La cuenta regresiva para la constitución de gobiernos autonómicos y municipales está en su etapa final. PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos siguen jugando el juego de tronos de las alianzas y los pactos para lograr investiduras.
El mapa político español se ha convertido en estos días un puzzle con muchas incógnitas. Los gobiernos de los municipios y las comunidades autónomas están definiéndose en reuniones y encuentros a puertas cerradas entre los líderes de los principales partidos. El partido más votado no necesariamente será el que gobierne. Los pactos y las coaliciones de gobierno cambian de una región a otra.
Por la Ley electoral, el próximo sábado 13 de junio se constituirán los ayuntamientos, y se elegirán los alcaldes, mientras que en las comunidades autónomas puede seguir la incertidumbre por más tiempo.
El PP es el que lleva la peor parte, después de perder la mayoría absoluta en casi todas las comunidades y municipios. Esto lo obliga a buscar el pacto con Ciudadanos para retener algunos gobiernos, y resignarse a perder otros.
Andalucía es un caso especial, porque desde el 22 de marzo, cuando fueron las elecciones anticipadas, Susana Díaz busca el apoyo de uno o más partidos de la oposición para asumir como presidenta de la junta. Este lunes finalmente pudo anunciar un acuerdo con Ciudadanos, que aceptó darle los votos a cambio de que la líder del PSOE firme un “pacto anticorrupción”. Susana Díaz logra así evitar el fantasma de nuevas elecciones, y se permite “darle un portazo” a Podemos, finalizando unilateralmente las negociaciones. Teresa Rodríguez de Podemos dijo estar “estupefacta” por la falta de respuesta del PSOE a sus “condiciones” para darle el apoyo, después de semanas de depositar insólitas expectativas en que el PSOE podía “dar un giro de 180 grados”.
Pero el pacto de Andalucía, entre PSOE y Ciudadanos, no se replica en otras regiones.
En la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes por el PP consiguió el apoyo de Ciudadanos, acuerdo que se escenificó este lunes con el “regalo” que le hizo de la vicepresidencia de la Asamblea de Madrid.
En la ciudad de Madrid, al mismo tiempo, Manuela Carmena aseguró que hay un 99% de acuerdo con el PSOE para asumir como alcaldesa al frente de la candidatura “municipalista” Ahora Madrid. En línea con lo que venía sosteniendo tanto antes como después de las elecciones, Manuela Carmena viene mostrando que no hay grandes diferencias entre ella y el PSOE.
Castilla-La Mancha es la comunidad donde el acuerdo entre Podemos (2 diputados) y el PSOE (15 diputados) está más avanzando, con el anuncio de un acuerdo de 12 puntos, que le permitirá a García-Page del PSOE convertirse en presidente.
En Zaragoza también negocian el PSOE y “Zaragoza en Común” a nivel municipal, y con Podemos en la Comunidad. En este caso, Echenique se mostró abierto a apoyar al candidato del PSOE en la presidencia de la junta. También en Extremadura y en las Islas Baleares Podemos estaría dispuesto a apoyar gobiernos del PSOE.
En muchas ciudades las negociaciones se dan entre las candidaturas “municipalistas” que integra Podemos (en algunos casos con Izquierda Unida) y el PSOE. Como sucede en A Coruña, Valladolid, Toledo y Valencia.
El festival de pactos y acuerdos entre las nuevas formaciones y los viejos partidos de la casta del régimen político español como el PSOE, un proceso que quiere presentarse como parte de un “ejercicio democrático”, pone en evidencia los estrechos los márgenes del “cambio” que prometen Podemos y las candidaturas municipalistas.
Parece que desde septiembre del 2014 a junio del 2015 hubiera pasado una eternidad. En ese entonces, Pedro Sanchez fustigaba contra el PP y los “populistas” de Podemos, diciendo que no pactaría con ninguno de ellos.
Luis Alegre, de la dirección de Podemos, respondía en ese entonces, en declaraciones a Europa Press, igualando al PP y PSOE:
«Nos satisface saber que esos partidos que comparten privilegios, que se han repartido la alternancia del Gobierno y que han establecido todo el sistema de articulación entre intereses privados, nos colocan por igual como aquellos con los que no se puede llegar a ningún acuerdo. Es un síntoma de que estamos haciendo bien las cosas».
Si entonces se estaban “haciendo bien las cosas”, parece que ahora van de mal en peor, porque pactar con el PSOE ya no es “vieja política” sino “renovación”.
No se conoce lo que hablan Podemos y PSOE a “puertas cerradas”, como en el encuentro que tuvieron Pablo Iglesias y Pedro Sanchez hace unos días. Pero lo que es seguro, es que los reclamos más sentidos de millones de trabajadores y parados que quieren dejar de pagar los costos de la crisis no van a encontrar salida en acuerdos con el PSOE.