Este martes la policía italiana desalojó a cientos de inmigrantes que desde el sábado se encontraban bloqueados en la frontera con Francia, que les prohibía el ingreso.
La mañana del martes fueron desalojados los inmigrantes provenientes de África que desde hace días estaban acampando en la frontera de Italia y Francia, porque Francia rechazaba su ingreso.
Esto sucedía en la localidad italiana de Ventimiglia, donde los inmigrantes pasaron cinco noches a la intemperie exigiendo que Francia los dejara pasar.
Las escenas que se vivieron en el desalojo fueron de mucha violencia, con la policía tironeando de hombres y mujeres que se negaban a ser trasladaos y que se aferraban con toda su fuerza a postes y rocas para impedir la detención.
La policía los subió a un autobús de la Cruz Roja para llevarlos a un centro de detención.
La mayoría de los inmigrantes provenían de Somalia, Eritrea y Etiopía. Estos hombres y mujeres se encontraron en medio de una disputa diplomática entre Italia y Francia, que se acusaron mutuamente de la responsabilidad sobre los inmigrantes.
«No tenemos ayuda ni esperanza», aseguró Mustafari, uno de los inmigrantes bloqueado en la frontera, como en tierra de nadie.
En algunos medios italianos se informó de las condiciones ultra precarias de este campamento improvisado, sin agua ni comida y expuestos al viento y la lluvia.
Los inmigrantes mostraban carteles en inglés: «Necesitamos pasar».
Italia ha realizado declaraciones cuestionando la política del resto de la UE hacia los inmigrantes. Alfano dijo que lo que está ocurriendo en Ventimiglia es «un puñetazo» en la cara de Europa y una prueba de que las personas que llegan a Italia por el Mediterráneo no lo hacen para quedarse en Italia sino para irse a otras partes de Europa, en unas declaraciones a su llegada al Consejo de ministros de Interior que se celebró el martes en Luxemburgo.
«Mientras luchamos para salvar a Europa de la bancarrota política, el tema de la inmigración es un tema en el que Europa gana o pierde», agregó.
Italia acusó a Francia de cerrar las fronteras para impedir el paso de los inmigrantes, cuyo destino era ese país.
El ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, aseguró por su parte que su país no ha cerrado su frontera con Italia, sino que sencillamente se ha limitado a “aplicar controles más férreos”. Cazeneuve agregó que los inmigrantes “no van a pasar y que se tiene que ocupar de ellos Italia, como dictan las leyes europeas”.
Los inmigrantes han explicado que quieren ir a Francia, donde viven sus familias. Tramitar cualquier tipo de papeleo en Italia, como peticiones de asilo, significaría no poder abandonar ese país.
La disputa entre Francia e Italia para eludir responsabilidades sobre la acogida de inmigrantes, la represión a los inmigrantes en la frontera italiana, al igual que ocurrió hace unos días con los refugiados de París, son muestras de que la “solución europea” a la crisis migratoria implica más controles y represión, xenofobia y racismo para los inmigrantes.
La reunión de ministros del interior en Luxemburgo abordó la propuesta de “reparto de cuotas” de los inmigrantes, que ya ha sido rechazada por muchos países.