Ya son 20 meses de lucha de los trabajadores y trabajadoras de Fuenlabrada contra la multinacional imperialista Coca-Cola. A pesar de contar con varias sentencias judiciales en su contra, la empresa se ha negado durante meses a acatarlas. Pero ahora es la propia Audiencia Nacional la que vulnera sus propias sentencias, denuncian los trabajadores.
“Hace unos días tuvimos la notificación de una Providencia de la Audiencia Nacional, en la misma, se solicitan una serie de datos que hace indicar que es posible que no se dé cumplimiento efectivo a la sentencia de la propia Audiencia Nacional, ni a la sentencia firme del Tribunal Supremo”, denuncian los trabajadores en una nota de prensa este martes desde su campamento de la dignidad frente a la planta de Fuenlabrada.
Recordemos que la sentencia de la Audiencia Nacional, posteriormente ratificada por el Tribunal Supremo, reconoce la vulneración del ejercicio a la huelga –un derecho fundamental- de los trabajadores y trabajadoras de Coca-Cola por parte de la embotelladora Coca-Cola Iberian Partners (CCIP).
En base a tal fundamento, el Auto del tribunal dictaminó en julio que la reposición al puesto de trabajo que tenían los trabajadores con anterioridad al despido, debía ser en las mismas condiciones que desempeñaban antes del despido.
La empresa, sin embargo, ha desacatado sistemáticamente los dictámenes del Tribunal, generando todo tipo de incidentes e interponiendo maniobras jurídicas para evitar la reincorporación de los trabajadores.
El último de estos incidentes se produjo el lunes 7 de septiembre. Esa jornada, en cumplimiento del Auto judicial del mes de julio, la empresa debía reincorporar a sus puestos de trabajo productivos a los 220 trabajadores de Fuenlabrada despedidos a fines de enero de 2014. Sin embargo, sólo 85 trabajadores fueron admitidos por la empresa y en condiciones totalmente irregulares.
“La empresa reconoció tanto por pruebas documentales como en la propia vista del incidente, que los 85 trabajadores reincorporados en Fuenlabrada están en un almacén llamado ‘COIL’ que no existe, y en puestos distintos a los que tenían antes del despido en la fábrica de Producción, por tanto, estamos ante una readmisión irregular. También reconoce que la empresa en dicha vista, que es irregular la readmisión en la empresa de los 130 trabajadores que aún no se han incorporado a su centro de trabajo”, denuncian los trabajadores.
En efecto, la fábrica de Fuenlabrada ha sido “rebautizada” por la patronal de Coca-Cola como Centro de Operaciones Industriales y Logísticas (COIL) y los trabajadores que desde principios de septiembre se reincorporaron a sus puestos trabajo, se han encontrado con que en los hechos tales puestos no existen.
El ingreso de los 85 trabajadores fue visto como un triunfo parcial por los propios trabajadores, hacia el objetivo de doblegar definitivamente la resistencia de la patronal a la plena readmisión de todos los despedidos. Pero ya entonces denunciaron la irregularidad de la readmisión. “Hoy por hoy ningún puesto de trabajo existe, sólo en un papel”, denunció tras el ingreso de los 85 Juan Carlos Asenjo, portavoz de los “espartanos y espartanas” de Fuenlabrada.
“La Audiencia Nacional conoce plenamente esta situación”, denuncian los trabajadores, y tratándose de una “sentencia por derechos fundamentales”, consideran con justa razón que “solo cabe la reposición de los trabajadores en las condiciones dictadas en sentencia, cada uno en su sección y puesto antes del despido”.
Es evidente para quien lo quiera ver que ni la empresa ni la propia Audiencia Nacional están dispuestas a otorgarles a los trabajadores de Coca-Cola un triunfo que sienta un extraordinario precedente para enfrentar los EREs en todo el Estado.
Si la actitud de la Audiencia Nacional en todo el conflicto ha sido darle tiempo indefinido a la patronal para que rehúya su obligación de readmitirá a los trabajadores, ahora es la propio Audiencia Nacional la que se predispone a vulnerar su propia sentencia.
Según la Providencia enviada por la Audiencia Nacional a los trabajadores hace pocos días, ésta “solicita a las partes hacer cálculos de salarios de tramitación hasta el 30 de septiembre de 2015”, diferenciando a “los 85 trabajadores incorporados de los 130 que no lo están, cuando todos ellos están ante una readmisión irregular clara y objetivamente demostrada”, indican los trabajadores. Pero “más preocupante aún”, es que el Tribunal “solicita las cantidades de una posible indemnización de todos los afectados”.
“¿Para qué son las indemnizaciones?” cuestionan los trabajadores. “Tampoco cabe validar otros puestos de trabajo en un almacén logístico con condiciones diferentes, ni trasladar al trabajador opciones entre nuevo puesto o la extinción”, alertan desde su nota de prensa.
Los trabajadores huelen un verdadero “pucherazo” en el que la Audiencia Nacional se pliega a los intereses de la patronal y está dispuesta a pisotear sus propias resoluciones.
“Solo cabe el cumplimiento de la sentencia de la Audiencia Nacional y la sentencia firme del Tribunal Supremo en los términos dictados”, exigen los trabajadores y denuncian que “esta dilatación y tratamiento de la sentencia como el Auto de julio solo favorece a la empresa”, “este tipo de justicia no es justicia”, sentencian al final del escrito.
Mientras la multinacional imperialista incumple a rajatabla todas y cada una de las sentencias firmes favorables a los trabajadores, tanto el gobierno del Partido Popular (PP) como la oposición del PSOE hacen oídos sordos a los reclamos de los trabajadores y la propia corporación judicial deja al descubierto su subordinación a los intereses de las grandes patronales con Coca-Cola.
Queda cada vez más claro ante los ojos de miles de trabajadores que, como dijeran Marx y Engels, hoy como hace 200 años, los gobiernos del Estado moderno no son más que “junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”.
En 615 días de lucha los trabajadores y trabajadoras de Coca-Cola han cultivado un inconformismo a prueba de todo y están dispuestos a continuar su lucha hasta lograr la readmisión de los 135 compañeros y compañeras que aún no han ingresado a trabajar, y porque todos lo hagan en las mismas condiciones que antes del despido.
Pero los trabajadores y sus familias también han sufrido una brutal presión en todo este tiempo, económica y emocional, hasta el punto de estar meditándose el iniciar una huelga de hambre frente a tantos atropellos y sufrimiento.
Ahora más que nunca serán necesarias la solidaridad, la coordinación y el apoyo decidido y militante de todas las organizaciones gremiales, políticas, estudiantiles y movimientos sociales a esta lucha. Porque como decimos siempre, si triunfa la lucha de Coca-Cola, triunfamos todos.