Las notas de opinión de los diarios más importantes de Gran Bretaña tratan sobre la cumbre de “los 7 Grandes” en el castillo de Elmau, en el sur de Alemania, entre protestas, y de las “reformas” con las que la Unión Europea busca maquillar la masacre y la persecución de inmigrantes provenientes de Medio Oriente y el Magreb que se adentran en las aguas del Mar Mediterráneo.
Según la nota de opinión más importante de The Guardian/The Observer de hoy, el G7 es inservible, anticuada y está dividida y por lo tanto hay que terminar con dichas reuniones.
“Se necesitan varios ingredientes para hacer que un organismo internacional funcione. Tiene que haber problemas que necesiten solución. Tiene que haber algún grado de unanimidad sobre cómo deben resolverse los problemas. Y tiene que haber un liderazgo para asegurar la unanimidad para cuando no se está cerca de conseguirla. De los tres ingredientes, solo el primero existe actualmente.
El G7 tiene mucho de qué hablar: Grecia; Ucrania; las próximas metas de desarrollo y cómo financiarlas; el cambio climático; el comercio; la debilidad de la recuperación mundial; cómo diseñar la salida del marco de tasas de interés cero de los últimos seis años; la lucha contra la evasión fiscal sistemática; y la lucha contra la desigualdad.
David Cameron quiere que el escándalo de la FIFA sirva para impulsar un debate más amplio sobre la corrupción. Lo que no tiene, y no ha tenido desde 2010, es un punto de vista común sobre cómo hacer para lograr cualquiera de estos objetivos. Cuando la crisis financiera mundial estaba en su apogeo, las diferencias ideológicas no importaban. El G7 en su conjunto recortó las tasas de interés y todos ellos entraron en déficits presupuestarios más grandes en un intento de estimular el crecimiento. Pero el consenso no duró, y se produjeron las divisiones. Los norteamericanos dijeron que el crecimiento debería tener prioridad sobre la reducción del déficit; los alemanes, apoyados por los británicos, dijeron que sin un rápido retorno a la rectitud fiscal no puede haber crecimiento sostenible”.
Luego destaca la ausencia de liderazgos dominantes que puedan asumir la hegemonía del conjunto, y plantea que Obama podría ser esa figura. ??“La expectativa era que iba a tomar el puesto de dirección cuando Gordon Brown perdió el poder en 2010. El presidente de Estados Unidos ha demostrado que no quiere o no puede hacerlo, y el resultado es que los líderes del G-7 se encuentran, emiten un comunicado insulso y vuelven al aeropuerto lo más rápido que pueden (…) Hay casos específicos en los que el G-7 podría – y debería – estar usando su fuerza colectiva, pero no logra hacerlo. A la cumbre de Baviera le seguirán tres cumbres mundiales en el segundo semestre de 2015: la primera en Addis Abeba tratará sobre la financiación del desarrollo; la segunda en Nueva York en septiembre fijará los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas para los próximos 15 años; la tercera en París en diciembre buscará un acuerdo jurídicamente vinculante sobre el cambio climático acordado por todas las naciones”.
Sin embargo, en un encuentro con Obama al margen de la cumbre oficial del G-7 (http://www.theguardian.com/uk-news/2015/jun/07/uk-sends-more-troops-train-iraqi-forces ) , David Cameron anunció un aumento del número de tropas británicas en Irak, hasta llegar a 900 soldados, con el objetivo de entrenar las tropas iraquíes que combaten contra el Estado Islámico, así como a las fuerzas moderadas de la oposición siria.
En el NY Times varios editoriales, como aquí y aquí se ocupan del hecho de que la próxima candidata demócrata para las elecciones presidenciales sea Hillary Clinton, una “continuidad pero con muchos cambios”, ya que es vista como más de derecha que lo que representó Obama incluso para el propio electorado demócrata. Los editorialistas hablan de las quejas y los resquemores de esa base electoral.
Luego una editorial oficial del Times se ocupa de la crisis migratoria y de una propuesta de la Comisión Europea de la semana que pasó.
“La propuesta de la Comisión proporcionaría ayuda de emergencia a Italia y Grecia mediante la reubicación de 40.000 solicitantes de asilo sirios y eritreos (los inmigrantes económicos serían repatriados) que llegaron allí después del 15 de abril, hacia otras naciones europeas en los próximos dos años, mientras trabajan en un plan permanente.
Eso es muy poco pedir para países que no están haciendo su parte. Sin embargo, varios países que tienen gobiernos de derecha, o se enfrentan a un creciente sentimiento anti-inmigrante, ni siquiera se hacen cargo incluso de esta modesta propuesta. (…) Cuando el Consejo Europeo se reúna el 25 y el 26 de junio, debe estar seguro de que ha aglutinado el apoyo suficiente como para aprobar una versión creíble de esta nueva propuesta, que establece normas vinculantes para compartir equitativamente la afluencia de refugiados.
Será un reto para la Comisión Europea conseguir que sus miembros hagan frente colectivamente a la crisis de la inmigración. Pero los países que se niegan a aceptar la idea de compartir la carga que ha estado cayendo tan fuertemente sobre Italia y Grecia solo están mostrando su desprecio por la idea misma de la unión de Europa.”