A dos años del inicio de la huelga de Panrico entrevistamos a uno de sus protagonistas, Joe Molina. En esta segunda parte de la entrevista abordamos la actualidad política del Estado español y Catalunya. La visión de este luchador obrero sobre Podemos, Ahora en Común o el proceso soberanista.
La actual crisis del Régimen está generando el surgimiento de nuevos proyectos políticos que hablan de “cambio”, como es el caso de Podemos ¿Qué opinión tienes de ellos?
Podemos me parece que empezó con mucho “boom” pero últimamente se está desinflando. Y no me refiero sólo a los votos que pueda sacar. Yo siempre lo vi críticamente. No veía que en su agenda estuvieran incluidas las luchas obreras, o no al menos con el peso que deberían. En su programa están ausentes muchas de nuestras reivindicaciones o las plantea de una forma mucho más moderada que lo que se ha hecho en la calle, por ejemplo con el tema de la deuda. Y lo que más me chocaba, se hablaba de la “casta política”, pero ni una palabra sobre otra “casta”, la burocracia sindical.
Este último punto ya me chirriaba. ¿Cómo vamos a cambiar las cosas sin quitarnos a los que trabajan supuestamente en nuestro bando para que las hostias sigan cayendo en los mismos de siempre? Cuando luego me he enterado de que se fichaba a burócratas como a algunos de Banca me acabé de desengañar. En mi opinión un proyecto político que no cuestione la burocracia sindical no tiene nada que ofrecer a los trabajadores. Mucho menos si cuenta con ellos en sus filas. Para mí eso ya dejaba claro que el proyecto de Podemos se quiere quedar en una reforma muy light del régimen. Hoy, con la moderación cada vez mayor de su discurso y sus propuestas, creo que esto lo ve más gente.
También se presentará Alberto Garzón de Izquierda Unida, encabezando la lista de Ahora en Común ¿Qué te parece su candidatura?
Si de algo sirven ocho meses de huelga es para conocer mejor quién es quién en la izquierda. Por lo menos algo mejor que lo que nos llega por la tele. Lo cierto es que todo el mundo reconoce que Ahora en Común será la nueva marca de IU. Mi experiencia con este partido no fue muy buena la verdad. En la huelga no pasaron de un apoyo testimonial, como de hecho pasó con toda la izquierda parlamentaria. Pero en el caso de IU, que aquí son los de ICV y el PSUC, no solo no nos apoyaron, sino que fueron parte de la triada que actuó contra la huelga. La dirección de la Federación Agroalimentaria de Catalunya y Madrid está formada por dirigentes de estos partidos.
Después muchos de ellos se integraron en Barcelona en Comú. Yo estuve a la huelga de Movistar apoyando. Y allí volví a verlos en acción, lamentablemente esta vez junto otra gente nueva de la que no me esperaba algo así. Firmaron el “acuerdo de las escaleras” una semana antes de las elecciones. Pero después trabajaron para lograr que se desalojara la sede del Mobile que estaba ocupada por los trabajadores a cambio de una promesas de la empresa que no se cumplieron. Hoy hay decenas de despidos por la huelga. ¿Todo para qué? A los pocos días lo entendimos cuando vimos a Ada Colau apoyar la firma de renovación del Mobile.
Llevan un discurso más de izquierda que Podemos, pero no creo que los trabajadores podamos esperar nada de la marca blanca de un partido así, con vínculos directos con la burocracia sindical, con un historial espantoso de gobiernos con el PSOE, como en Andalucía, como el Tripartit o aquí en Barcelona con los Ayuntamientos de la Ciutat Morta.
Tú participaste recientemente en una asamblea de Madrid de Sindicalistas por la Unidad Popular, un agrupamiento de trabajadores integrado en Ahora en Común que ahora presenta candidatos en sus primarias, tanto en la lista de Garzón como en forma independiente ¿Qué visión te ha quedado de aquella reunión?
Cuando me enteré de que existía me pareció algo muy interesante, sobre todo porque planteaban que querían discutir un programa para la clase trabajadora. Para mí es necesario que se abran espacios así, en el que los trabajadores podamos empezar a discutir cómo podemos agruparnos detrás de un programa político de clase.
Por el encuentro salí algo decepcionado. Cuando leí el borrador de programa que elaboraron me parecía que faltaba un punto clave, justamente no mencionaba ni una sola vez el tema de la burocracia sindical. Presenté enmiendas sobre este tema. Lamentablemente al no ser de Madrid no pude defenderlas. Pero había otras similares que habían presentado compañeros del Circulo de Trabajadores de Podemos.
Me chocó mucho la resistencia de los organizadores a que se incluyeran. Pero lo que me descolocó más fue que quien defendió en la asamblea que no era oportuno incluir las denuncias a la burocracia sindical fuera Ángel Luis Parras, un dirigente de CoBas de Madrid. Yo lo conocí durante la huelga de Panrico porque él es también de Corriente Roja y nos apoyaron. Entonces recuerdo que era super crítico con la burocracia sindical. Incluso recuerdo haber discutido con ellos en la Feria del Libro Marxista de Madrid el año pasado y yo les decía que tenían que distinguir entre la base y la dirección de CCOO, ya que algunos de sus compañeros llegaron a decir que CCOO y UGT ya no eran sindicatos sino empresas, como si la base y la cúpula fueran lo mismo, algo que me sorprendió por mi propia experiencia.
