La larga sombra de las elecciones catalanas continúa al día de hoy. Frente al fracaso que supuso para Podemos, sus máximos dirigentes han escrito una carta abierta a la militancia con la que pretenden justificar el fracaso y sentar posición de cara a las generales de diciembre.
Pablo Iglesias e Iñigo Errejón colgaron este sábado en la página web de Podemos una carta abierta a sus militantes para dar su opinión sobre los resultados electorales en Catalunya.
La carta busca ser, según los dos máximos dirigentes de Podemos, un medio para “rendir cuentas y compartir una breve valoración” sobre los resultados de Catalunya si que es pot, coalición electoral que aglutinó en su seno a Podemos, ICV-EUiA y Equo. Aunque si bien este es el objetivo inicial, a lo largo del escrito se va destilando una voluntad de perfilar y cerrar debates de cara a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre.
Los resultados, considerados por todos los protagonistas como un fracaso (11 escaños frente a los 13 obtenidos en 2012 por ICV-EUiA en solitario) se enmarcan, según la misiva de Iglesias y Errejón, en un escenario político atravesado por “una dinámica de polarización nacional” y la cuál no han sido “capaces de atravesar”.
Para explicar el fracaso ante este escenario político, la carta empieza a enumerar los puntos flacos que, a juicio de los autores, tuvo la candidatura. En un primer lugar apuntan a la dificultad del nombre, Catalunya si que es pot, aspecto que aprovecharan para anticipar que en futuras elecciones, y por esto se entienden las elecciones generales del próximo 20 de diciembre, el nombre en la papeleta tendrá como eje “Podemos”. Para los dirigentes de la formación reformista, este nombre es el “nombre fraguado” para el cambio.
Avanza la carta justificando la elección de Rabell como candidato, una persona independiente a las formaciones, ya que expresaba la “voluntad de suma” del proyecto electoral. En este plano de explicaciones, Iglesias y Errejón tienen espacio para lamentar que “por desgracia, no contamos en esa candidatura con todas las fuerzas y compañeros que nos habría gustado para conformar ese polo ciudadano con el que patear el tablero catalán”.
Finalizan este apartado de valoraciones reafirmando una de las banderas principales de Podemos, la búsqueda de la “centralidad en el tablero político”. A propósito de esta “obsesión” de la cúpula de Podemos, los autores señalan que “nuestros adversarios quieren encajonarnos en el margen izquierdo del tablero y encerrarnos a hablar de nosotros mismos”. En el marco del verdadero culebrón de negociaciones políticas de las últimas semanas entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón (Izquierda Unida), cabe preguntarse si esta frase de Iglesias va dirigida a dar un nuevo portazo al candidato de IU a las elecciones generales y al debate de una “candidatura de confluencia”. Un mensaje en el que el candidato de IU a la presidencia tampoco se queda atrás. Este lunes Garzón puso paños fríos a las posibilidades de acuerdo con Podemos, afirmando que “no hay garantías de poder construir una candidatura unitaria” junto a los de Pablo Iglesias.
La carta, antes de avanzar en un aluvión de mensajes esperanzadores de cara a las elecciones generales, hace un breve análisis de la situación política tras la jornada electoral. Repitiendo el discurso que mantuvo antes, durante y después de la cita electoral, describe una situación de colapso entre la postura inmovilista del ejecutivo de Mariano Rajoy y los resultados del bloque independentista que le impiden una declaración unilateral de independencia (DUI). Por ello concluyen que frente a este “empate catastrófico”, su posición se revalorizará.
¿Por qué no fueron “capaces de atravesar” el debate político en Catalunya?
Pablo Iglesias e Iñigo Errejón afirman que no fueron “capaces de atravesar” el complicado debate político que hubo en la campaña electoral catalana. Pero en sus valoraciones no responden de forma clara a esta cuestión. Más allá del nombre de la candidatura, de no contar con todos los apoyos deseados o de la voluntad de sus enemigos de acorralarles en el margen izquierdo del tablero, lo cierto es que se echa en falta un análisis de sus propuestas e intervenciones durante la campaña.
Podemos presentó y presenta el eje del debate (su posición frente a la independencia) como un truco de cartas para esconder los verdaderos problemas sociales, en un discurso que poco y nada se distanció de formaciones como Ciutadans o PSC. Esta posición fue definida por Pablo Iglesias en la misma noche electoral como una política de “responsabilidad de Estado”, y que al mismo tiempo buscaba “pescar” votos en las zonas obreras y populares con prejuicios ante la cuestión nacional. No obstante esta “parte del tablero” fue mejor agitada por C’s y PSC.
Esta decisión política, enmarcada dentro de la estrategia de Podemos, les aisló del debate, sí, pero no por la característica de éste si no por su posición frente a él. Y no sólo su posición, sino que ni siquiera cuidó las formas. En los últimos días de campaña Pablo Iglesias acabó “haciendo el indio” y toda una serie de gestos tan pintorezcos que hasta tuvo que pedir disculpas. «Si a alguien he ofendido con mis palabras, lo siento mucho», dijo Iglesias.
En cuanto al eje que buscaron incluir, el social, las medidas timoratas de Podemos y de sus “socios” europeos, como Syriza, no fueron un polo de presión. Estas alternativas políticas que buscan gestionar de una forma más “humana” el capitalismo se han demostrado, sobre todo de forma acelerada por el ejemplo griego, como medidas insuficientes.
En Catalunya el “margen izquierdo” del tablero estuvo ocupado por la CUP, que en materia económica incluye medidas más radicales que las que se encontraban dentro del programa de CSQEP. Estos aspectos, en resumen, impidieron que la formación encabezada por Rabell se erigiera como una alternativa de izquierdas, ni mucho menos anticapitalista.
Navegando en este mar de indefiniciones y “regeneracionismo”, el proyecto de Podemos en Cataluña naufragó, como le ocurrió antes en Andalucía, los dos bastiones con los que Podemos hace aritmética para que le cuadren los números en las elecciones generales. Sin embargo, por ahora, no salen las cuentas.