En protesta frente a la brutal represión sufrida durante una movilización por la educación gratuita un grupo de estudiantes ocupa una sala de una sede universitaria.
El miércoles 3 de diciembre se realizó una nueva jornada de acción de los estudiantes universitarios de Inglaterra demandando el acceso gratuito a la educación y contra la mercantilización de la universidad. La protesta, que consistió en acciones simultáneas en diferentes campus universitarios, fue convocada por la Campaña Nacional contra los Aranceles y Recortes (NCAFC, por sus siglas en inglés).
Ese mismo día, luego de la marcha un grupo de unos 25 estudiantes de la Universidad de Warwick, en el centro del país, se reunió en una de las oficinas para discutir cómo continuar la lucha contra los aranceles y allí mismo decidieron hacer una sentada. Durante esta acción fueron violentamente reprimidos por la policía que irrumpió en el campus y los atacó con gases lacrimógenos a la vez que hizo uso de fuerza física empujándolos al suelo o golpeándolos contra la pared y agarrándolos del cuello. Además, en un momento la policía los amenazó con usar pistolas Taser, que emiten electrochoques paralizantes.
A pesar de los intentos de la policía para evitarlo, algunos estudiantes lograron filmar la represión de la que fueron objeto que inmediatamente empezaron a circular por las redes sociales para dar su testimonio de primera mano. El brutal accionar policial provocó una fuerte reacción de parte de los estudiantes en distintas casas de estudios.
Al día siguiente cientos de estudiantes se concentraron para manifestarse contra la violenta intervención policial bajo la consigna “Fuera la policía de nuestros campus” y desde entonces un grupo de activistas del colectivo contra los aranceles “Warwick for Free Education” (Warwick por la educación gratuita y libre) se encuentra ocupando el último piso de uno de los edificios. Se quejan además por la falta de interés de interés de las autoridades universitarias por la seguridad y bienestar de los estudiantes.
Al día de hoy la ocupación sigue, aunque un vocero de la universidad declaró que sacarían a los estudiantes por la fuerza de ser necesario ya que la institución se reservaba el derecho de poner un fin a la ocupación. Sin embargo, los estudiantes montaron barricadas y expresaron su intención de quedarse por un período largo a pesar de que ha terminado el semestre por el receso invernal.
Una declaración del grupo dice que las autoridades no quieren negociar con ellos ni responder a sus demandas o disculparse por la violencia intolerable con la que han sido tratados y pusieron el 6 de enero como fecha límite para que se cumplieran sus demandas. El comunicado emitido por el vice-rector donde acusa a un estudiante de agredir sin motivo a un miembro del equipo de seguridad y que ha hecho necesaria la intervención policial para la investigación del hecho, ha generado una reacción en cadena de protestas en Twitter y otras redes sociales.
En el día de hoy (martes) un grupo de estudiantes de la universidad de Durham en el norte del país organizó una concentración en solidaridad con Warwick y por el derecho a la protesta bajo la consigna “Nuestros campus, nuestros derechos” fue disuelta por la policía.
La represión a los universitarios mediante gases lacrimógenos es una nueva y extendida tendencia que el año pasado generó una oleada de protestas en varias sedes universitarias contra la presencia policial en los campus y edificios. Durante las masivas protestas que tuvieron lugar en diciembre de 2010 la policía usó caballos para controlar a los estudiantes y tenerlos en una ‘encerrona’ durante 10 horas bajo un frío desolador.
En un contexto generalizado de recortes a la educación y los servicios públicos en general, la falta de oportunidades para los jóvenes y un panorama laboral donde lo que priman son los contratos conocidos como ‘cero horas’, el movimiento estudiantil vuelve a levantar cabeza.