En la asamblea, como el mismo Parras explicó, habían llegado a un acuerdo con un sector de CCOO para impulsar ese encuentro y definir el programa. Pero yo mismo soy afiliado de CCOO y conozco a otros muchos que no tendríamos ningún problema con que se critique a nuestros dirigentes, al revés. Pero ante una propuesta de incluir en el programa una crítica a las direcciones burocráticas de los sindicatos y la necesidad de democratizar los sindicatos para que sean herramientas de lucha obrera, respondieron algo sorprendente: que si se incluía eso se estaba “expulsando a compañeros de CCOO” que eran parte de esa iniciativa. Si la gente con la que se ha acordado defiende a esos dirigentes me parece que entonces es un error llegar a un acuerdo político con ellos. En la lucha podemos y debemos de intentar coincidir todos, la máxima unidad. Pero si uno piensa en formar un agrupamiento político éste debe atender a las tareas fundamentales que se plantean a los trabajadores hoy, y la pelea contra la burocracia es una fundamental. Renunciar a ella en pos de un acuerdo electoral no me parece bien la verdad.
Después pensando me di cuenta de que era para no molestar justamente a IU, con los que se estaba ya pensando en ir juntos a las elecciones. De hecho no entendí al principio que el acto lo abriera justamente Alberto Garzón. Luego dijeron que la que estaba moderando el debate era nada menos que la secretaria general de la Federación Agroalimentaria de Madrid, los mismos que impidieron la huelga de Panrico en la capital y estuvieron poniendo palos en la rueda para que fracasáramos. Eso me decepcionó mucho la verdad.
Cambiando ¿Cómo viviste las elecciones del 27S y qué te parecen las negociaciones en curso entre Junts pel Sí y la CUP?
Le verdad es que acabe absteniéndome. En un principio iba a votar a la CUP. No comparto todo su programa ni su estrategia, pero veía cosas que me parecía que estaban haciendo mejor. Por ejemplo en el Ayuntamiento creo que han hecho buena oposición por izquierda a Colau en temas como el Mobile o los manteros. O en la huelga de Movistar me parece que estuvieron mucho más presente que en la de Panrico. Además tienen buenas denuncias anticapitalistas. Hasta un compañero de Panrico se había sumado a la lista.
Sin embargo al final hubo una cosa que me tiró para atrás, el tema del gobierno de concentración que decía a todas horas el Baños. ¿Apoyar un gobierno junto a los convergentes? ¿Los que cierran hospitales y se alían con los empresarios en todas las huelgas? ¿De verdad así se piensa conseguir cambiarlo todo?
Hoy la verdad es que no me arrepiento. Me alegro que mi voto no haya servido para acabar apoyando un posible gobierno de Junts pel Sí. La CUP dice que no votará a Mas, aunque hay gente dentro de la candidatura que dice que hay que investirlo, como los compañeros de LI. Pero el problema no es si Mas es o no president. El tema es toda Convergencia y la misma Esquerra. Para mí una fuerza que habla de la defensa de los sectores populares tiene que romper del todo cualquier acuerdo con los que solo defienden los intereses de los empresarios catalanes. Si eso implica nuevas elecciones, pues nuevas elecciones.
Yo no creo que eso fuera un impedimento para el proceso. En el fondo creo que sería la única forma de que el proceso no termine en una negociación con el siguiente gobierno, que es lo que espera Mas, Convergencia y sobre todo la patronal catalana.
En Catalunya muchos pensamos que hay que unir la lucha por lo nacional con lo social. Pero esto solo es posible desde una posición de independencia de esta gente. Apostando por desarrollar la organización y movilización social sobre esos dos ejes a la vez, y siendo realistas, es decir conscientes de que la autodeterminación y resolver los grandes problemas sociales sólo vendrá de una gran movilización de los trabajadores que tumbe el régimen y el sistema.
Por último, ¿Qué alternativa crees que debería plantearse desde la izquierda que se declara anticapitalista en la actual situación?
Yo creo que tanto en Catalunya como en el resto del Estado hay que pensar en qué tareas tenemos los trabajadores y la izquierda que ni se conforma con los falsos cambios de Podemos, ni la vieja IU, ni mucho menos con ir detrás de un partido capitalista como Convergencia para presionarlo. Creo que hay mucha gente así, incluso mucha que ha votado a estos partidos o hasta forman parte de ellos. Pero hace falta que se tome la iniciativa y se llame a agruparse en función de las tareas. ¿Cuáles son?
Primero, hay que reactivar y fortalecer la movilización social. Y en este punto debe ser un agrupamiento que ponga su eje en la lucha y en especial la lucha obrera, la coordinación y la pelea contra la burocracia sindical. Que plantee que para conseguir nuestras demandas, desde el fin del paro o los desahucios hasta el derecho de autodeterminación, hay que apostar a poner en marcha una gran movilización de los trabajadores y el pueblo. En segundo lugar, hay que defender un programa anticapitalista, sin complejos, para que la crisis la paguen los empresarios y los ricos. Y por último, creo que ha de ser un agrupamiento que no se calle las críticas a todos los intentos de falso cambio o de engaños que se pondrán sobre la mesa después de las generales. Hay que pelear de verdad por acabar con este régimen corrupto, abrir un proceso constituyente de verdad y pelear porque gobernemos los trabajadores de una vez.