A sólo dos días de aprobarse en pleno una moción de solidaridad con la lucha de los trabajadores de Coca-Cola, el concejal de economía y cultura sale a aclarar que este apoyo no se traducirá en ninguna medida contra los contratos y patrocinios con la marca.
El pasado día 27 de julio el Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó una moción en apoyo a los trabajadores de Coca-Cola en lucha desde hace 18 meses. Esta medida fue recibida con mucho entusiasmo por parte de los trabajadores de la planta de Fuenlabrada, algunos de los cuales se habían desplazado a la capital aragonesa para asistir al pleno.
Hay que recordar que Coca-Cola no sólo decidió llevar adelante un plan de despidos masivos y cierres de plantas a pesar de sus millonarios beneficios, sino que se viene negando a cumplir las sentencias judiciales que los trabajadores han ganado en las que se declaran nulos dichos despidos y se obliga a la re-apertura de la planta embotelladora de Fuenlabrada.
Que el Ayuntamiento de una de las principales ciudades del Estado se pronunciara en favor de la lucha de los trabajadores fue sentida como una gran muestra de apoyo. Además, el concejal responsable de servicios públicos, Alberto Cubero, habló de un compromiso concreto. ¿Cómo podía el Ayuntamiento apoyar la lucha de los trabajadores? Según planteó Cubero en el pleno, si la multinacional Coca-Cola no cumplía la sentencia judicial revisarían los contratos y patrocinios con la marca.
Si bien este compromiso obviaba el hecho de que Coca-Cola hace meses que viene incumpliendo las sentencias judiciales, fue visto como un paso adelante contra la prepotencia patronal amenazando con paralizar contratos muy codiciados por la empresa.
A todo el mundo se le vino a la cabeza el principal de ellos: el de las fiestas patronales del Pilar que se celebran el octubre. Una de las fiestas patronales de otoño más importantes del Estado. Unos “Pilares sin Coca-Cola” podía ser un golpetazo a la imagen de la marca y una presión para ayudar a torcerle el brazo.
De hecho cuando se conoció la noticia cundió el nerviosismo entre los directivos. La reunión prevista entre la empresa y el Comité de Empresa en Madrid para ese mismo día fue levantada sin explicación a petición de la primera. Rápidamente se pusieron en contacto con el equipo de gobierno de Zaragoza para presionarles y pedirles que rectificaran.
Hasta aquí ninguna novedad. ¿De qué otra manera iba a reaccionar una multinacional acostumbrada a que las instituciones de los distintos Estados y sus gobiernos se plieguen a sus peticiones y exigencias?
Así viene siendo con el gobierno del PP en el actual conflicto, que mientras permite que Coca-Cola siga incumpliendo las sentencias no dudó en mandar a la Policía Nacional para desalojar el campamento que los trabajadores mantienen en la entrada de la planta cerrada. Estas multinacionales están muy acostumbradas a que se legisle a su voluntad a golpe de telefonazo, reunión o cenita con los representantes políticos.
Lo que no era de esperar es que esa llamada fuera a tener un efecto similar en un gobierno municipal cuyo discurso público tiene como uno de sus ejes la «regeneración democrática» y hacer política “para la ciudadanía” y no para “los poderosos de siempre”. Lamentablemente, así paso.
El miércoles por la tarde -sólo dos días después del Pleno en el que se aprobó la moción- el concejal de economía y cultura de ZeC, Fernando Rivarés, salía a desmentir en la prensa toda duda sobre el mantenimiento de los contratos y patrocinios, en especial el del las fiestas del Pilar.
Dejó claro, según publicó Aragón Digital, que la moción era un mero apoyo simbólico y que no “perjudicaba” los contratos con la multinacional. Para Rivarés, Coca-Cola era un patrocinador “fundamental” para las Fiestas del Pilar 2015 y “nunca se puso en peligro ni en cuestión el patrocinio ni la colaboración por ninguna de las dos partes”.
La moción del lunes se convertía en papel mojado a petición de la multinacional. Para Rivarés y el equipo de gobierno de ZeC el apoyo a la lucha de los trabajadores de Coca-Cola -una de las huelgas más duras desde que comenzó la crisis- no pasa de una palmadita en la espalda, negándose a tomar ninguna medida efectiva y concreta.
Rivarés lo aclaró explicando que “es perfectamente compatible defender los derechos de los trabajadores, donde media una sentencia judicial, con el entendimiento mutuo de la colaboración público-privada para el bien de la ciudad, que es lo único que nos debe importar”.
Tras el Pleno del lunes pasado yo escribía que la moción servía porque mostraba el apoyo público a los trabajadores, pero era totalmente insuficiente porque no se denunciaba abiertamente a la empresa ni se anunciaban en el texto medidas concretas de cómo apoyar el boicot a la marca. Una indefinición y moderación que hasta fue saludada por los concejales del PP.
ZeC ya ha dejado claro que no quiere ir tan lejos y apenas quiere cambiar algo en este tema respecto al anterior equipo de gobierno. Lamentablemente es un mal comienzo. La presión de Coca-Cola para mantener los patrocinios en Zaragoza no será ni la primera ni la más fuerte que recibirá el nuevo equipo de gobierno de las grandes empresas y bancos. La estrategia de hacer reformas “sin molestar” a los grandes capitalistas promete dejar en agua de borrajas muchas de las medidas prometidas en campaña y las principales reivindicaciones de los movimientos sociales, la juventud y los trabajadores.
Aún así los trabajadores de Coca-Cola siguen contando con importantes y valiosos aliados en Zaragoza entre los sectores del movimiento obrero combativo, la juventud, los movimientos sociales. Si ZeC quiere seguir teniendo a Coca-Cola como patrocinador de los Pilares 2015, creo que todos los que defendemos la lucha de los bravos «espartanos» de Fuenlabrada, los sindicatos combativos, las organizaciones de izquierda, los movimientos sociales y estudiantiles, debemos responder con una gran campaña de solidaridad por de “Por un Pilar sin Coca-Cola. Solidaridad con los trabajadores”.