El aumento del precio de las tasas universitarias en los últimos años ha obligado a miles y miles de estudiantes a abandonar sus estudios. Durante el curso pasado más de 30.000 estudiantes se vieron en situación de impago y la mayoría tuvo que abandonar la universidad. A mitad de 2012 el gobierno del PP, con Wert a la cabeza, propuso una subida de tasas sin precedentes en el Estado Español, que significaría un aumento histórico en la mitad de las comunidades autónomas. En Catalunya, lugar donde más subieron, el aumento fue del 66,7% del precio de las matrículas universitarias, en Canarias del 41%, en Valencia del 33,3%, etc. Por si eso no fuera poco durante el curso siguiente volvieron a subir. La subida más alta se produjo en Madrid donde se incrementaron un 21,6% (sumándose a la del curso anterior del 23,7%).
En la actualidad, en la mayoría de Comunidad Autónoma y del tipo de grado, el precio de una matrícula de 60 créditos de primera convocatoria oscila entre 1500 y algo más de 2500. A su vez, se ha multiplicado exponencialmente el precio de los créditos de segunda, tercera y cuarta convocatoria, haciéndose inasumibles para la mayoría de lxs estudiantes, que se ven obligadxs a abandonar los estudios, intentar adaptarlos a su jornada laboral o alargarlos durante varios cursos.
El tema de las becas es otro de los problemas. Estas se han reducido en número y cuantía. Este curso ha bajado un 10% de media, aunque muchos de lxs estudiantes a lxs que se les ha concedido la beca aun no la han cobrado, dato poco significativo según las últimas declaraciones del ministro Wert, que ha implado requisitos académicos a la vez que reducía su presupuesto: en algunos grados tienes que tener una media superior al 6,5 y tienes que aprobar el 90% de los créditos (si haces menos de 60 significa que no puedes suspender ninguna asignatura). En algunos lugares, como en Catalunya, si el año anterior no obtuviste una beca y la pides tienes que, abonarla, primero. Si no puedes, aunque te concedieran la beca, no puedes seguir estudiando.
Todo esto ha sucedido al tiempo en que se iba profundizando en el plan Bolonia, que reduce horarios a la vez que obliga a lxs estudiantes a ir a clase e inunda las asignaturas de trabajos que te “roban” mucho tiempo. Todo esto dificulta mucho la posibilidad de estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Si para la juventud ya es difícil trabajar -más de la mitad de lxs menores de 24 años están en paro, y cuando lo hace, se ve abocada a la precariedad laboral- ahora también lo es estudiar. A lxs estudiantes expulsados de la universidad por no poder pagar el precio de las matrículas se les unen lxs que no pueden acceder porque la situación económica de su familia hace inviable el pensar en estudiar un Grado.
La universidad se está elitizando a pasos agigantados como consecuencia de unos ajustes que han azotado a la clase trabajadora y a sus hijxs expulsándolxs de la universidad. Todas las organizaciones políticas y sindicatos estudiantiles nos tenemos que proponer, como uno de sus pilares, el luchar porque todxs aquellxs expulsadxs puedan volver a estudiar. Es una necesidad inmediata que tenemos que tomar como un eje fundamental.
Desde No Pasarán creemos que debemos empezar con movilizaciones y acciones que busquen levantar una alternativa que vaya más allá de la mera resignación ante esta situación. Para conseguir que las asambleas se masifiquen y para terminar desatando un movimiento de luche por la gratuidad de la educación pública en todos los niveles de la enseñanza.
Por ello proponemos, en primera instancia, levantar una campaña conjunta con todas las organizaciones en contra de la subida de tasas que se vivió desde 2012. Luchar para que todos aquellxs estudiantes, hijxs de clase trabajadora y de los sectores populares, que se vieron obligadxs a abandonar las aulas puedan volver a ellas.
Sabemos que esto no es suficiente, ya que lxs que antes no podían acceder, tampoco lo van a poder hacer, por eso creemos que, también debemos luchar para que aquellxs que aun sin el aumento de tasas no puedan pagar la matrícula, puedan contar con becas salario suficientes para que puedan estudiar si lo desean. Y si aun así, alguien no pueda estudiar porqué tenga unas necesidades económica que la beca salario no le cubra, se debe luchar para que se puedan compaginar los estudios y el trabajo, para evitar que nadie se quede fura de la universidad, para que toda persona que quiera estudiar lo pueda hacer, independientemente de su situación económica.
A su vez, debemos buscar la unidad con todas las luchas obreras y de sectores populares para plantear una lucha seria y eficaz.