La compañía ha convocado a los sindicatos el 1 de septiembre para iniciar las negociaciones. La posibilidad de un ERE en la empresa se venía planteando desde finales del año pasado, algunos meses después de la compra de ONO por 7.200 millones de euros.

En la mañana del martes, la empresa de telecomunicaciones Vodafone España ha comunicado su intención de iniciar un proceso de despido colectivo que afectará a un máximo de 1.300 trabajadores.

El próximo 1º de septiembre empresa y sindicatos iniciarán las negociaciones, que se prolongarán durante un mes, en las que se fijarán las condiciones, los criterios de aplicación y el calendario de ejecución de los despidos. El pasado mes de abril la compañía estimó los despidos «necesarios» en un 20 % de la plantilla (1.200 trabajadores). Con el nuevo máximo fijado en el 22 % de la plantilla es previsible que tras las negociaciones la cifra final sea rebajada para acercarse a los 1200 despidos previstos primariamente. Una forma de Vodafone de subir la apuesta para alcanzar sus objetivos originales.

El ERE no supone una sorpresa puesto que se venía anunciando desde diciembre del año pasado, cuando la compañía estimó despidos que afectarían a entre el 10% y el 30% de los trabajadores (entre 680 y 1.800 personas), tras la compra de la competidora ONO en julio de 2014 para «solventar redundancias» en ambas plantillas. En aquella época, el consejero delegado de Vodafone Antonio Coimbra declaraba: “En procesos de este tipo las redundancias suelen ser de entre el 10% y el 30%. Pero, en este caso, espero que esté más cerca del 10% que del 30%, porque son empresas complementarias». Unas perspectivas que se quedaron a la mitad de la resolución adoptada por el consejo directivo de Vodafone, del que Coimbra forma parte.

Entre los motivos que ha aducido la multinacional para justificar el despido de 1.300 trabajadores se encuentran, además de la redundancia generada por la adquisición de ONO, la caída de ingresos y del Ebitda o beneficio bruto de explotación (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones).

Sin embargo, Antonio Coimbra ha asegurado que no se trata de una cuestión de ahorro en las plantillas, sino de «eficiencia» organizativa. «Si tenemos una estructura muy pesada y poco eficiente, no podremos ser competitivos y tendremos precios más altos» declaraba Coimbra en una entrevista concedida a Expansión, y añadía en un grosero ejercicio de cinismo: «la economía de mercado es cruel en esta materia, porque te exige eficiencia para poder competir y poder dar mejores servicios a los clientes a precios más bajos». La misma economía de mercado que permite al señor Coimbra y demás directivos de compañías diversas cobrar salarios 10 o 20 veces por encima de las 1.300 personas que pretenden echar a la calle y ofrecer a los usuarios del Estado Español uno de los servicios de internet más caros y lentos de toda Europa.

No es la primera vez que en Vodafone España se realiza un despido masivo de trabajadores. En el año 2013 la compañía pactó con los sindicatos un ERE que se saldó con 620 despidos y 130 externalizaciones. A esto se suma el ERE aplicado por ONO que afectó a 1.300 de los 4.300 trabajadores que completaban la plantilla entonces. En conjunto, de llegar a aprobarse el nuevo ERE, ambas compañías habrían dejado sin empleo a más de 3.200 trabajadores desde los inicios de la crisis capitalista.

Estos hechos que contrastan con los ingresos mil millonarios que factura la compañía en todo el mundo. En el caso de la filial española de Vodafone estos alcanzarían los 4.000 millones de euros según los resultados del ejercicio del último año.

Ahora la multinacional se prepara para echar sobre las espaldas de los trabajadores restantes una mayor carga de trabajo y compensar las deficiencias a través del recurso a las subcontratas, lo que supone un incremento de la explotación laboral y un cada vez peor servicio a los usuarios, tal y como ha venido evidenciando el caso de los técnicos de Telefónica-Movistar.

Si algo ha demostrado también el caso de los técnicos de Movistar y su espontánea y heroica huelga, ha sido la necesidad de organizarse y luchar para evitar éstos y previsibles nuevos despidos, y avanzar en la recuperación y conquista de condiciones laborales dignas, para que la clase trabajadora deje de ser la pagadora de la crisis capitalista y de la mala gestión capitalista de personajes como Coimbra y compañía.

Publicado por Alejandro Arias

Alejandro Arias | Madrid

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