarios con una plantilla de casi 2.000 empleados. En los años ochenta, con un volumen de producción muy similar, trabajaban 15.000 personas. Esto lo único que viene a refrendar es el empeoramiento de las condiciones laborales dentro de la fábrica”.
Según las mismas fuentes sindicales, el objetivo de la patronal es reducir en 200 euros el coste de fabricación de cada coche montado en Madrid, que actualmente ronda los 1500 euros sin incluir las piezas.
Otras fuentes consultadas por El Confidencial, indican que a una parte de los 2.300 trabajadores de Madrid se les ofrecería incorporarse a la planta de Vigo (Galicia), ya que “la estrategia de centralizar toda la producción en Galicia responde a una orden impuesta desde la sede de París de reducir costes a toda velocidad”.
La multinacional francesa, que en febrero de 2014 tuvo que ser rescatada por el Estado y por el grupo chino Dongfeng con una inyección de capital de 3.000 millones de euros, está embarcada en un proceso de reestructuración mundial para liquidar 11.200 puestos de trabajo en todo el mundo.
Tras conocerse la información difundida por El Confidencial, la empresa declinó en un primer momento hacer comentarios. Sin embargo, en declaraciones posteriores a la agencia EFE, el director del polo industrial de la Península Ibérica de PSA Peugeot Citroën, Yann Martin, negó este lunes que la multinacional francesa baraje cerrar la fábrica de Vollaverde, en Madrid.
Martin, tras un acto sobre seguridad vial en la planta de Vigo, negó “totalmente” esta información, así como que haya informado al respecto al Ministerio de Industria, y resaltó que lo que hay en marcha es una “modificación profunda” en la factoría de Villaverde para “mejorar su competitividad”, un eufemismo usual en los círculos empresariales que no tiene otra traducción que ajuste para los trabajadores.
Martin recordó que la planta de Madrid está inmersa en la fabricación del C4 Cactus, que está teniendo «mucho éxito», garantizó que “no se va a trasladar ninguna producción de Madrid a Vigo” ni a corto ni a medio plazo.
Los trabajadores madrileños, no obstante, deberán prepararse para futuros embates de la multinacional, cuyo único objetivo es reducir costos para mantener sus beneficios.