Se agudiza la crisis migratoria en las fronteras húngaras y croatas. Hungría propone «soluciones» con más vallas y el ejército en las fronteras y Alemania endurece las leyes de asilo. Mientras siguen muriendo refugiados en el mar.

Más de 25.000 refugiados pasaron por Croacia desde el pasado miércoles, lugar en el que se los vuelve a enviar a las fronteras con Hungría y Eslovenia. Una vez allí, el destino inesperado pero ya habitual: gases lacrimógenos y más vallas de acero.

Después del infierno que han vivido los refugiados en Hungría, volvió la desesperación y la rabia en el paso fronterizo de Obrezje-Bregana, entre Croacia y Eslovenia, donde 1.500 refugiados pasaron este sábado una noche fría y lluviosa al aire libre, sin saber su destino. Previamente la policía eslovena los echó de la frontera a empujones, palos y gases lacrimógenos.

Este sábado, las autoridades eslovenas dejaron pasar solo a pequeños grupos, la mayoría mujeres con niños pequeños a su territorio y los llevaron a centros de recepción en otras ciudades del país. No obstante, desde el domingo se mantienen cerradas por completo el paso fronterizo de Harmica, al oeste de Zagreb, donde cientos de refugiados esperan cruzar.

Esto no sólo ha provocado una nueva concentración de personas en el lado croata de la frontera, sino también causó gran angustia al separar miembros de la misma familia, según cuentan testimonios en varios medios de comunicación, «Tengo niños pequeños, se los han llevado con mi esposa. No sé dónde están y cómo los voy a encontrar», explicó un refugiado sirio.

Mientras tanto en Hungría, desde donde los refugiados son enviados a Austria, se empezó a construir otra valla de alambre de espino de acero en el paso fronterizo de Baranjsko Petrovo Selo, con el argumento de que las vallas «son la solución» para la crisis de los refugiados, dijo el conservador Viktor Orbán.

Este lunes el Parlamento húngaro aprobó unas leyes que permiten el empleo del Ejército para apoyar a la Policía en la vigilancia de las fronteras. Los soldados podrán utilizar material antidisturbios como pelotas de goma y gas lacrimógeno, identificar a las personas y bloquear carreteras o limitar el tráfico.

Si bien está interviniendo en las fronteras hace semanas, el Ejército podrá actuar en las áreas donde el Gobierno húngaro declaró «estado de crisis», es decir en seis provincias en la frontera con Serbia, Croacia y en parte con Austria. Orbán también dijo que «El tratado de Schengen obliga a defender las fronteras» y, «si para esto hay que construir vallas, que todos las construyan».

Pero no sólo el Gobierno húngaro está dispuesto a hacer de las fronteras europeas verdaderas «fortalezas». La propuesta del ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, propuso que la UE establezca contingentes fijos y «generosos» y sentenció que no se debe permitir la entrada de solicitantes de asilo cuando se sobrepasen esas cuotas. «No podemos acoger a todos los refugiados de todo el mundo ni a todos los que buscan su futuro económico en territorio europeo», dijo en una rueda de prensa en vísperas del Consejo de ministros de Interior europeos.

El Gobierno alemán está cada vez más decidido a restringir los derechos de los refugiados que ingresarán de ahora en más. Sobre todo a los que no hayan viajado a Alemania directamente y han pasado antes por otro país de la UE. Basándose en el acuerdo de Dublín que sostiene que estos refugiados no serían responsabilidad de Alemania, «devolverían» a los solicitantes de asilo al país por el que hubieran entrado en la UE. Eso sí, les darían el billete de vuelta y provisiones para el viaje, aunque en su estadía no tendrían derecho a lugar de acogida ni cobertura médica.

Y aunque los portavoces de Merkel vuelven a hablar de la necesidad de «reemplazar a Dublín», repiten que mientras no haya una nueva, es la única vigente y hay que cumplirla. Esto afectaría a los refugiados sirios que llegan desde Hungría y Austria.

El próximo miércoles se realizará una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y Gobierno de la UE para abordar la respuesta a la crisis migratoria y este martes se estarán reuniendo los ministros de Interior para debatir el «plan de cuotas». La cumbre no será nada fácil, ya que los ministros de Exteriores Grupo de Visegrado (V4), integrado por República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia, mantuvieron este lunes una reunión informal de trabajo con Luxemburgo y Letonia, en la que acordaron rechazar el plan de cuotas.

Pasan las semanas y esta crisis se agudiza cada día, cada minuto, aún más. Las imágenes de Hungría y Croacia durante estos días son terribles, mientras las muertes en el mar continúan. Este domingo, al menos 13 refugiados sirios —entre ellos seis menores— han muerto y otros 13 se encuentran desaparecidos, al hundirse en el bote neumático en el que viajaban en aguas del Egeo, tras chocar con un barco de pasajeros turco. Partían de Turquía hacia la isla griega de Lesbos, pero no llegaron.

Publicado por Cynthia Lub

Cynthia Lub | @LubCynthia :: Barcelona

Dejar un comentario