Por un lado, un núcleo duro para sacar adelante la agenda de recortes y frenar todo avance de la cuestión catalana. Por el otro, ministros de perfil bajo para un gobierno que nace deslegitimado socialmente. Analizamos quién entra y quién sale en este nuevo Ejecutivo de Rajoy.
A una semana de la formación de Gobierno, decir que el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy nace profunda y socialmente deslegitimado ya no es nada nuevo. La investidura de Rajoy fue posible gracias al “golpe de mano” en el seno del PSOE, dando paso a un acuerdo junto a socialistas y Ciudadanos. Todo ello en pos de salvar esta democracia del IBEX 35.
Tras casi un año de Gobierno en funciones, veamos quién conforma el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy para llevar adelante todos los ataques anunciados ya de antemano:
Soraya Sáenz de Santamaría sigue como número dos del Gobierno. Ocupa, como ya hiciera durante la legislatura pasada, la vicepresidencia y el Ministerio de presidencia, carteras a las que se añaden las competencias en administraciones territoriales en detrimento de Cristóbal Montoro. El que repite como ministro de Hacienda pierde peso en esta nueva legislatura.
Eso significa, que, aparte de llevar el timonel de las negociaciones para la refinanciación de las CCAA, Sáenz de Santamaría será la que lleve todo el peso de la ofensiva españolista contra las aspiraciones de independencia de millones de catalanes. Las instituciones, con el Tribunal Constitucional a la cabeza, serán sus principales armas y el artículo 155 de la Constitución española la amenaza que puede recorrer toda la legislatura. Sáenz de Santamaría, sin duda, volverá a ser la que cada viernes, tras el Consejo de Ministros, anuncie toda una serie de recortes de forma impasible y con mano de hierro. Cabe destacar que durante estos últimos cuatro años se ha convertido en una de las políticas capitalistas más poderosas e influyentes.
Luís de Guindos sigue al frente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Otro de los ministros que integran (y repiten en) el núcleo duro del Gabinete. De Guindos ha sido el “hombre” que ha viajado durante estos últimos cuatro años con una cartera llena de recortes y ajustes desde Bruselas. Tras los dos primeros años de recortes durante la legislatura pasada, se convirtió en el responsable de impulsar a bombo y platillo la campaña del Gobierno sobre la salida de la crisis económica. También lo es de confirmar unos PGE -Presupuestos Generales del Estado- puramente electoralistas para 2015. En la actualidad, será parte también de las negociaciones con las comunidades autónomas para su financiación. Cabe puntualizar que fue presidente de Lehman Brothers España, justo cuando la caída de este gigante daba inicio a la crisis financiera en 2008.
Igual que De Guindos, Fátima Báñez sigue en Empleo y Seguridad Social. Ministerio con peso en el Ejecutivo. Si bien es cierto que el índice de desempleo ha bajado del 20% durante el último curso, esto ha sido posible gracias al incremento de la ultra precariedad laboral y la merma de condiciones laborales. Sin ir más lejos, el 90% de los nuevos contratos registrados durante el mes de abril fueron temporales, los demás, de tipo indefinido. El desempleo juvenil sigue situándose cerca del 50%.
María Dolores de Cospedal llega al Ministerio de Defensa en lugar de Pedro Morenés. La secretaria general y número dos del Partido Popular consigue cartera después de verse implicada en el caso Gürtel junto a los anteriores secretarios generales. Sin duda, uno de los principales quebraderos de cabeza del propio partido. Contrariamente a ello, Cospedal es desde hace tiempo una de las voces más autorizadas en el seno del PP y mano derecha de Mariano Rajoy en lo concerniente al aparato interno popular.
Juan Ignacio Zoido Álvarez sustituye al frente de Interior a Jorge Fernández Díaz. Zoido será el nuevo encargado de “velar por la seguridad del Estado”. Para ello, la “Ley Mordaza” será el principal instrumento con el que proseguir la campaña de mano dura contra miles de personas que luchan por defender sus derechos y libertades. Y más, si en un periodo breve de tiempo se reabre el ciclo de movilizaciones callejeras tras asumir el nuevo Gobierno. Recordemos también el caso de las grabaciones en las que Fernández Díaz conspiraba junto al Jefe de la Oficina Antifraude de Catalunya para acusar de prevaricación a dirigentes de CDC y ERC, como uno de los “aportes” más significativos del ya ex ministro del Interior.
Rafaél Catalá prosigue al frente del Ministerio de Justicia. Un puesto que ocupa desde la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón por la derrota, en las calles, de su proyecto de Ley del Aborto. Catalá, desde su Ministerio, ha sido también una de las voces más amenazantes contra el proceso de desconexión de Catalunya con el Estado central.
Íñigo Méndez de Vigo también repite en Educación, Cultura y Deporte. Un cargo desde el que se viene impulsando los mayores ataques a la educación pública y profundizando en la elitización y privatización de la universidad. Su máximo exponente fue José Ignacio Wert durante los primeros años de la legislatura pasada.
El Ministerio de Sanidad recae en manos de Dolors Montserrat. El puesto en funciones lo había ocupado hasta ahora Fátima Báñez y anteriormente Alfonso Alonso, dejando el cargo para presentarse a las elecciones vascas como Lehendakari. Montserrat es una de las nuevas incorporaciones de perfil más bajo. Ha sido premiada con el puesto por formar parte del equipo del PP que se encargó de negociar el acuerdo de investidura de Mariano Rajoy con Ciudadanos. Pese a todo, no olvidemos que Sanidad ha sido durante los últimos años uno de los sectores que ha recibido con mayor virulencia los ajustes del Gobierno del PP.
Alfonso Dastis Quecedo, Íñigo de la Serna Hernáiz, Isabel García Tejerina y Álvaro Nadal son los demás responsables con cartera, y de perfil más bien bajo, que se incorporan al Ejecutivo. Están al cargo de Asuntos Exteriores, Fomento, Agricultura y Energía respectivamente.
La “gran coalición” de facto que nace bajo el dictado de la democracia del IBEX35 y sus grupos mediáticos, lo hace para acatar las órdenes de Bruselas. Estos son los elegidos por Mariano Rajoy para sacar adelante una agenda de recortes y reformas estructurales de cara a los próximos dos años. La cuestión catalana, por otro lado, será también otra batalla en la que el nuevo ejecutivo tomará las riendas ofensivamente, y más con la discusión que se plantea desde el Gobierno sobre la refinanciación autonómica. Esos serán los objetivos centrales para el nuevo Gobierno.