El próximo 27 de mayo columnas de todo el Estado español confluirán en Madrid en una nueva marcha estatal. La apuesta por la lucha de clases que la prensa no quiere contar.
Andalucía, Cataluña, Asturias, Valencia, Aragón, Madrid. En todo el Estado las asambleas de las Marchas de la Dignidad se encuentran en plena actividad, buscando reactivar la movilización en cada región para converger en una gran marcha estatal esta primavera, tres años después de aquella impresionante manifestación que inundó las calles de Madrid el 22 de marzo de 2014.
Lamentablemente esta información no podrás leerla hoy en los grandes medios, ocupados en cubrir una entrega de premios por parte del monarca, los anuncios exitistas del gobierno, las internas del partido de Ferráz, el último partido de la Liga o el último tweet de Pablo Iglesias.
No te enterarás por los programas de noticias que en las asambleas de las Marchas de la Dignidad participan diferentes colectivos, partidos de izquierda, sindicatos, asociaciones vecinales y activistas de forma individual. Que se ha construido un espacio de organización unitario que tiene la convicción de que los derechos se conquistan con la lucha y en las calles, no por medio de acuerdos y pactos “por arriba” ni con concesiones a los partidos del Régimen.
“Las movilizaciones del 25F y 28F, las multitudinarias manifestaciones del 8 de marzo, la huelga y movilizaciones de la educación, las diferentes luchas en curso entre las que destacan pensionistas y estibadores, muestran que es posible recuperar la calle y plantar cara a los diferentes gobiernos y a los planes de la Unión Europea”, señalan las Marchas en su último comunicado estatal.
Pero de nuevo, este comunicado no podrás leerlo en la portada de los diarios. Ni será tema de tertulias cómo construir una “unidad de las luchas”, un objetivo de las marchas de la dignidad, en un momento en que diferentes sectores como los estibadores, telemarketing, educación, pensionistas y un amplio movimiento de mujeres han vuelto a tomar las calles.
Porque como nos dice Nines Maestro, integrante Red Roja y referente de las Marchas en Madrid, “las Marchas son la única expresión política unitaria, independiente, de ruptura y de lucha que hay actualmente en el Estado español”.
Las Marchas de la dignidad buscan construir un espacio que sea una referencia para todo un sector del activismo social y de los trabajadores que apuesta retomar la movilización social, después del período de reflujo que acompañó las “ilusiones políticas” generadas por el ascenso electoral de Unidos Podemos y los llamados “Ayuntamientos del cambio”.
La persistencia de la crisis económica y social, así como el desengaño con estas experiencias, que no han cambiado sustancialmente la vida de millones de trabajadores, pensionistas, parados y desahuciados, está generando nuevas expectativas en la movilización.
“Hoy la lucha social está volviendo lentamente a la escena política después de un largo período de pasividad social e ilusiones electorales, en el que las burocracias sindicales y la nueva izquierda reformista tuvieron mucho que ver”, nos dice Asier Ubico, delegado de CGT Telepizza en Zaragoza. “Ahora el Gobierno habla de recuperación económica, pero los salarios siguen siendo miserables, los despidos y la precariedad continúan, aún hay millones de parados y encima preparan nuevos ajustes. Por eso las Marchas de la Dignidad tienen que ser un catalizador para el retorno de la lucha de clases y para levantar un programa obrero de salida a la crisis”.
Pero la prensa capitalista no está interesada en mostrar que se está intentando construir un movimiento de lucha social y de los trabajadores más allá de la política “espectáculo” en tertulias y en negociaciones en el Congreso de los diputados.
Porque “las marchas son muy importantes por su programa”, plantea Antonio, del sindicato CoBas de Madrid, “porque delimitan las prioridades, el tema de la deuda, de la Unión Europea, definen claramente una posición en el tema de las pensiones y se oponen al Pacto de Toledo, tienen una posición ante la OTAN, es un programa claro y sin ningún tipo de ambigüedad”.
Frente a tanta ilusión en las instituciones de la democracia capitalista, las Marchas vienen a decir que puede haber una política distinta a la pasividad conciliadora de la burocracia de los sindicatos, que solo llama a movilizaciones folclóricas, mientras acepta sin más los despidos, los EREs y la reforma laboral. Por eso no están en las portadas de los principales diarios ni en los platós de televisión.
Es que “las Marchas plantean claramente que las transformaciones principales vienen a través de la movilización y la creación de poder popular”, asegura René, de la Coordinadora 25S, “son capaces de aglutinar movimiento sociales, movimiento sindicales, organizaciones políticas, reflejan en parte la plurinacionalidad del estado español y aparte de tener reivindicaciones sociales fundamentales tienen un análisis político sobre cuál es el origen de los problemas que sufrimos, porque señalan a las estructuras principales como son el Régimen del 78 y la UE”.
Las Marchas de la Dignidad, que el próximo 27 de mayo volverán a inundar las calles de Madrid, serán un momento clave para retomar la movilización en las calles y ayudar a la reemergencia de la lucha de clases, pero también para reabrir el debate sobre sobre qué programa necesitamos las trabajadoras y trabajadores para que la crisis no la sigamos pagando nosotros, sino que la paguen los capitalistas.
Como nos dice Alberto, integrante de la Columna Sur de las marchas, “es fundamental volver a salir a las calles y demostrar que el plan que tienen para nosotros no nos gusta y tenemos que demostrarlo de la única forma posible que es en la calle. Porque no queremos el proyecto neoliberal que nos están imponiendo, ni queremos el estado policial que nos están imponiendo: queremos retomar nuestra propia autonomía como clase obrera, como trabajadores, a la hora de pelear por la sociedad que nosotros queremos”.
La movilización social está retornando a las calles. En las últimas semanas, cientos de miles de mujeres y jóvenes tomaron las calles de todos el Estado para luchar contra la violencia machista y en defensa de la educación pública y contra los ataques del Gobierno, mientras los estibadores le torcían el brazo al gobierno y decenas de conflictos laborales comienzan a extenderse en todo el Estado.
En mayo, las Marchas de La Dignidad nuevamente volverán a confluir en Madrid, para luchar por el pan, el trabajo, la dignidad y contra el pago de la deuda. Es necesario canalizar esta energía social, Para organizarnos en los centros de trabajo y buscar la unidad por abajo que las cúpulas sindicales impiden por arriba, en la perspectiva de avanzar hacia una huelga general y un plan de lucha contra el gobierno y los recortes.