Masiva manifestación en Plaza Syntagma por el “No”, donde habló Tsipras. Muy cerca, una importante manifestación por el “SI”. Grecia llega al referéndum del domingo en un escenario muy polarizado. Las últimas encuestas señalan un empate técnico.
Atenas, viernes 3 de julio. La simbólica Plaza Syntagma abarrotada en una nueva manifestación por el NO. En la tribuna habla el Primer Ministro Alexis Tsipras. “OXI, OXI, OXI”, se escucha en la plaza.
Muy cerca de allí, a tan solo unas calles, se realiza la manifestación por el “SI”, también masiva, convocada por la oposición de derecha.
Son imágenes de la polarización que se vive en Grecia en estos días, agudizada por el referéndum del próximo domingo, el corralito y la crisis.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, habló ante más de 25.000 personas a quienes llamó a hacer «nuevamente historia en el lugar donde nació la democracia», lanzar un mensaje de «dignidad» a Europa y decir “NO” a los «ultimátum» de los acreedores.
De este modo, Tsipras intentó darle un último impulso al voto NO a dos días del referéndum.
«El pueblo heleno probó varias veces en su historia que sabe responder a los ultimátum. Los ultimátum a veces se convierten en un bumerán. Os llamo a escribir Historia otra vez. Os llamo a decir otra vez ’no’ a los ultimátum», dijo Tsipras.
El primer ministro aseguró durante el día que más allá de cuál sea el resultado del referéndum se iba a llegar a un acuerdo con los acreedores. Su ministro de finanzas, Varoufakis, hizo declaraciones diciendo que el acuerdo prácticamente “ya estaba hecho”, aunque insistió en la necesidad de un triunfo del NO porque les permitiría llegar “a un mejor acuerdo”.
Esto fue desmentido poco después por Jeroen Dijsselbloem, el jefe del Eurogrupo, quien aseguró que era “completamente falso” que se estuviera cerca de un acuerdo, y acusó a Varoufakis de mentir.
La manifestación del “SI” tuvo un poco menos de gente que la del “NO”, pero fue igualmente masiva, llegando a las 20.000 personas según la policía. Esta fue convocada por una plataforma de formaciones políticas, empresarios y sindicatos opositores por derecha al gobierno. En el acto tomaron la palabra empresarios y alcaldes de pequeños municipios. En la manifestación se repetía sin cesar: “Somos Europa”.
El voto por el SI es impulsado por todo el arco político europeo, desde conservadores a socialdemócratas, que durante la última semana encabezaron una campaña reaccionaria para aterrorizar al pueblo griego agitando el fantasma del “caos” que seguiría a un “Grexit” si gana el NO.
Juncker volvió a la palestra con declaraciones contra el voto NO, diciendo que “si los griegos votan no, habrán hecho todo menos reforzar la posición de Grecia en la negociación”, intentando así contrarrestar el principal argumento del gobierno.
De acuerdo a las últimas encuestas, el domingo podría producirse un virtual empate.
Un sondeo publicado este viernes por Bloomberg mostraba un 43% de intención de voto para el NO y un 42,5%, por el SI. Otro estudio de opinión realizado por el instituto Alco entre el martes 30 de junio y el miércoles 1 de julio daba un 44,8% al SI, frente a un 43,4% del NO, con un 11,8% de indecisos. El resultado es incierto y lo único seguro es que será una votación muy reñida.
«Nos quedamos en Europa», era el lema más repetido en la marcha del SI. «¡Basta de austeridad!» se cantaba en la Plaza Syntagma.
El resultado del domingo depende de cuál de estos dos ejes logre más fuerza. El relato del “Grexit”, que la UE intentó imponer los primeros días, puede haber generado más rechazo en sectores de la población predispuestos a votar NO contra la prepotencia de la Troika y la UE.
Pero el relato de la “lucha contra la austeridad” del Gobierno de Tsipras, a su vez, se debilitó por la propia estrategia de Syriza en las negociaciones, que se ha comprometido a aceptar casi la totalidad de las exigencias de la Troika, a cambio de una reestructuración de la deuda. Una estrategia que guió la política del ejecutivo griego durante todas las negociaciones en estos seis meses.
En una situación de extrema tensión y polarización, el FMI “metió la cola” este jueves, asegurando que debía considerarse una reestructuración de la deuda griega, lo que le dio un cierto aval al pedido del gobierno griego sobre este punto, mientras presionaba por una solución de “reestructuración de la deuda”+ “ajustes”.
El próximo domingo, desde las 7 am hora de Atenas hasta las 19 hs., podrán ir a votar unos 10.837.118 de griegos.
La pregunta que se encontrarán en las papeletas es esta: «¿Tenemos que aceptar el proyecto de acuerdo que fue presentado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25/06/2015, que se compone de dos partes y que constituyen su única propuesta?». Pero cada uno interpretará esta pregunta de diferentes maneras.
Se estima que los primeros resultados se podrán conocer entre una y dos horas después de terminada la votación.
Indudablemente el domingo es un día clave para Grecia. Si gana la reaccionaria campaña del SI, el gobierno de Syriza-Anel saldría muy debilitado, y no se descarta que se vea obligado a llamar a elecciones anticipadas. Sería un triunfo incuestionable de la Troika y un fuerte golpe para los trabajadores y el pueblo griegos, después de 7 años de crisis capitalista.
Pero si gana el NO, al día siguiente el gobierno de Syriza intentará negociar un plan de “austeridad moderada” y una reestructuración de la deuda, para lo cual, como ya dijeron Tsipras y Varoufakis, están dispuestos a aceptar “medidas duras”. Es decir, continuar lo que vienen haciendo desde que firmaron el acuerdo del 20 de febrero, abandonando sus “líneas rojas”. Una política opuesta a las aspiraciones de la amplia mayoría de los votantes de Syriza, que le dieron el triunfo en las elecciones del 25 de enero para acabar con los memorándums de la Troika y años de ajustes.
Más allá de cuál sea finalmente el resultado, los trabajadores y el pueblo griego tienen por delante la necesidad inevitable de retomar el proceso de movilización obrera y popular que iniciaron hace varios años, con más de 30 huelgas generales, ocupaciones de empresa y manifestaciones. Pues esa será la única forma de imponer un NO a la Troika, un NO a la deuda y un NO a los ajustes sobre el pueblo trabajador.